I Crónicas 18 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 17 versitos |
1 ° Después de esto, David derrotó a los filisteos y los sometió, arrebatándoles Gat y sus poblados.
2 Derrotó a Moab y los moabitas fueron siervos de David, sometidos a tributo.
3 Derrotó también a Adadézer, rey de Sobá, en Jamat, cuando iba a establecer su dominio en el río Éufrates.
4 David le capturó mil carros, siete mil jinetes y veinte mil soldados de infantería; y mutiló los caballos de tiro, de los que se reservó un centenar.
5 Los sirios de Damasco acudieron en auxilio de Adadézer, rey de Sobá, pero David mató veintidós mil hombres
6 e impuso gobernadores a los sirios de Damasco; los sirios se convirtieron en vasallos de David sometidos a tributo. El Señor dio la victoria a David en todas sus campañas.
7 David recogió los escudos de oro que llevaban los servidores de Adadézer y los llevó a Jerusalén.
8 En Tibjat y Cun, ciudades de Adadézer, se apoderó de una inmensa cantidad de bronce, con la que Salomón hizo el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.
9 Cuando Tou, rey de Jamat, se enteró de que David había derrotado al ejército de Adadézer, rey de Sobá,
10 envió a su hijo Adorán a visitar al rey David para saludarlo y felicitarlo por haber luchado contra Adadézer y haberlo vencido. (Es que Tou estaba en guerra con Adadézer). Adorán llevó objetos de oro, plata y bronce.
11 El rey David consagró al Señor esos objetos junto con la plata y el oro que había tomado de todas las naciones: Edón, Moab, los amonitas, los filisteos y Amalec.
12 Abisay, hijo de Seruyá, derrotó a dieciocho mil edomitas en Gue Hammélaj,
13 impuso gobernadores a Edón y los edomitas fueron vasallos de David. El Señor dio la victoria a David en todas sus campañas.
14 David reinó en todo Israel administrando derecho y justicia a todo el pueblo.
15 Joab, hijo de Seruyá, mandaba el ejército; Josafat, hijo de Ajilub, era el heraldo;
16 Sadoc, hijo de Ajitub, y Abimélec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; y Susá era secretario.
17 Benaías, hijo de Yehoyadá mandaba a los quereteos y pelteos. Los hijos de David eran los primeros junto al rey.

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Introducción a I Crónicas

1 CRÓNICAS

Por los libros de la llamada escuela deuteronomista (de Josué a 2 Reyes) estamos al tanto del período que va desde Josué hasta el destierro. El autor de Crónicas se remonta hasta Adán y llega hasta Esdras, al menos. El núcleo de su enseñanza puede resumirse en los términos siguientes: toda la historia tiene un centro de gravitación, que en el presente caso es el templo, proyectado por David y edificado por Salomón. En el templo se congrega el pueblo de Dios para buscar al Señor y alabarlo. La alabanza se torna súplica en momentos de dificultad -en la guerra, por ejemplo-, en los que el pueblo únicamente ha de rezar, confiar y esperar; el resto lo hará milagrosamente el Señor. Desde esta perspectiva, el rey David y su dinastía no han caducado, por más que ya no existan cuando escribe el cronista.

El esfuerzo intelectual y religioso de esta extensa obra tuvo su recompensa: la comunidad judía no perdió su identidad, supo afrontar un siglo más tarde la ola arrolladora del helenismo y, después, hizo frente a todos los avatares de la diáspora, las múltiples persecuciones a lo largo de los siglos e incluso el holocausto.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

I Crónicas 18,1-17*18 A partir de diversos sumarios de guerra, agrupados ya en la fuente deuteronomista (2Sa 8:1-18), el cronista sitúa aquí el relato de las victorias de David, vinculándolas con lo que escribe más adelante. David no puede construir el templo, porque ha emprendido muchas guerras (1Cr 22:8). El botín de estas victorias será destinado para la construcción del templo (1Cr 18:8; 1Cr 18:11), en el que los hijos del rey no pueden ser sacerdotes (véase 2Sa 8:18) -cargo reservado a los levitas-, sino que han de contentarse con ocupar los primeros puestos junto al rey (1Cr 18:17).