Exodo  32 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 35 versitos |
1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en bajar del monte, se presentaron en masa ante Aarón y le dijeron: — Anda, haznos un dios que nos guíe pues no sabemos qué le habrá pasado a ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto. º
2 Aarón les respondió: — Quítenles los pendientes de oro que llevan en las orejas sus mujeres, hijos e hijas, y tráiganmelos.
3 Todos se quitaron los pendientes de oro de las orejas y se los llevaron a Aarón;
4 este los recibió de sus manos e hizo con el oro fundido un becerro º modelado a cincel. Entonces ellos exclamaron: — ¡Israel, este es tu dios, el que te sacó de Egipto!
5 Cuando Aarón vio esto, construyó un altar delante del becerro y proclamó: — Mañana será un día de fiesta en honor del Señor.
6 Al día siguiente madrugaron y ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión. Después se sentaron a comer y beber y, al finalizar, se levantaron a divertirse º.
7 El Señor dijo a Moisés: — Desciende del monte, porque tu pueblo, el que tú sacaste º de Egipto, se ha pervertido.
8 Muy pronto se han apartado del camino que yo les había indicado. Se han fabricado un becerro de metal al que adoran y ofrecen sacrificios al tiempo que proclaman: “¡Israel, este es tu dios, el que te sacó de Egipto!”. º
9 El Señor continuó diciendo: — Me estoy dando cuenta de que este pueblo es muy testarudo º.
10 Déjame, pues, que descargue mi ira contra ellos y los aniquile. Y tú serás el que dé origen a una gran nación. º
11 Entonces Moisés intentó aplacar el furor del Señor, su Dios, diciendo: — Señor, ¿por qué vas a descargar tu ira contra tu pueblo, el mismo en favor del que hiciste uso de tu gran fuerza y poder para sacarlo de Egipto?
12 ¿Acaso vas a permitir que los egipcios digan: “Con malos fines los sacó Dios; lo hizo para matarlos en las montañas y borrarlos de la faz de la tierra”? No te dejes llevar por la ira y renuncia al castigo que pensabas para tu pueblo.
13 Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes hiciste solemne promesa diciendo: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo y daré a sus descendientes como herencia perpetua la tierra de la que les he hablado”. º
14 Entonces el Señor renunció a aplicar el castigo con que había amenazado a su pueblo.
15 Moisés se volvió y descendió del monte trayendo en sus manos las dos losas del testimonio. Estaban escritas por ambos lados, por delante y por detrás. º
16 Las losas y la escritura que había grabada en ellas eran obra de Dios.
17 Cuando Josué escuchó el griterío del pueblo, dijo a Moisés: — Se escuchan gritos de guerra en el campamento.
18 Y Moisés respondió: — No son gritos de victoria ni de derrota; lo que estoy oyendo son cantos festivos.
19 Cuando llegó Moisés al campamento y vio el becerro y las danzas, se enfureció y arrojó al pie del monte las losas que llevaba en sus manos, haciéndolas añicos º.
20 Agarró el becerro que habían fabricado, lo arrojó al fuego y, una vez convertido en ceniza, lo disolvió en agua y obligó a los israelitas a que bebieran esa agua º. º
21 Y dijo a Aarón: — ¿Se puede saber qué te hizo este pueblo para que le indujeras a cometer un acto tan aberrante?
22 Aarón respondió: — Señor mío, no te enfades contra mí; tú sabes que este pueblo es proclive al mal.
23 Me dijeron: “Haznos un dios que nos guíe, pues no sabemos qué le habrá pasado a ese Moisés, el hombre que nos sacó de Egipto”.
24 Yo les contesté: “El que tenga oro, que se desprenda de él”. Ellos me lo entregaron, yo lo eché al fuego ¡y salió este becerro!
25 Se percató Moisés de que el pueblo estaba descontrolado, pues Aarón no le había puesto freno, y ahora el pueblo estaba expuesto a las burlas de sus enemigos.
26 Entonces Moisés se plantó en la puerta del campamento y gritó: — ¡Que se pongan a mi lado los que están de parte del Señor! Y todos los levitas se le unieron.
27 Él les dijo: — Así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: Que cada uno se ciña su espada al muslo, recorra el campamento y vaya de puerta en puerta matando a los culpables sin tener en cuenta si es su hermano, su amigo o su vecino. º
28 Los levitas cumplieron la orden de Moisés y aquel día murieron unos tres mil hombres del pueblo.
29 Moisés les dijo: — Hoy el Señor los bendice y los constituye sus sacerdotes º, pues lo han preferido a sus propios hijos y hermanos. º
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Intercesión de Moisés

Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: — Han cometido un pecado gravísimo; no obstante voy a subir adonde está el Señor, a ver si logro que los perdone.
31 Volvió Moisés adonde estaba el Señor, y le dijo: — Sin duda que este pueblo ha cometido un gran pecado al hacerse un dios de oro.
32 Pero te ruego que les perdones su pecado; si no lo haces, bórrame del libro donde nos tienes inscritos º. º
33 Pero el Señor le contestó: — Al que haya pecado contra mí, lo borraré del libro.
34 Tú lleva al pueblo al lugar que te dije. Mi ángel º te irá guiando. Y llegado el momento les pediré cuentas por su pecado. º
35 Y el Señor castigó al pueblo por haber adorado al becerro de oro fabricado por Aarón.

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Introducción a Exodo 

INTRODUCCIÓN


1. Características generales


El libro de Éxodo comienza recapitulando una información ya dada en el Génesis. La lista de los descendientes de Jacob que entraron en Egipto ha aparecido en Gén 46:8 ss con la tradición de setenta personas. La muerte de José ha sido relatada en Gén 50:26. Al mismo tiempo, en el pasaje inicial de Éxodo se introduce material nuevo que supone un paso adelante respecto al relato de Génesis, especialmente la muerte de toda la generación de José y el crecimiento del pueblo. Así pues, el comienzo de Éxodo apunta tanto al pasado (los patriarcas) como al futuro (la historia de la liberación de la opresión egipcia).


2. Título y contenido


El segundo libro de la Biblia, llamado en hebreo Eleh Shemot (“estos son los nombres”), por sus primeras palabras, recibió en la versión griega de los LXX el título de Éxodos, fiel reflejo de su acontecimiento central: la salida de Egipto.


Como ya se ha señalado, el libro de Éxodo presupone y continúa los relatos de Génesis, pero introduce al mismo tiempo un cambio importante. En la historia patriarcal (Gén 12:1-20Gén 50:1-26), los protagonistas habían sido siempre figuras individuales; ahora, por el contrario, va a ocupar un lugar destacado un nuevo personaje, no individual sino colectivo: el pueblo. Esta transición se pone de relieve expresamente al comienzo del libro, cuando el texto hace notar que las setenta personas que habían llegado a Egipto con Jacob se multiplicaron de tal manera que llenaban toda la región (Éxo 1:5; Éxo 1:7).


La primera parte de la narración tiene como tema central el gran acontecimiento a que hace referencia el título del libro: el éxodo o la salida de Egipto (cps. Éxo 1:1-22Éxo 15:1-27). Una sección que comienza describiendo el cambio de situación que se produjo con la ascensión al trono de un rey que no sentía ningún aprecio por la memoria de José (Éxo 1:8), y que culmina con la celebración de la primera Pascua (cp. Éxo 12:1-51) y con el canto de acción de gracias que entonaron Moisés y los israelitas después de cruzar el cauce del mar como si fuera tierra seca (Éxo 15:1-21).


La segunda sección (Éxo 15:22Éxo 18:27) narra algunos episodios relacionados con la marcha de los israelitas a través del desierto. El grupo que había salido de Egipto penetró en la península del Sinaí —región semidesértica— donde, siempre bajo la guía de Moisés, tuvo que hacer frente a distintas situaciones críticas.


