Isaías 66 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 24 versitos |
1 Esto dice el Señor: «El cielo es mi trono, | y la tierra, el estrado de mis pies: | ¿Qué templo podréis construirme | o qué lugar para mi reposo?
2 Todo esto lo hicieron mis manos, | todo es mío —oráculo del Señor—. | En ese pondré mis ojos: | en el humilde y abatido | que se estremece ante mis palabras».
3 El mismo que inmola un toro, golpea a muerte a un hombre, | el mismo que sacrifica una oveja, desnuca un perro, | el mismo que presenta una ofrenda, ofrece a la vez sangre de cerdo, | el mismo que hace un memorial de incienso, bendice un ídolo. | Ellos eligieron sus caminos, | estaban encantados con sus abominaciones.
4 También yo elijo mis caprichos | y traigo sobre ellos el terror. | Porque he llamado y nadie respondía, | he hablado y no escuchaban. | Hicieron el mal ante mis ojos | y eligieron lo que no me agradaba.
5 Escuchad la palabra del Señor | los que os estremecéis ante su palabra. | Dicen vuestros hermanos, | que os detestan y rechazan | por causa de mi nombre: | «Muestre el Señor su gloria | y veremos vuestra alegría». | Pero ellos quedarán avergonzados.
6 ¡Escuchad! Un estrépito viene de la ciudad, | una voz viene del templo: | es la voz del Señor, | que toma represalias contra sus enemigos.
7 ° Sin estar de parto ha dado a luz, | no le habían llegado los dolores | y ha tenido un varón.
8 ¿Quién escuchó o ha visto cosa semejante? | ¿Se puede parir un país en un solo día, | se da a luz a todo un pueblo de una vez? | Apenas sintió los espasmos, | Sión dio a luz a sus hijos.
9 ¿Acaso abriré yo la matriz y no dejaré parir? | —dice el Señor—. | ¿Acaso yo, que hago parir, cerraré la matriz? | —dice tu Dios—.
10 Festejad a Jerusalén, gozad con ella, | todos los que la amáis; | alegraos de su alegría, | los que por ella llevasteis luto;
11 mamaréis a sus pechos | y os saciaréis de sus consuelos, | y apuraréis las delicias | de sus ubres abundantes.
12 Porque así dice el Señor: | «Yo haré derivar hacia ella, | como un río, la paz, | como un torrente en crecida, | las riquezas de las naciones. | Llevarán en brazos a sus criaturas | y sobre las rodillas las acariciarán;
13 como a un niño a quien su madre consuela, | así os consolaré yo, | y en Jerusalén seréis consolados.
14 Al verlo, se alegrará vuestro corazón, | y vuestros huesos florecerán como un prado, | se manifestará a sus siervos la mano del Señor, | y su ira a sus enemigos».
15 Porque el Señor llegará como fuego, | y sus carros como torbellino, | para restituir con ardor su ira | y su indignación con llamas.
16 Por su fuego y por su espada, | el Señor se hace juez de todo ser viviente | y muchas serán las víctimas del Señor:
17 los que se consagran y purifican | para ir a los jardines, | detrás del ídolo que está en el centro, | que comen carne de cerdo, reptiles y ratas, | todos juntos perecerán —oráculo del Señor—.
18 Yo, conociendo sus obras y sus pensamientos, | vendré para reunir | las naciones de toda lengua; | vendrán para ver mi gloria.
19 Les daré una señal, y de entre ellos | enviaré supervivientes a las naciones: | a Tarsis, Libia y Lidia (tiradores de arco), | Túbal y Grecia, a las costas lejanas | que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria. | Ellos anunciarán mi gloria a las naciones.
20 Y de todas las naciones, como ofrenda al Señor, | traerán a todos vuestros hermanos, | a caballo y en carros y en literas, | en mulos y dromedarios, | hasta mi santa montaña de Jerusalén | —dice el Señor—, | así como los hijos de Israel traen ofrendas, | en vasos purificados, al templo del Señor.
21 También de entre ellos escogeré | sacerdotes y levitas —dice el Señor—.
22 Porque, como el cielo nuevo y la tierra nueva | que yo haré subsisten ante mí | —oráculo del Señor—, | así subsistirán vuestra estirpe y vuestro nombre.
23 Cada novilunio y cada sábado | todo viviente se postrará ante mí | —dice el Señor—.
24 Y al salir verán los cadáveres | de los que se rebelaron contra mí: | su gusano no muere, su fuego no se extingue. | Serán el horror de todos los vivientes.

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Introducción a Isaías

ISAÍAS

El libro de Isaías es uno de los más citados en el Nuevo Testamento, y, exceptuados los Salmos, es el texto del Antiguo Testamento más usado en la liturgia católica. La presencia de más de una copia entre los manuscritos encontrados en el lugar de Qumrán demuestra igualmente que ocupaba un lugar de primer orden en el judaísmo de tiempos de Jesús. Se presenta dividido en tres grandes secciones, designadas frecuentemente como libros del Primer Isaías (caps. Isa 1:1-31; Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30; Isa 6:1-13; Isa 7:1-25; Isa 8:1-22; Isa 9:1-21; Isa 10:1-34; Isa 11:1-16; Isa 12:1-6; Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13; Isa 28:1-29; Isa 29:1-24; Isa 30:1-33; Isa 31:1-9; Isa 32:1-20; Isa 33:1-24; Isa 34:1-17; Isa 35:1-10; Isa 36:1-22; Isa 37:1-38; Isa 38:1-22; Isa 39:1-8), del Segundo Isaías (caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13) y del Tercer Isaías (caps. Isa 56:1-12; Isa 57:1-21; Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24). Cada una de estas partes, en particular la primera, no son en sí mismas homogéneas y no se puede afirmar que provengan todas ellas de la misma mano. En todo caso, la parte correspondiente al Primer Isaías (también llamado Protoisaías) contiene los textos atribuidos al gran profeta Isaías que desarrolló su actividad en el siglo viii a.C. en Jerusalén; aunque hay excepciones, como el llamado «Apocalipsis de Isaías» (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13), que es posexílico. Los capítulos atribuidos al Segundo Isaías (o Deuteroisaías) ofrecen, en cambio, un texto fuertemente homogéneo, compuesto tal vez en un breve período de tiempo por un mismo autor durante el exilio. Finalmente Los textos que se subsumen bajo el nombre de Tercer Isaías (o Tritoisaías) tienen rasgos que permiten situarlos en circunstancias diversas o atribuirlos a diferentes autores.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Isaías 66,7-14*66:7-14 La preocupación por la repoblación de la ciudad se expresa ahora con el vocabulario de la maternidad: madre e hijos, dar a luz, nacer, estar con dolores de parto, matriz y pechos, amamantar y mamar.