Esdras  2 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 70 versitos |
1 Estas son las personas de la provincia que regresaron del cautiverio, a quienes Nabucodonosor, rey de Babilonia, había deportado a su país y que volvieron a Jerusalén y Judá, a sus respectivas ciudades.
2 Vinieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún y Baaná. Número de los hombres del pueblo de Israel:
3 descendientes de Parós, dos mil ciento setenta y dos;
4 descendientes de Sefatías, trescientos setenta y dos;
5 descendientes de Araj, setecientos setenta y cinco;
6 descendientes de Pajat-Moab, por parte de Josué y Joab, dos mil ochocientos doce;
7 descendientes de Elán, mil doscientos cincuenta y cuatro;
8 descendientes de Zatú, novecientos cuarenta y cinco;
9 descendientes de Zacay, setecientos sesenta;
10 descendientes de Baní, seiscientos cuarenta y dos;
11 descendientes de Bebay, seiscientos veintitrés;
12 descendientes de Azgad, mil doscientos veintidós;
13 descendientes de Adonicán, seiscientos sesenta y seis;
14 descendientes de Bigvay, dos mil cincuenta y seis;
15 descendientes de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro;
16 gente de Ater, esto es, descendientes de Ezequías, noventa y ocho;
17 descendientes de Besay, trescientos veintitrés;
18 descendientes de Yorá, ciento doce;
19 descendientes de Jasún, doscientos veintitrés;
20 descendientes de Guibar, noventa y cinco;
21 hombres de Belén, ciento veintitrés;
22 hombres de Netofá, cincuenta y seis;
23 hombres de Anatot, ciento veintiocho;
24 hombres de Azmávet, cuarenta y dos;
25 hombres de Quiriat Yearín, Quefirá y Beerot, setecientos cuarenta y tres;
26 hombres de Ramá y Gueba, seiscientos veintiuno;
27 hombres de Micmás, ciento veintidós;
28 hombres de Betel y Ay, doscientos veintitrés;
29 descendientes de Nebo, cincuenta y dos;
30 descendientes de Magbís, ciento cincuenta y seis;
31 descendientes del otro Elán, mil doscientos cincuenta y cuatro;
32 descendientes de Jarín, trescientos veinte;
33 hombres de Lod, Jadid y Onó, setecientos veinticinco;
34 hombres de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
35 hombres de Senaá, tres mil seiscientos treinta.
36 Los sacerdotes: descendientes de Yedaías, de la casa de Josué, novecientos setenta y tres;
37 descendientes de Imer, mil cincuenta y dos;
38 descendientes de Pasjur, mil doscientos cuarenta y siete;
39 descendientes de Jarín, mil diecisiete.
40 Los levitas: descendientes de Josué y de Cadmiel, de la familia de Hodavías, setenta y cuatro.
41 Los cantores: descendientes de Asaf, ciento veintiocho.
42 Los porteros: descendientes de Salún, de Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay, ciento treinta y nueve.
43 Donados: los descendientes de Sijá, de Jasufá, Tabaot,
44 Querós, Siahá, Padón,
45 Lebaná, Jagabá, Acub,
46 Jagab, Salmay, Janán,
47 Guidel, Gajar, Reayá,
48 Resín, Necodá, Gazán,
49 Uzá, Paséaj, Besay,
50 Asná, Meunín, Nefusín,
51 Bacbuc, Jacufá, Jarjur,
52 Baslut, Mejidá, Jarsá,
53 Barcós, Siserá, Témaj,
54 Nesíaj y Jatifá.
55 Descendientes de los siervos de Salomón: de Sotay, de Soféret, Perudá,
56 Yaalá, Darcón, Guidel,
57 Sefatías, Jatil, Poqueret Hasebáin y Amí.
58 Total de donados y de descendientes de los siervos de Salomón: trescientos noventa y dos.
59 Estos son los que regresaron de Tel-Mélaj, Tel-Jarsá, Querub, Adán e Imer, pero que no pudieron demostrar que su familia paterna y su estirpe procedían de Israel:
60 Descendientes de Delaías, de Tobías y de Necodá: seiscientos cincuenta y dos en total.
61 Y del grupo de sacerdotes, los descendientes de Jobaías, de Hacós, y de Barzilay, quien se había casado con una de las hijas de Barzilay, el galaadita, y adoptó el nombre de ellas.
62 Estos buscaron sus títulos genealógicos, pero no los encontraron, por lo que fueron excluidos del sacerdocio.
63 Y el gobernador les prohibió comer alimentos sagrados hasta que se presentase un sacerdote para consultar los urim y los tumim.
64 La comunidad, al completo, estaba formada por cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,
65 sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientos treinta y siete. También había doscientos cantores y cantoras.
66 Tenían setecientos treinta y seis caballos y doscientos cuarenta y cinco mulos.
67 Poseían además cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
68 Algunos de los cabezas de familia, al llegar al templo del Señor, en Jerusalén, dieron donativos para reconstruir el templo de Dios en su emplazamiento.
69 Según sus posibilidades, entregaron al tesoro de la obra sesenta y una mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales.
70 Los sacerdotes, los levitas y una parte del pueblo se establecieron en Jerusalén; los cantores, los porteros y los sirvientes, en sus ciudades respectivas; y el resto de los israelitas, en sus ciudades.

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Introducción a Esdras 

ESDRAS

Los actuales libros de Esdras y Nehemías, que narran el regreso de los israelitas del exilio de Babilonia en torno al año 538 a.C., tras la proclamación del edicto de Ciro, fueron una misma obra literaria que, en algún momento, alguien dividió en dos. Es posible que ambos fueran, a su vez, la segunda parte de otra obra más extensa encabezada por 1-2 Crónicas.

En todo caso, son el único referente literario completo que tenemos de la restauración y reconstrucción de Jerusalén después del exilio de Babilonia. Sus descripciones ponen de manifiesto una nueva etapa en la historia israelita. La experiencia del exilio hizo que la restauración se convirtiera en un momento muy importante, que dio lugar al nacimiento de una nueva idea de pueblo. El autor recurre al pasado para comprender el presente y diseñar el futuro. Desde esta concepción, el pasado justifica el presente e ilumina el futuro. Una vez más, la fidelidad a los preceptos y mandatos de la tradición (reflejados en la legislación mosaica) son la garantía del buen hacer y de la presencia de Dios en la vida del pueblo. El alejamiento o incumplimiento de las leyes divinas será el origen de desgracias futuras que hay que evitar.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Esdras  2,1-70*1-6 La primera parte del libro es continuación de 2 Crón; describe los preparativos para la reconstrucción del templo de Jerusalén, que será llamado «segundo templo» y que siglos después reformará Herodes. Los acontecimientos se sitúan durante los reinados de Ciro (538-528 a.C.), Cambises (528-522 a.C.) y Darío I (522-486 a.C.), reyes de Persia.