La tercera sección (Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38) está constituida por los acontecimientos del Sinaí que tienen como momento central el establecimiento del pacto o alianza entre Yahvé —el Señor— y su pueblo. Este acontecimiento incluye, como uno de sus elementos esenciales, la proclamación de la ley tanto en su aspecto moral (Éxo 20:1-26Éxo 24:1-18) como cultual (Éxo 25:1-40Éxo 40:1-38). En última instancia, toda la legislación contenida en el libro de Éxodo, con su evidente preocupación por defender el derecho de los más débiles y desprotegidos (ver Éxo 22:22-28), tenía como finalidad fundamental sentar las bases de una comunidad cimentada en la solidaridad y la justicia y consagrada al culto del verdadero Dios.


3. Marco histórico


Los relatos de Éxodo se mueven entre dos puntos geográficos precisos: Egipto y el Sinaí; entre ambos tiene lugar la primera parte de la marcha por el desierto. Allí se desarrollaron los acontecimientos que hicieron de Israel el Pueblo de Dios: la salida de Egipto, el paso del mar Rojo y la Alianza del Sinaí. El recuerdo de estos acontecimientos se grabó para siempre en la memoria de Israel y se convirtió en el fundamento mismo de su fe. Por eso, el libro de Éxodo ocupa un lugar muy destacado entre los libros veterotestamentarios y ha sido llamado el “Evangelio del Antiguo Testamento”.


El contenido de Éxodo no aporta elementos suficientes para fijar con absoluta precisión la fecha en que acontecieron los hechos narrados en el libro. Sin embargo, en Éxo 1:11 se hace notar expresamente que los descendientes de Jacob emigrados a Egipto fueron forzados a trabajar en la construcción de las ciudades de Pitón y Ramsés. Este dato nos lleva con cierta probabilidad al siglo XIII a. C., cuando el faraón egipcio Ramsés II hizo erigir, en el delta oriental del Nilo, una nueva capital llamada Casa de Ramsés. En tal circunstancia, los israelitas fueron duramente explotados hasta el punto de verse forzados a huir. El ejército egipcio los persiguió, pero el Señor los libró milagrosamente de sus perseguidores. El testimonio más antiguo de esta liberación es el canto de triunfo de Éxo 15:21, que celebra el acontecimiento no como una victoria de Israel, sino como una acción de Dios.


4. Características literarias


El libro de Éxodo es el resultado final de, al menos, tres ediciones elaboradas en distintos contextos históricos y designadas convencionalmente como historias o tradiciones yavista, elohista y sacerdotal, con leves retoques deuteronomistas. Estas historias utilizaron, a su vez, tradiciones orales previas y otras fuentes diversas, algunas de ellas escritas. En el conjunto se advierten tres tipos de materiales: narrativos, legales y litúrgicos.


— Entre el material narrativo hay que destacar los relatos que describen la opresión de los hebreos, la epopeya del éxodo, la travesía del desierto y la teofanía del Sinaí. A su vez, todos estos relatos se expresan en una gran variedad de géneros: relatos épicos (cps. Éxo 4:1-31Éxo 14:1-31), relatos legendarios (cp. Éxo 2:1-25), relatos de vocación (cps. Éxo 3:1-22 y Éxo 6:1-30), cantos heroicos (cp. Éxo 15:1-27), teofanías (Éxo 3:1-6), litigios o pleitos judiciales (Éxo 15:22-26; Éxo 19:16-25), relatos etiológicos y genealogías.


— El material legal se concentra fundamentalmente en la última parte del libro (cps. Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38) y está representado por tres cuerpos de leyes: el decálogo (Éxo 20:1-17), de origen antiguo, aunque incorporado tardíamente al actual contexto; el código de la Alianza (Éxo 20:22-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:2-31; Éxo 23:1-19), compilación mixta de leyes religiosas y sobre todo sociales, posteriores a la instalación en Canaán, pero anteriores a la monarquía; y finalmente las normas cultuales (Éxo 25:1-40Éxo 31:1-18; Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38), relativas al santuario y al culto, con elementos muy antiguos y otros bastante tardíos. También habría que mencionar el llamado decálogo ritual (Éxo 34:14-28) o “código yavista de la alianza”.


— El material litúrgico aparece mucho más disperso: generalmente se encuentra envuelto en formas narrativas o legales, por ejemplo Éxo 11:1Éxo 13:16; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Éxo 19:1-15; Éxo 24:1-11; Éxo 20:22Éxo 23:19.


