JOB
Aunque este libro, probablemente, se terminó de escribir entre los siglos vi y iii a.C., contiene un tema y algunos rasgos teológicos cuyo origen es mucho más antiguo. Nos encontramos ante un poeta que sabe hacer un uso genial de todos los recursos estilísticos de la poesía hebrea. Job se ve de pronto desposeído de todo y brota su pregunta: ¿De qué sirve la honradez? ¿Es Dios injusto y caprichoso? Así queda planteado el problema que trata de resolver el autor: la inexistencia práctica de la retribución divina, la acusación de injusticia a Dios, una crítica a la teología convencional, representada por las intervenciones de los tres amigos. El Señor responde indirectamente a las quejas de Job. Si para Job este mundo es un caos, Dios le hace ver que se trata de un cosmos conducido por su sabiduría y su justicia, cualidades divinas que escapan a la comprensión humana. La experiencia vivida por Job desde la «intemperie» ha aumentado su sabiduría: antes conocía a Dios «de oídas», pero ahora lo «han visto sus ojos» (Job 42:5).
Job 1,1-22*1-2 Prólogo en cinco actos, que se suceden alternativamente en la tierra y el cielo. Mientras los dos actos del cielo son casi idénticos, en los tres de la tierra la existencia de Job va cambiando, desde la prosperidad hasta la total desgracia. Satán, uno de los personajes importantes del relato, es una figura importada, probablemente de Irán, que no se había convertido aún en la figura apocalíptica del ángel caído, opositor de Dios como personificación del mal y de las fuerzas opuestas a la divinidad.