Numeros  11, 17-25

Entonces yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos. Y llevarán la carga de este pueblo junto contigo, para que no la lleves tú solo. Luego dijo Moisés al pueblo: Santifíquense mañana para que coman carne, debido a que se lamentaron en presencia de Yahweh, diciendo: “¡Quién nos diera carne para comer! Pues nos encontrábamos mejor en Egipto”. Yahweh, pues, les dará carne para que coman. No la comerán por un solo día, ni por dos días, ni por cinco días, ni por diez días, ni por veinte días; sino que la comerán durante todo un mes, hasta que les salga por las narices y tengan náuseas, por cuanto menospreciaron a Yahweh que está entre ustedes, y por haberse lamentado delante de Yahweh, diciendo: “¿Para qué salimos de Egipto?” Entonces dijo Moisés delante de Yahweh: El pueblo entre el cual estoy, son seiscientos mil varones de a pie, y tú dices: “Les daré carne para que la coman durante todo un mes”. Si sacrificaran las ovejas y los bueyes, ¿serían suficientes para ellos? ¿O se saciarían si pescaran para ellos todos los peces del mar? Entonces respondió Yahweh a Moisés: La mano de Yahweh está repleta. ¡Ahora verás si se cumple o no mi palabra! Luego Moisés salió y transmitió al pueblo las palabras de Yahweh. Y reunió a los setenta hombres de los ancianos del pueblo y los hizo estar de pie alrededor del tabernáculo. Luego Yahweh descendió en la nube y habló con él, y tomó del espíritu que se encontraba en él y lo puso sobre los setenta ancianos; y sucedió que cuando el espíritu se posó sobre ellos, profetizaron; pero nunca lo volvieron a hacer.
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