II Crónicas  2, 3-18

Entonces Salomón envió un mensajero a Hiram, rey de Tiro, para decirle: Haz como hiciste con mi padre David mostrándole gran favor, al enviarle cedro para que se construyera una casa donde morar. He aquí que yo voy a construir una casa al nombre de Yahweh mi Dios a fin de consagrársela, para ofrecer incienso aromático delante de Él, para encender las lámparas continuamente y ofrecer sacrificios por la mañana, por la tarde, en los días de reposo, en las lunas nuevas y también en las fiestas solemnes de Yahweh nuestro Dios. Esto es un decreto para todo Israel. La casa que yo construiré será muy grande, porque Yahweh nuestro Dios es más grande que todos los reyes. Pero, ¿quién tendrá la capacidad para construirle casa, siendo que los cielos y los cielos de los cielos no lo pueden contener? ¿Quién, pues, soy yo para que le construya casa u ofrezca incienso aromático ante Él? Ahora pues, envíame a un hombre diestro para trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, el material púrpura, el lino fino, la grana y el material azul, y que sepa hacer llaves, al igual que los expertos que tengo en Judá y en Jerusalén, a los cuales capacitó mi padre David. Envíame también madera de cedro, de ciprés y de sándalo procedente del Líbano; porque estoy enterado de que tus siervos son diestros para cortar los cedros del Líbano; y he aquí que mis siervos acompañarán a tus siervos, para que me traigan mucha madera, porque el templo que construiré será muy grande y admirable. Y yo haré que vengan carpinteros diestros en su trabajo, y suministraré para tus siervos veinte mil coros de trigo, veinte mil de cebada, veinte mil batos de vino y veinte mil batos de aceite como provisiones. Hiram, rey de Tiro, le respondió por escrito y envió un mensaje a Salomón, diciendo: Por cuanto Yahweh ama a su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos. E Hiram añadió: Bendito es el Señor de señores de Israel, que creó los cielos y la tierra, y dio a David un hijo sabio, inteligente y prudente, que se ha propuesto construir una casa para Yahweh y una mansión para su reino. También ahora te he enviado a Hiram, un varón instruido, dotado de gran destreza, hijo de una mujer viuda de la casa de Dan, cuyo padre era un artífice. Él sabe trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en piedra, en madera, en material púrpura, en material azul, en lino fino, en bermellón y en grana; también sabe fabricar llaves para las puertas y puede hacer todo diseño que se le asigne de parte de Yahweh, de tus expertos y de los expertos de nuestro señor David, tu padre. Ahora pues, envíe también mi señor el trigo, la cebada, el aceite y el vino que había prometido enviar a sus siervos. Y nosotros cortaremos tantos cedros del Líbano como tú quieras, según tus medidas, y te los haremos llegar enviándolos por mar hasta Jope, luego tú harás que los suban hasta Jerusalén. Entonces Salomón reunió a todos los extranjeros que había en la tierra de Israel, después del censo que hizo su padre David; y se encontró que eran ciento cincuenta y tres mil seiscientos. Después el rey Salomón designó a setenta mil de ellos para que transportaran cargas, a ochenta mil canteros en la región montañosa y a tres mil seiscientos supervisores que coordinaran a la gente.
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