Vocabulario de las epístolas paulinas
  Vocabulario de las epístolas paulinas
  (Verbo Divino, 1996)

 
VIVIR, VIDA(zén, zóé)

Entre los diversos términos que en el griego clásico pueden expresar la vida (bios, psyché, zóé), zóé -con el verbo zén- es el más englobante y el que mejor se presta para designar la vida del hombre en todos los niveles. Por eso ya el judaismo heleniza-do, los Setenta, utilizan las expresión: «el Dios vivo» (ho Theos ho zón), «la vida eterna» (hé zóé aió-nios).

Pablo juega con toda la gama de sentidos, desde la vida biológica (1 Cor 15,45: vino Adán como alma viviente (psyché zósa), o los medios para vivir (1 Cor 9,4), hasta la vida eterna (Rom 2,7; 5,21; 6,22.23; Gal 6,8...).

El verbo zén se precisa a veces mediante un complemento o un grupo de preposiciones: «vivir según la carne / según el espíritu» (Rom 8,12s), «vivir para sí/para Dios» (Gal 2,19; 2 Cor 5,15; Rom 6,10.11.13; 14,7), «vivir del espíritu» (Gal 5,25). Es que la vida humana está dominada por unas fuerzas que pueden ser las de la muerte, las del pecado, las de la ley; entonces es ya presa de la muerte y está muerta (8,13). Pero puede ser también vida para Dios, según el Espíritu; la vida entonces no conoce ya fronteras; porque, para quien está en Cristo, el cuerpo es cadáver y el espíritu es vida (Rom 8,10). En la dinámica inaugurada por la resurrección, la vida adquiere un sentido absoluto: reinaremos para la vida (Rom 5,18); caminaremos en la novedad de la vida (Rom 6,4).

Cuando Pablo escribe: Para mí, vivir es Cristo (Flp 1,21; cf. Gal 2,20), la vida presente ha superado ya los límites de la muerte. En efecto, si en 1 Tesa-lonicenses Pablo espera sin ruptura la venida del Señor para los que hayamos quedado con vida (4,15), más tarde indicará que morir es una ganancia (Flp 1,21) y que la participación en los sufrimientos de Cristo en su cuerpo manifiesta la vida de Cristo en nuestra carne mortal y en la fe viva de las comunidades (2 Cor 4,10-12). Así, en lo más recio de la lucha contra las fuerzas de muerte, está ya trabajando la vida en Cristo (2 Cor 4,12) y los que se adhieren con fuerza a la Palabra quedan inscritos en el libro de la vida (Flp 2,16; 4,3).

Los sucesores de Pablo precisan a veces estas oposiciones: la vida de ahora y la vida venidera (1 Tim 1,16; 4,8); vuestra vida está oculta con Cristo en Dios (Col 3,3-4). Pero la certeza de que Cristo ha vencido a la muerte y hace brillar la vida y la inco-rruptibilidad sigue estando en el centro del evangelio (2 Tim 1,10).

R. D. B

AA. VV., Vocabulario de las epístolas paulinas, Verbo Divino, Navarra, 1996