Esdras  1 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 11 versitos |
1 ° El año primero de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del Señor por boca de Jeremías, el Señor despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, para que proclamara de palabra y por escrito en todo su reino:
2 «Esto dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá.
3 El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que su Dios sea con él, que suba a Jerusalén de Judá, a reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén.
4 Y a todos los que hayan quedado, en el lugar donde vivan, que las personas del lugar en donde estén les ayuden con plata, oro, bienes y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo de Dios que está en Jerusalén».
5 Entonces, los cabezas de familia de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos a quienes Dios había despertado el espíritu, se pusieron en marcha hacia Jerusalén para reconstruir el templo del Señor.
6 Todos sus vecinos les ayudaron con toda clase de plata, oro, bienes, ganado y objetos preciosos, además de las ofrendas voluntarias.
7 El rey Ciro mandó sacar los objetos del templo del Señor que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén, para ponerlos en el templo de su dios.
8 Ciro, rey de Persia, los consignó a Mitrídates, el tesorero, quien los entregó a Sesbasar, príncipe de Judá.
9 Este fue el resultado del inventario: treinta bandejas de oro y mil de plata, veintinueve cuchillos,
10 treinta copas de oro, cuatrocientas diez de plata y mil accesorios de otras clases.
11 En total, cinco mil cuatrocientos objetos de oro y plata. Sesbasar llevó todo esto consigo a Jerusalén cuando regresó del destierro de Babilonia.

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Introducción a Esdras 

ESDRAS

Los actuales libros de Esdras y Nehemías, que narran el regreso de los israelitas del exilio de Babilonia en torno al año 538 a.C., tras la proclamación del edicto de Ciro, fueron una misma obra literaria que, en algún momento, alguien dividió en dos. Es posible que ambos fueran, a su vez, la segunda parte de otra obra más extensa encabezada por 1-2 Crónicas.

En todo caso, son el único referente literario completo que tenemos de la restauración y reconstrucción de Jerusalén después del exilio de Babilonia. Sus descripciones ponen de manifiesto una nueva etapa en la historia israelita. La experiencia del exilio hizo que la restauración se convirtiera en un momento muy importante, que dio lugar al nacimiento de una nueva idea de pueblo. El autor recurre al pasado para comprender el presente y diseñar el futuro. Desde esta concepción, el pasado justifica el presente e ilumina el futuro. Una vez más, la fidelidad a los preceptos y mandatos de la tradición (reflejados en la legislación mosaica) son la garantía del buen hacer y de la presencia de Dios en la vida del pueblo. El alejamiento o incumplimiento de las leyes divinas será el origen de desgracias futuras que hay que evitar.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Esdras  1,1-11*1-6 La primera parte del libro es continuación de 2 Crón; describe los preparativos para la reconstrucción del templo de Jerusalén, que será llamado «segundo templo» y que siglos después reformará Herodes. Los acontecimientos se sitúan durante los reinados de Ciro (538-528 a.C.), Cambises (528-522 a.C.) y Darío I (522-486 a.C.), reyes de Persia.