Jeremías  41 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 18 versitos |
1 Pues bien, el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisamá, de estirpe real, se dirigió en compañía de diez hombres a Mispá, a entrevistarse con Godolías, hijo de Ajicán. Mientras estaban comiendo,
2 se levantó Ismael, hijo de Netanías, junto con los diez hombres que lo acompañaban, y mataron a puñaladas a Godolías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, que había sido nombrado gobernador por el rey de Babilonia.
3 Ismael asesinó también a todos los de Judá que estaban con Godolías en Mispá y a los soldados caldeos que se encontraban allí.
4 Al día siguiente del asesinato de Godolías, cuando nadie se había percatado todavía del hecho,
5 llegaron de Siquén, de Siló y de Samaría ochenta hombres con la barba afeitada, con la ropa hecha jirones y con incisiones en el cuerpo. Llevaban oblaciones e incienso para ofrecerlos en el templo del Señor.
6 Ismael, hijo de Netanías, salió de Mispá a su encuentro; caminaba llorando. Cuando llegó junto a ellos, les dijo: «Venid ante Godolías, hijo de Ajicán».
7 Una vez dentro de la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, los degolló con la ayuda de sus hombres y los arrojó en la cisterna.
8 Entre ellos había diez hombres que dijeron a Ismael: «No nos mates, que hemos escondido en el campo trigo, cebada, aceite y miel». Ismael desistió de su plan y no los mató como había hecho con sus compañeros.
9 La cisterna en la que Ismael había arrojado los cadáveres de los hombres asesinados era una cisterna enorme que el rey Asá había mandado excavar para defenderse de Basá, rey de Israel. Ismael, hijo de Netanías, la llenó de cadáveres.
10 Ismael apresó después al resto de la población de Mispá y a las princesas reales, a toda la gente que Nabuzardán, jefe de la guardia, había confiado a Godolías, hijo de Ajicán. Ismael, hijo de Netanías, se los llevó prisioneros a territorio amonita.
11 Cuando Yojanán, hijo de Caréaj, y los oficiales que lo acompañaban se enteraron de los crímenes perpetrados por Ismael, hijo de Netanías,
12 reunieron a todos sus hombres y fueron a luchar contra Ismael, hijo de Netanías. Lo encontraron junto a la alberca grande de Gabaón.
13 Cuando la gente de Mispá que Ismael llevaba prisionera vio a Yojanán, hijo de Caréaj, y a los oficiales que lo acompañaban, se llenaron de alegría,
14 dieron media vuelta y se pasaron a Yojanán, hijo de Caréaj.
15 Ismael, hijo de Netanías, escapó de Yojanán con ocho hombres, en dirección a territorio amonita.
16 Yojanán, hijo de Caréaj, y los oficiales que lo acompañaban se ocuparon de la gente de Mispá que Ismael, hijo de Netanías, había hecho prisionera tras asesinar a Godolías, hijo de Ajicán. Entre la gente había soldados, mujeres, niños y eunucos que Juan había rescatado en Gabaón.
17 La gente se puso en marcha e hicieron una parada en el albergue de Quinán, cerca de Belén, antes de proseguir viaje a Egipto,
18 adonde huían por miedo a los caldeos, ya que Ismael, hijo de Netanías, había asesinado a Godolías, hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador del país.

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Introducción a Jeremías 

JEREMÍAS

En el conjunto de los libros proféticos, el de Jeremías se caracteriza, entre otras cosas, por incorporar gran cantidad de material narrativo. Llama también la atención el aparente desorden del material que compone el libro, pues no sigue una línea cronológica clara, aunque existe una cierta continuidad por los relatos biográficos que se ocupan de la vida del profeta a partir del año 608 a.C. En este contexto, todo el libro se mueve pendularmente (y paradójicamente) entre dos extremos: la irremediable destrucción, ya decretada, y la posibilidad de recuperación a partir de la conversión; los oráculos de aniquilamiento sin posibilidad de recurso, y las profecías de restauración. Anunciará con firmeza el establecimiento de una nueva alianza (Jer 31:31 ss) entre Dios y su pueblo, que se hará realidad siglos más tarde en la persona de Jesús, el Hijo de Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Jeremías  41,1-18*40-43 Hemos de leer estos capítulos como una unidad, que describe la situación política de Jerusalén desde su destrucción hasta la desaparición de Jeremías camino de Egipto.