Isaías 9 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 21 versitos |
1 (8:23) ¡No habrá ya oscuridad para la tierra que está angustiada! En otro tiempo humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
2 (9:1) El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; | habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló.
3 (2) Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; | se gozan en tu presencia, como gozan al segar, | como se alegran al repartirse el botín.
4 (3) Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, | el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
5 (4) Porque la bota que pisa con estrépito | y la túnica empapada de sangre | serán combustible, pasto del fuego.
6 (5) Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: | lleva a hombros el principado, y es su nombre: | «Maravilla de Consejero, Dios fuerte, | Padre de eternidad, Príncipe de la paz».
7 (6) Para dilatar el principado, con una paz sin límites, | sobre el trono de David y sobre su reino. | Para sostenerlo y consolidarlo | con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. | El celo del Señor del universo lo realizará.
8 (7) El Señor ha lanzado una amenaza contra Jacob, | que caerá sobre Israel.
9 (8) La entenderá el pueblo entero, | Efraín y los habitantes de Samaría, | que andan diciendo con soberbia y presunción:
10 (9) «Si se han caído los ladrillos, | construiremos con sillares; | si han cortado los sicómoros, | los sustituiremos por cedros».
11 (10) El Señor levantará a sus enemigos contra él, | e incitará a sus adversarios:
12 (11) al Oriente Siria, los filisteos a Occidente: | devorarán a Israel de un bocado. | Y con todo, su ira no se aplaca | y su mano sigue extendida.
13 (12) Porque el pueblo no se ha vuelto a quien lo castigaba, | ni ha buscado al Señor del universo,
14 (13) el Señor cortará de Israel cabeza y cola, | palmera y junco en un solo día.
15 (14) El anciano y el noble son la cabeza, | y el profeta, maestro de mentiras, es la cola.
16 (15) Los que guían a este pueblo lo extravían, | y los guiados perecen.
17 (16) Por eso, el Señor no se apiada de los jóvenes, | no tiene compasión de huérfanos y viudas; | porque todos son impíos y perversos, | y toda boca profiere necedades. | Y con todo, su ira no se aplaca | y su mano sigue extendida.
18 (17) Se propaga la maldad como un incendio | que consume zarzas y cardos: | arde en la espesura del bosque | y se enrosca en columnas de humo.
19 (18) Por la ira del Señor del universo arde el país, | y el pueblo es pasto del fuego: | ninguno se apiada de su hermano;
20 (19) destroza a la derecha, y sigue hambriento, | devora a la izquierda, y no se sacia. | Cada uno devora la carne de su prójimo:
21 (20) Manasés a Efraín, Efraín a Manasés, | juntos, los dos contra Judá. | Y con todo, su ira no se aplaca | y su mano sigue extendida.

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Introducción a Isaías

ISAÍAS

El libro de Isaías es uno de los más citados en el Nuevo Testamento, y, exceptuados los Salmos, es el texto del Antiguo Testamento más usado en la liturgia católica. La presencia de más de una copia entre los manuscritos encontrados en el lugar de Qumrán demuestra igualmente que ocupaba un lugar de primer orden en el judaísmo de tiempos de Jesús. Se presenta dividido en tres grandes secciones, designadas frecuentemente como libros del Primer Isaías (caps. Isa 1:1-31; Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30; Isa 6:1-13; Isa 7:1-25; Isa 8:1-22; Isa 9:1-21; Isa 10:1-34; Isa 11:1-16; Isa 12:1-6; Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13; Isa 28:1-29; Isa 29:1-24; Isa 30:1-33; Isa 31:1-9; Isa 32:1-20; Isa 33:1-24; Isa 34:1-17; Isa 35:1-10; Isa 36:1-22; Isa 37:1-38; Isa 38:1-22; Isa 39:1-8), del Segundo Isaías (caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13) y del Tercer Isaías (caps. Isa 56:1-12; Isa 57:1-21; Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24). Cada una de estas partes, en particular la primera, no son en sí mismas homogéneas y no se puede afirmar que provengan todas ellas de la misma mano. En todo caso, la parte correspondiente al Primer Isaías (también llamado Protoisaías) contiene los textos atribuidos al gran profeta Isaías que desarrolló su actividad en el siglo viii a.C. en Jerusalén; aunque hay excepciones, como el llamado «Apocalipsis de Isaías» (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13), que es posexílico. Los capítulos atribuidos al Segundo Isaías (o Deuteroisaías) ofrecen, en cambio, un texto fuertemente homogéneo, compuesto tal vez en un breve período de tiempo por un mismo autor durante el exilio. Finalmente Los textos que se subsumen bajo el nombre de Tercer Isaías (o Tritoisaías) tienen rasgos que permiten situarlos en circunstancias diversas o atribuirlos a diferentes autores.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Isaías 9,1-6*8:21-9:6 Estos versículos expresan la esperanza en la modificación histórica de una situación de guerra, opresión y hambre, depositada en un personaje concreto. A este cambio está unida una renovación interior del pueblo, expresada en una monarquía ejercida en el «derecho y la justicia».