Jeremías  18 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 23 versitos |
1 Palabra que el Señor dirigió a Jeremías ° :
2 «Anda, baja al taller del alfarero, que allí te comunicaré mi palabra».
3 Bajé al taller del alfarero, que en aquel momento estaba trabajando en el torno.
4 Cuando le salía mal una vasija de barro que estaba torneando (como suele ocurrir al alfarero que trabaja con barro), volvía a hacer otra vasija, tal como a él le parecía.
5 Entonces el Señor me dirigió la palabra en estos términos:
6 «¿No puedo yo trataros como este alfarero, casa de Israel? —oráculo del Señor—. Pues lo mismo que está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel.
7 Si en algún momento hablo de arrancar, arrasar y destruir un pueblo o un reino,
8 pero resulta que ese pueblo se arrepiente de su maldad, también yo desistiré del mal que pensaba hacerle.
9 Y, al contrario, si hablo de construir o plantar un pueblo o un reino,
10 pero resulta que ese pueblo hace lo que me parece mal y no me escucha, entonces también yo desistiré del bien que había pensado hacerle.
11 Así que di a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: “Esto dice el Señor: Yo soy el alfarero, y estoy dando forma a una desgracia y urdiendo un plan contra vosotros. Que cada cual abandone su mala conducta y mejore su proceder y sus acciones”.
12 Pero seguramente te dirán: “De eso nada. Seguiremos haciendo lo que nos hemos propuesto, actuaremos según nuestro perverso y obstinado corazón”».
13 Pues bien, esto dice el Señor: | «Preguntad por tierras de gentiles | quién escuchó cosa igual: | algo espantoso ha cometido | la doncella, capital de Israel.
14 ¿Faltará en los riscos escarpados | la nieve que cae sobre el Líbano? | ¿Se agotarán las aguas crecidas, | las aguas frescas y corrientes?
15 Pues bien, mi pueblo me ha olvidado | y ofrece incienso a una nada. | Tropiezan en sus caminos, | en los senderos de siempre, | y se aventuran por sendas, | por caminos no allanados;
16 y así desuelan su tierra, | objeto de burla eterna; | todo el que pase se espantará, | se burlará moviendo la cabeza.
17 Como viento solano los aventaré | delante del enemigo; | volveré la espalda por no verlos | el día de la desgracia».
18 Ellos dijeron: «Venga, tramemos un plan contra Jeremías porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
19 Hazme caso, Señor, | escucha lo que dicen mis oponentes.
20 ¿Se paga el bien con el mal?, | ¡pues me han cavado una fosa! | Recuerda que estuve ante ti, | pidiendo clemencia por ellos, | para apartar tu cólera.
21 Pues entrega sus hijos al hambre, | que queden a merced de la espada, | y sus mujeres viudas y sin hijos; | que los hombres mueran asesinados, | los jóvenes acribillados en la guerra.
22 Que se oigan gritos en las casas | cuando envíes salteadores de improviso, | pues cavaron una fosa para atraparme, | escondieron trampas a mi paso.
23 Señor, tú conoces muy bien | sus planes homicidas contra mí. | No pases por alto su crimen, | no apartes de tu vista su pecado. | Que caigan derribados a tus pies, | atácalos cuando estalle tu cólera.

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Introducción a Jeremías 

JEREMÍAS

En el conjunto de los libros proféticos, el de Jeremías se caracteriza, entre otras cosas, por incorporar gran cantidad de material narrativo. Llama también la atención el aparente desorden del material que compone el libro, pues no sigue una línea cronológica clara, aunque existe una cierta continuidad por los relatos biográficos que se ocupan de la vida del profeta a partir del año 608 a.C. En este contexto, todo el libro se mueve pendularmente (y paradójicamente) entre dos extremos: la irremediable destrucción, ya decretada, y la posibilidad de recuperación a partir de la conversión; los oráculos de aniquilamiento sin posibilidad de recurso, y las profecías de restauración. Anunciará con firmeza el establecimiento de una nueva alianza (Jer 31:31 ss) entre Dios y su pueblo, que se hará realidad siglos más tarde en la persona de Jesús, el Hijo de Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Jeremías  18,1-23*2:1-25:14 Toda esta amplia y heterogénea sección se caracteriza, en líneas generales, por la temática del juicio. En ocasiones, la división de algunas de las secciones no es del todo segura.


Jeremías  18,1-12*18:1-12 Se presenta a Dios como creador de su pueblo y dueño de lo que ha salido de sus manos. Su decisión de destruir no es arbitraria. También en Gén 6:5-7 toma la decisión de destruir toda su creación.