1 Libro 5 (Salmos 107—150) (SALMO 106) Dios es bueno con su pueblo ¡Alabemos a nuestro Dios! ¡Démosle gracias, porque él es bueno! ¡Dios nunca deja de amarnos! |
2 ¡Digámoslo nosotros, pues él nos liberó del poder de los egipcios! |
3 Digámoslo nosotros, que somos su pueblo, pueblo que él reunió de países del norte y del sur, del este y del oeste. |
4 Nuestros abuelos andaban sin rumbo y por lugares desiertos; no encontraban el camino que los llevara a un lugar habitado. |
5 Tenían hambre y sed, y habían perdido la esperanza de quedar con vida. |
6 Llenos de angustia, oraron a Dios, y él los libró de su aflicción. |
7 Los puso en el camino correcto que los llevaría a un lugar habitado. |
8 ¡Demos gracias a Dios por su amor, por todo lo que ha hecho en favor nuestro! |
9 ¡Dios calma la sed del sediento, y el hambre del hambriento! |
10 Nuestros abuelos estaban afligidos, vivían en la esclavitud y no sabían qué hacer ni a dónde ir, |
11 pues no tomaron en cuenta los consejos del Dios altísimo y se rebelaron contra él. |
12 Por eso Dios los castigó con los trabajos más pesados; tropezaban, y nadie los levantaba. |
13 Llenos de angustia, oraron a Dios, y él los salvó de su aflicción, |
14 les mostró el camino a seguir y los libró de su esclavitud. |
15 ¡Demos gracias a Dios por su amor, por todo lo que ha hecho en favor nuestro! |
16 ¡Hizo pedazos las puertas de bronce y las barras de hierro que nos tenían prisioneros! |
17 Nuestros abuelos fueron tan rebeldes que se portaron como unos tontos; sufrieron mucho por su maldad. |
18 ¡Tan enfermos se pusieron que al ver la comida vomitaban! |
19 Llenos de angustia, oraron a Dios, y él los salvó de su aflicción; |
20 con sólo una orden los sanó. ¡Así los salvó de la muerte! |
21 ¡Demos gracias a Dios por su amor, por todo lo que ha hecho en favor nuestro! |
22 ¡Démosle muestras de gratitud, y presentémosle ofrendas! ¡Anunciemos entre gritos de alegría las maravillas que ha hecho! |
23 Nuestros abuelos compraron barcos y se ganaron la vida comerciando en otros países. |
24 En alta mar presenciaron la acción maravillosa de nuestro Dios: |
25 Dios dio una orden, y vino un fuerte viento que levantaba grandes olas. |
26 Cuando se vieron en peligro, los marineros perdieron el valor; eran lanzados de arriba abajo, |
27 y de nada les servía ser marineros expertos, pues se tropezaban y caían como si estuvieran borrachos. |
28 Llenos de angustia, oraron a Dios, y él los sacó de su aflicción; |
29 calmó la furia de la tormenta, y aplacó las olas del mar. |
30 Cuando se calmó la tormenta, ellos se pusieron muy contentos y Dios los llevó a su destino. |
31 ¡Demos gracias a Dios por su amor, por todo lo que ha hecho en favor nuestro! |
32 ¡Que lo alaben todo el pueblo y sus gobernantes! |
33 Dios convirtió en desiertos los ríos y los manantiales, |
34 pero a la tierra fértil la convirtió en tierra inútil, porque los que allí vivían eran gente muy malvada; |
35 en cambio, al desierto lo convirtió en tierra fértil, rodeada de lagunas y manantiales. |
36 Al pueblo que había pasado hambre, lo dejó vivir allí, y ellos construyeron grandes ciudades, |
37 sembraron campos, plantaron viñedos, y tuvieron muy buenas cosechas. |
38 Dios les dio su bendición, y ellos tuvieron muchos hijos y sus ganados se multiplicaron. |
39 Tiempo después, los malvados los humillaron y los hicieron sufrir, hasta que sólo unos pocos quedaron con vida. |
40 Pero Dios castigó a esos malvados y los hizo perderse por desiertos sin caminos. |
41 A la gente pobre Dios la saca de su aflicción y hace que sus familias aumenten como sus rebaños. |
42 Cuando la gente honrada ve esto, se llena de alegría; pero los malvados se quedan callados. |
43 Tomen esto en cuenta los sabios, y pónganse a meditar en lo mucho que Dios nos ama. |