1 Invitación de la mujer infiel Querido jovencito, ten presente lo que te digo y obedece mis mandamientos. |
2 (2-3) Cúmplelos, y vivirás; grábalos en tu mente, nunca te olvides de ellos. Cuida mis enseñanzas como a tu propia vida. |
4 Hazte hermano de la sabiduría; hazte amigo del conocimiento, |
5 y te librará de la mujer que te engaña con sus palabras y le es infiel a su esposo. |
6 Un día en que yo estaba mirando a través de la ventana, |
7 vi entre los muchachos imprudentes a uno más imprudente que otros. |
8 Llegó a la esquina, cruzó la calle, y lentamente se dirigió a la casa de esa mujer. |
9 Ya había caído la noche. El día llegaba a su fin. |
10 En ese preciso instante la mujer salió a su encuentro. Iba vestida como una prostituta, y no disimulaba sus intenciones. |
11 Llamaba mucho la atención; se veía que era una mujer incapaz de quedarse en casa. |
12 A esa clase de mujeres se las ve andar por las calles, o andar vagando por las plazas, o detenerse en cada esquina esperando a ver quién pasa. |
13 Cuando la mujer vio al joven, se le echó al cuello y lo besó, y abiertamente le propuso: |
14 «Puedo invitarte a comer de la carne ofrecida a mis dioses. Hoy les cumplí mis promesas, y estoy en paz con ellos. |
15 Por eso salí a tu encuentro; te buscaba, ¡y ya te encontré! |
16 Tengo tendida en la cama una colcha muy fina y colorida. |
17 Mi cama despide el aroma de los perfumes más excitantes. |
18 Ven conmigo; hagamos el amor hasta mañana. |
19 Mi esposo no está en casa, pues ha salido de viaje. |
20 Llenó de dinero sus bolsas, y no volverá hasta mediados del mes». |
21 Con tanta dulzura le habló, que lo hizo caer en sus redes. |
22 Y el joven se fue tras ella como va el buey al matadero; cayó en la trampa como un venado |
23 cuando le clavan la flecha; cayó como los pájaros, que vuelan contra la red sin saber que perderán la vida. |
24 Querido jovencito: obedéceme; pon atención a lo que te digo. |
25 No pienses en esa mujer, ni pierdas por ella la cabeza. |
26 Por culpa suya muchos han muerto; ¡sus víctimas son ya demasiadas! |
27 Todo el que entra en su casa va derecho a la tumba. |