I Reyes 13, 30-31

Después colocó el cadáver en la tumba, y haciendo lamentación por él, exclamó: ¡Ay hermano mío! ¡Ay hermano mío! Después de haberlo sepultado, dijo a sus hijos: Cuando yo muera, sepúltenme en la tumba en la cual está sepultado el profeta de Dios. Coloquen mis huesos junto a sus huesos;
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