Hechos 8, 39-40

Y cuando subieron del agua, el Espíritu de Yahweh arrebató a Felipe y el eunuco no lo volvió a ver, y siguió su camino regocijándose. Y Felipe se encontró en Azoto, y desde allí él viajaba por los alrededores y predicaba en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.br/
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