II Samuel  1 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 27 versitos | II Samuel  1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 27 versitos
1

2 SAMUEL
David llora la muerte de Saúl y Jonatán
1 Cr 10,1-12

Al volver de su victoria sobre los amalecitas, David se detuvo dos días en Sicelag.
1
David se entera de la muerte de Saúl.
Después de la muerte de Saúl, volvió David de derrotar a los amalecitas y se quedó dos días en Sicelag.
2 Al tercer día se presentó un hombre del ejército de Saúl con la ropa hecha jirones y polvo en la cabeza; cuando llegó cayó en tierra, postrándose ante David.2 Al tercer día llegó del campamento uno de los hombres de Saúl, con los vestidos rotos y cubierta de polvo su cabeza; al llegar donde David cayó en tierra y se postró.
3 David le preguntó:
–¿De dónde vienes?
Respondió:
– Me he escapado del campamento israelita.
3 David le dijo: «¿De dónde vienes?» Le respondió: «Vengo huyendo del campamento de Israel.»
4 David dijo:
–¿Qué ha ocurrido? Cuéntame.
Él respondió:
– La tropa huyó del campo de batalla, y muchos del pueblo cayeron en el combate; también murieron Saúl y su hijo Jonatán.
4 Le preguntó David: «¿Qué ha pasado? Cuéntamelo.» Respondió: «Que el pueblo ha huido de la batalla; han caído y han muerto muchos del pueblo, y también han muerto Saúl y su hijo Jonatán.»
5 David preguntó entonces al muchacho que le informaba:
–¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?
5 Dijo David al joven que le daba la noticia: «¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su hijo Jonatán?»
6 Respondió:
– Yo estaba casualmente en el monte Gelboé, cuando encontré a Saúl apoyado en su lanza, con los carros y los jinetes persiguiéndolo de cerca;
6 Respondió el joven que daba la noticia: «Yo estaba casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros y los jinetes lo acosaban.
7 se volvió, y al verme me llamó, y yo dije: ¡A la orden!7 Se volvió y, al verme, me llamó y contesté: “Aquí estoy.”
8 Me preguntó: ¿Quién eres? Respondí: Soy un amalecita.8 Me dijo: “¿Quién eres tú?” Le respondí: “Soy un amalecita.”
9 Entonces me dijo: Échate encima y remátame, que estoy en agonía y no acabo de morir.9 Me dijo: “Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque tengo aún toda la vida en mí.”
10 Me acerqué a él y lo rematé, porque vi que, una vez caído, no viviría. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete del brazo y se los traigo aquí a mi señor.10 Me acerqué a él y lo maté, pues sabía que no podría vivir después de su caída; luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor.»
11 Entonces David agarró sus vestiduras y las rasgó, y sus acompañantes hicieron lo mismo.11 Tomando David sus vestidos los desgarró, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.
12 Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor, por la casa de Israel, porque habían muerto a espada.12 Se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta la noche por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahvé, y por la casa de Israel, pues habían caído a espada.
13 David preguntó al que le había dado la noticia:
–¿De dónde eres?
Respondió:
– Soy hijo de un emigrante amalecita.
13 David preguntó al joven que le había llevado la noticia: «¿De dónde eres?» Respondió: «Soy hijo de un forastero amalecita.»
14 Entonces David le dijo:
–¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor?
14 Le dijo David: «¿Cómo no has temido alzar tu mano para matar al ungido de Yahvé?»
15 Llamó a uno de los oficiales y le ordenó:
–¡Acércate y mátalo!
El oficial lo hirió y lo mató.
15 Y llamó David a uno de los jóvenes y le dijo: «Acércate y mátalo.» Él lo hirió y murió.
16 Y David sentenció:
–¡Eres responsable de tu muerte! Porque tu propia boca te acusó cuando dijiste: Yo he matado al ungido del Señor.
16 David le dijo: «Tu sangre sobre tu cabeza, pues tu misma boca te acusó cuando dijiste: “Yo maté al ungido de Yahvé.”»
17 David entonó este lamento por Saúl y su hijo Jonatán,17
Elegía de David por Saúl y Jonatán.
David entonó esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán.
18 para que lo aprendieran los de Judá – así consta en el libro de Yasar– :18 Está escrita en el Libro del Justo, para que aprendan el arco los hijos de Judá. Dijo:
19 ¡Ay la flor de Israel,
herida en tus alturas!
¡Cómo cayeron los valientes!
19 La gloria, Israel, ha sucumbido en tus montañas.
¡Cómo han caído los héroes!
20 No lo anuncien en Gat,
no lo pregonen
en las calles de Ascalón;
que no se alegren
las muchachas filisteas,
no lo celebren
las hijas de incircuncisos.
20 No lo anunciéis en Gat,
no lo divulguéis por las calles de Ascalón,
que no se regocijen las hijas de los filisteos,
no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
21 ¡Montes de Gelboé, altas mesetas,
ni rocío ni lluvia caiga sobre ustedes!
Que allí quedó manchado
el escudo de los valientes,
escudo de Saúl no ungido con aceite,
21 Montañas de Gelboé:
Ni lluvia ni rocío sobre vosotras,
ni seáis campos de primicias,
porque allí fue mancillado el escudo de los héroes.
El escudo de Saúl, no ungido de aceite,
22 sino con sangre de heridos
y grasa de valientes.
¡Arco de Jonatán, que no volvía atrás!
¡Espada de Saúl, que nunca fallaba!
22 ¡mas de sangre de muertos, de grasa de héroes!
El arco de Jonatán jamás retrocedía,
nunca fracasaba la espada de Saúl.
23 Saúl y Jonatán, mis amigos queridos:
ni vida ni muerte los pudo separar:
más ágiles que águilas,
más bravos que leones.
23 Saúl y Jonatán, amados y amables,
ni en vida ni en muerte separados,
más veloces que águilas,
más fuertes que leones.
24 Muchachas de Israel, lloren por Saúl,
que las vestía de púrpura y de joyas,
que enjoyaba con oro sus vestidos.
24 Hijas de Israel, por Saúl llorad,
que con púrpura os vestía y adornaba,
que prendía joyas de oro
de vuestros vestidos.
25 ¡Cómo cayeron los valientes
en medio del combate!
¡Jonatán, herido en tus alturas!
25 ¡Cómo cayeron los héroes en medio del combate!
¡Jonatán! Herido de muerte en las alturas.
26 ¡Cómo sufro por ti, Jonatán,
hermano mío!
¡Ay, cómo te quería!
Tu amor era para mí
más maravilloso
que amoríos de mujeres.
26 Lleno estoy de angustia por ti,
Jonatán, hermano mío,
en extremo querido.
Tu amor fue para mí más delicioso
que el amor de las mujeres.
27 ¡Cómo cayeron los valientes,
los rayos de la guerra perecieron!
27 ¡Cómo cayeron los héroes,
cómo perecieron las armas de combate!

