Ester  1, 11-17

que trajeran ante el rey a la reina Vasti, con su corona real, para exhibir su belleza ante los pueblos y ante los gobernantes, ya que ella tenía un hermoso aspecto. Sin embargo, la reina Vasti se negó a presentarse, a pesar de la orden que el rey le había enviado por medio de los eunucos. Entonces el rey se indignó mucho y se encendió su furor. Enseguida el rey preguntó a los sabios entendidos en los tiempos (porque así era la costumbre del rey: consultar a todos los que conocían las leyes y los juicios), a sus más allegados, a Barnasai, a Astar, a Armot, a Ramós, a Tarsis, a Masraya y a Mavján, principales de Persia y de Media, pues ellos se sentaban delante del rey y eran vistos ante él, diciendo: ¿Qué debe hacerse a la reina Vasti por no haber procedido conforme a la orden del rey Asuero, la cual él envió por medio de los eunucos? Entonces Mavján dijo ante el rey y ante los príncipes: La reina Vasti no sólo ha actuado despectivamente en contra del rey, sino también en contra de todos los príncipes y en contra de todos los pueblos que se hallan en todas las provincias del rey Asuero. Y cuando la noticia de este proceder llegue a todas las mujeres, acontecerá que mirarán con menosprecio y tratarán despectivamente a sus esposos, y sucederá que dirán: “El rey Asuero ordenó a la reina Vasti que se presentara ante él, pero ella no se presentó”.
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