5. Estructura y divisiones


El éxodo se desenvuelve principalmente en tres escenarios: Egipto, el desierto y el monte Sinaí, que dan pie para dividir el libro en tres partes, subdivididas a su vez en distintas secciones:


I.— LA SALIDA DE EGIPTO (Éxo 1:1Éxo 15:21)


Israel oprimido en Egipto. Nacimiento y juventud de Moisés (Éxo 1:1-22Éxo 2:1-25)


Vocación y misión de Moisés (Éxo 3:1Éxo 7:7)


Las plagas de Egipto (Éxo 7:8Éxo 11:10)


La salida de Egipto (Éxo 12:1Éxo 15:21)


II.— LA MARCHA A TRAVÉS DEL DESIERTO (Éxo 15:22Éxo 18:27)


Quejas del pueblo (Éxo 15:22Éxo 17:16)


Institución de los Jueces (Éxo 18:1-27)


III.— LOS ACONTECIMIENTOS DEL SINAÍ (Éxo 19:1-25Éxo 40:1-38)


La Alianza del Sinaí (Éxo 19:1Éxo 20:21)


El Código de la Alianza (Éxo 20:22Éxo 23:33)


Confirmación de la Alianza (Éxo 24:1-18)


Instrucciones sobre el santuario y el culto (Éxo 25:1Éxo 31:17)


Ruptura y renovación de la Alianza (Éxo 31:18Éxo 34:35)


Ejecución de las instrucciones (Éxo 35:1-35Éxo 40:1-38)


6. Claves teológicas


Los relatos de Éxodo constituyen la epopeya nacional de Israel en cuya formación desempeñaron un papel decisivo las fiestas y celebraciones cultuales. La celebración de la Pascua, sobre todo, rememoraba y actualizaba aquellos grandes acontecimientos del pasado, de forma que todas las generaciones israelitas pudieran revivir la salida de Egipto y renovar el compromiso asumido por el pueblo en el Sinaí.


Por eso, el libro de Éxodo no es una “historia” en el sentido moderno de la palabra; es más bien un testimonio y una confesión de fe; es el reconocimiento de que la existencia de Israel como nación no es una obra humana, sino una creación de Dios.


Los temas teológicos clave están hábilmente elaborados dentro del texto; señalamos aquí los más representativos:


Presencia divina. En Éxo 2:23-24 el autor señala, en primer lugar, la ausencia divina, y después su presencia. Los gemidos y lamentos de los esclavos israelitas hacen que Dios recuerde la alianza con los patriarcas. La tarea que Dios encomienda a Moisés y la intervención divina, especialmente en las plagas, establecen claramente la prioridad de la presencia de Dios. En concreto, la imagen de Dios se configura a partir de la revelación de su nombre: Yahvé, el Señor, el que está siempre dispuesto a acudir en defensa de sus elegidos.


Liberación. Los dos elementos básicos del credo de Israel son que el Señor los sacó de Egipto y que los llevó a la tierra prometida. El libro de Éxodo escenifica y celebra el primero de estos dos acontecimientos. El pueblo toma conciencia de que es el Señor quien los liberó de la esclavitud y desde ese momento se convirtió en su Señor y gran liberador.


Sentido de la alianza. La alianza es la especialísima relación entre el Señor e Israel que se crea en el monte Sinaí. Es un vínculo personal por el cual Israel se convierte en el pueblo del Señor, y el Señor se convierte en el Dios de Israel. Es esta conexión moral única la que confiere a Israel su identidad entre todos los demás pueblos del antiguo Oriente Próximo.


Ley como respuesta a la alianza. Aceptando y comprometiéndose a cumplir fielmente la ley con que Dios acompaña la alianza, Israel responde de forma personal a su relación con él. La ley se recibe, no como una imposición desde fuera, sino como un reconocimiento desde dentro de la necesidad de honrar y respetar tanto al Dios de la alianza como a las demás personas.