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Introducción a II Samuel 

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Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

II Samuel  1,1-27David llora la muerte de Saúl y Jonatán. El anuncio de la derrota y muerte de Saúl es una narración que recuerda a 1 Sm 4. El mensajero amalecita conoce la residencia de David y la hostilidad de Saúl; considera a David desertor de los suyos y vasallo fiel de los filisteos. La victoria filistea, la derrota de Israel, la muerte de Saúl y su heredero serán una buena noticia para David, que le hará merecedor de generosas recompensas. Corre a ser el primero, lo cual indica que la noticia no ha llegado a territorio filisteo ni han comenzado los festejos ya narrados. Se discute si la narración del mensajero es verídica o embustera. El amalecita trae las alhajas reales: sólo puede haberlas recogido si ha llegado muy pronto al lugar donde murió Saúl, antes que otros, antes que los filisteos. David toma su narración por verídica y por ella lo sentencia y hace ejecutar. Es inverosímil esa rapidez del mensajero; la indicación «al tercer día» podría ser una fórmula estereotipada. El autor subraya la rapidez de los sucesos y la simultaneidad de las batallas. La aparición del mensajero es espectacular, realzada con signos de luto; no necesita recomendaciones para obtener pronta audiencia. Los versículos 17-27 son una elegía o lamentación de David por la gran pérdida que supone la muerte de Saúl y Jonatán.