Salmos 10 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 18 versitos |
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Salmo 10 °

(Vulgata 9,22-39)

No te olvides de los humildes

(1) (22) (Lámed) ¿Por qué te quedas lejos, Señor, | y te escondes en el momento del aprieto?
2 (2) (23) En su soberbia el impío oprime al infeliz | y lo enreda en las intrigas que ha tramado.
3 (3) (24) El malvado se gloría de su ambición, | el codicioso blasfema y desprecia al Señor.
4 (4) (25) (Nun) El malvado dice con insolencia: | «No hay Dios que me pida cuentas».
5 (5) (26) La intriga vicia siempre su conducta, | aleja de su mente tus juicios, | y desafía a sus rivales.
6 (6) (27) Piensa: «No vacilaré, | nunca jamás seré desgraciado».
7 (7) (28) (Pe) Su boca está llena de maldiciones, de engaños y de fraudes; | su lengua encubre maldad y opresión;
8 (8) (29) en el zaguán se sienta al acecho, | para matar a escondidas al inocente.
9 (9) (30) acecha en su escondrijo, | como león en su guarida, | acecha al desgraciado para robarle, | arrastrándolo a sus redes;
10 (10) (31) se agacha y se encoge | y con violencia cae sobre el indefenso.
11 (11) (32) Piensa: «Dios lo olvida, | se tapa la cara, no se entera».
12 (12) (33) (Qof) Levántate, Señor, extiende tu mano, | no te olvides de los humildes.
13 (13) (34) ¿Por qué ha de despreciar a Dios el malvado, | pensando que no le pedirá cuentas?
14 (14) (35) (Res) Pero tú ves las penas y los trabajos, | tú miras y los tomas en tus manos. | A ti se encomienda el pobre, | tú socorres al huérfano.
15 (15) (36) (Sin) Rómpele el brazo al malvado, | pídele cuentas de su maldad, | y que desaparezca.
16 (16) (37) El Señor reinará eternamente, | y los gentiles desaparecerán de su tierra.
17 (17) (38) (Tau) Señor, tú escuchas los deseos de los humildes, | les prestas oído y los animas;
18 (18) (39) tú defiendes al huérfano y al desvalido: | que el hombre hecho de tierra no vuelva a sembrar su terror.

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Introducción a Salmos

SALMOS

La tradición hebrea dio a esta colección el nombre de «Himnos» o «Libro de himnos». En tiempos anteriores fue llamado «Oraciones». Los epígrafes de los salmos nos brindan una tercera posible denominación: en cincuenta y siete epígrafes aparece el nombre Mizmor, que se refiere a un canto con acompañamiento musical (psalmoi en la traducción griega de los LXX). Salmos o Salterio; es decir, una colección de loas o de encomios, de súplicas o de peticiones; un auténtico manual de oración; un conjunto de poemas oracionales u oraciones poéticas. El Salterio es, en su conjunto, un microcosmos bíblico. Los grandes temas del Antiguo Testamento suenan sinfónicamente. El libro, por tanto, debe leerse e interpretarse escuchando las voces procedentes de otros libros del Antiguo Testamento y percibiendo los ecos que resuenan en el Nuevo Testamento.

Aunque el libro está formado por ciento cincuenta salmos en todas sus versiones, no se sigue en ellas una numeración uniforme; es distinta en el texto hebreo (TH) y en la traducción griega de los LXX. Las versiones latinas y la traducción litúrgica siguen la numeración de los LXX, lo cual origina confusiones u obliga a consignar una doble numeración. En la presente traducción la numeración litúrgica va entre paréntesis.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Salmos 10,1-18*10 Continuación del salmo anterior con un tercer acto: la súplica a Dios, rey y juez. 1Pe 5:8 recoge la imagen del león acechante, aplicada a Satán, que nos recuerda los movimientos calculados de los malvados (Sal 10:8-10).