Por lo demás, los grandes temas del Éxodo están presentes en toda la Biblia. A ellos se refieren los Profetas para anunciar un nuevo éxodo (Isa 43:18-21) y una nueva Alianza (Jer 31:31-34). El Nuevo Testamento convierte a Éxodo en fuente privilegiada de inspiración y actualización: desde Mateo (infancia de Jesús, sermón del monte) hasta el Apocalipsis (Cristo como nuevo cordero), la mayoría de los autores y escritos aluden a episodios, temas y motivos del éxodo. El NT presenta los acontecimientos del éxodo como una prefiguración de la obra redentora de Cristo, que es la verdadera “Pascua” (1Co 5:7) y una “Alianza” más excelente (Heb 8:6) por cuanto ha sido sellada con su sangre. La epopeya del éxodo constituye el prototipo de todos los actos salvíficos de Dios, en especial, del Bautismo (1Co 10:1-4) y los relatos del libro de Éxodo conforman la gran estructura teológica, simbólica y literaria sobre la que el cristianismo ha confrontado y comprendido su experiencia.


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Notas

Exodo  32,1Hch 7:40-41.


Exodo  32,4— un becerro: Entre los antiguos pueblos cananeos eran frecuentes las representaciones de becerros o toros como símbolos de la fuerza y la fecundidad. Un ejemplo de ello es el dios cananeo Baal al cual se le solía representar como un toro joven. Puede que exista un cierto tono de burla al referirse a la imagen como becerro cuando se trataría de un toro (Sal 106:19 ss).
Exodo  32,6— a divertirse: La fiesta incluía, al parecer, una danza en honor del Señor (ver 2Sa 6:14). La palabra hebrea que aquí se ha traducido por divertirse también puede referirse a prácticas sexuales. Este pasaje se cita en 1Co 10:7 como ejemplo de infidelidad al Señor.
Exodo  32,7— tu pueblo, el que tú sacaste: Dios cambia sutilmente las fórmulas: no dice “mi pueblo... el que yo saqué”; es como si quisiera distanciarse y desentenderse del que hasta ahora había llamado “mi pueblo”. En Éxo 32:11 Moisés retuerce la fórmula cuando intercede a favor del pueblo delante de Dios.
Exodo  32,8Deu 9:10-11.
Exodo  32,9— ... testarudo: Este versículo no aparece en la versión griega.
Exodo  32,10Gén 12:2; Deu 9:13-14.
Exodo  32,13Gén 22:16-17; Gén 26:3-4.
Exodo  32,15Deu 9:15.
Exodo  32,19— haciéndolas añicos: El gesto de romper las losas significa la ruptura del pacto o alianza del Señor con Israel.
Exodo  32,20— a que bebieran esa agua: Tragar aquella bebida de maldición puede tener un doble sentido: por un lado como castigo por el pecado cometido; por otro, como forma de hacer desaparecer todo rastro del becerro de oro. Ver Núm 5:23-28 y Deu 9:15-21.
Exodo  32,20Deu 9:21; Núm 5:11-31.
Exodo  32,27Eze 9:5-6.
Exodo  32,29— los constituye sus sacerdotes: Lit. han llenado las manos, expresión hebrea que se emplea habitualmente en el AT para referirse a la consagración de los sacerdotes. Según la tradición recogida en este pasaje, los levitas son designados para ejercer las funciones sacerdotales en razón de su apasionada lealtad al Señor (ver Núm 25:10-13; Deu 33:8-11).
Exodo  32,29Deu 33:9.
Exodo  32,32Rom 9:3.
Exodo  32,32— del libro donde nos tienes inscritos: Según Sal 69:28 Dios tiene un libro de la vida en el que están inscritos los nombres de los justos. Esta expresión puede estar inspirada en las listas que se confeccionaban en los censos; ser borrado de la lista equivalía a no pertenecer al pueblo. Ver Isa 4:3; Eze 13:9; Dan 12:1; Mal 3:16; Apo 3:5.
Exodo  32,34Éxo 23:20.
Exodo  32,34— mi ángel: El ángel o mensajero aquí mencionado ya no será signo de la presencia del Señor mismo entre los israelitas; más bien se crea una cierta distancia a causa del pecado del pueblo y la ruptura de la alianza.