I Pedro 2, 4-10

Aquel a quien ustedes se han acercado, es la piedra viva desechada por los hombres, pero selecta y preciosa delante de Dios; y también ustedes, cual piedras vivas, sean edificados y sean templos espirituales y sacerdotes santos, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos ante Dios por medio de Jesucristo, porque en la Escritura se declara:br/“HE AQUÍ, PONGO EN SION LA PRINCIPAL PIEDRA DEL ÁNGULO, APROBADA Y PRECIOSA; EL QUE CREA EN ÉL NO SERÁ CONFUNDIDO”. Ahora bien, es a ustedes los que creen a quienes es otorgado este honor; pero para los desobedientes HA LLEGADO A SER PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCÁNDALO. Pues ellos tropiezan en ella porque son desobedientes a la palabra, porque para eso estaban destinados; pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable, los que en otro tiempo no eran considerados pueblo, pero ahora son pueblo de Dios, y no había misericordia para ustedes, pero ahora ha sido derramada sobre ustedes misericordia.
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