Salmos 139, 1-8

Al maestro del coro. Salmo de David. ¡Oh Yahvé! tú me has examinado y me conoces, tú conoces cuándo me siento y cuándo me levanto, y de lejos entiendes mi pensamiento. Disciernes cuándo camino y cuándo descanso, te son familiares todas mis sendas. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y ya tú, Yahvé, lo sabes todo. Me envuelves por detrás y por delante y pones sobre mí tu mano. Sobremanera admirable es para mí esta ciencia, demasiado sublime para poder (comprenderla). ¿Dónde podría alejarme de tu espíritu? ¿Adonde huir de tu faz? Si subiere a los cielos, allí estás tú; si bajare al “seol,” allí estás presente."
Ver contexto