(SALMO 130)
Estoy tranquilo y confío en Dios
(1a) Cántico de David para las peregrinaciones
(1b) Dios mío,
yo no me creo más que nadie,
ni miro a nadie con desprecio;
no hago alardes de grandeza,
ni pretendo hacer grandes maravillas,
pues no podría llevarlas a cabo.
me he tranquilizado
como se tranquiliza un niño
cuando su madre le da el pecho.
¡Estoy tranquilo como un niño
después de haber tomado el pecho!
¡pon tu esperanza en Dios
ahora y siempre!
No hay comentario