Ezequiel  27 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 36 versitos |
1 Me fue dirigida esta palabra del Señor:
2 «Hijo de hombre, entona una elegía sobre Tiro.
3 Dirás: Oh Tiro, señora de los puertos, mercado de las naciones para los numerosos pueblos de la costa, esto dice el Señor Dios: Tiro, tú decías: “Mi belleza es perfecta”.
4 Tus dominios se extendían hasta el corazón del mar, | tus armadores hicieron perfecto tu diseño.
5 Con cipreses de Senir construyeron tu casco, | de un cedro del Líbano tu mástil,
6 con robles de Basán tus remos. | Tu cubierta era de ciprés, de las islas de Quitín, | taraceado de marfil.
7 Eran un estandarte tus velas, | de lino recamado de Egipto; | el toldo, de púrpura y escarlata, | de las costas de Elisá.
8 Habitantes de Sidón y de Arvad | eran tus remeros, | y gente experta de Tiro tus timoneles.
9 Peritos veteranos de Biblos | reparaban tus averías. Todas las naves del mar y sus marineros comerciaban contigo.
10 Guerreros de Persia, Lidia y Libia estaban en tu ejército. Colgaban en ti el escudo y el yelmo, y aumentaban tu esplendor.
11 Gentes de Arvad, junto con tu ejército, sobre tus murallas en torno a la ciudad, y los de Gamad en tus torres, colgando sobre las murallas sus adargas, completaban tu magnificencia.
12 Tarsis traficaba contigo por tu abundante mercadería, te pagaba con plata y hierro, estaño y plomo.
13 Yaván, Tubal y Mesec comerciaban contigo y te daban a cambio esclavos y objetos de bronce.
14 Los de Bet Togarma te pagaban con caballos de tiro y de montar, y con mulos.
15 También los de Dedán comerciaban contigo. Numerosos países costeros eran tu mercado; pagaban con cuernos de marfil y madera de ébano.
16 Arán traficaba contigo por la abundancia de tus productos. Te pagaban con piedras preciosas, tejidos de púrpura, recamados y de lino, coral y rubíes.
17 Judá e Israel comerciaban contigo y te daban a cambio trigo de Minit, dulces, miel, aceite y bálsamo.
18 Damasco traficaba contigo con vino de Jelbón y lana de Sajar, por la abundancia de tus productos y tus muchas mercancías.
19 Vedán y Yaván, desde Uzal, te daban a cambio hierro forjado, canela y caña aromática por tus mercaderías.
20 Dedán comerciaba contigo con mantas de montar.
21 Arabia y los príncipes de Cadar traficaban contigo con corderos, carneros y machos cabríos.
22 Los mercaderes de Saba y de Ramá comerciaban contigo y te daban a cambio los mejores aromas, todo tipo de piedras preciosas y oro.
23 Jarán, Cané, Edén y los mercantes de Saba, Asiria y Quilmad comerciaban contigo.
24 Vestidos de lujo, mantos de púrpura recamados, tapetes multicolores, cuerdas bien trenzadas y resistentes pertenecían a su comercio.
25 Naves de Tarsis transportaban tus mercancías. Eras rica y opulenta en medio de los mares.
26 Tus remeros te llevaron a aguas tumultuosas | y el viento del este te destrozó en alta mar.
27 Tu riqueza, tu comercio, tus mercancías, | tus marineros, tus pilotos y calafateadores, | tus comerciantes y tus guerreros | con toda la tripulación se hundirán en medio del mar | el día de tu naufragio.
28 Al grito de auxilio de tus marineros | tiemblan las costas.
29 Todos los remeros, los marineros todos | y los pilotos de mar | saltarán de sus naves para quedarse en tierra.
30 Harán oír sus voces, gimiendo por ti amargamente, | se echarán tierra sobre sus cabezas | y se revolcarán en cenizas.
31 Se raparán la cabeza por tu causa, | se vestirán de saco, llorarán con amargura, | con amarga lamentación.
32 Entonarán sobre ti una elegía | y cantarán una lamentación: | “¿Quién fue jamás como Tiro, | ahora silenciosa en la profundidad del mar?”.
33 Cuando desembarcabas tus mercancías | saciabas a pueblos numerosos. | Con tu riqueza opulenta y tu comercio | enriquecías a los reyes de la tierra.
34 Ahora yaces destruida por el mar, | en la profundidad de las aguas. | Carga y tripulación se hundieron contigo.
35 Los habitantes de los países costeros | se espantan de ti, | sus reyes se estremecen de horror, | el rostro descompuesto.
36 Los mercaderes de otros pueblos | silban con desprecio: | te has convertido en un motivo de espanto, | has desaparecido para siempre».

Patrocinio

 
 

Introducción a Ezequiel 

EZEQUIEL

Ezequiel, sacerdote en Jerusalén, fue deportado a Babilonia con el primer grupo de exiliados (597 a.C.). El libro de su nombre tiene una redacción uniforme que privilegia la primera persona del profeta, con pocas excepciones (Eze 1:3; Eze 24:24), y una clara estructura dramática. Presenta también algunos rasgos propios de la literatura apocalíptica: la técnica del ocultamiento (el libro cerrado -«comido» por el profeta- y la mudez), la presentación de la historia en períodos claramente definidos (caps. Eze 16:1-63; Eze 20:1-49; Eze 23:1-49) y la minuciosa datación de algunos oráculos. El mensaje del libro abarca problemas e inquietudes variadas, pero está conducido por una preocupación central: infundir esperanza en una comunidad nacional y religiosa que se ha visto sometida a una grave crisis, ética, religiosa y política. La conversión será una condición necesaria para un nuevo futuro del pueblo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas

Ezequiel  27,1-36*26:1-28:19 Es probable que Ezequiel conociera el poderío y riqueza de Tiro solo por la tradición. En tiempos del profeta, había sido sometida a Nabucodonosor, que la ocupó del 585 al 573/2. Tenía ciudades vasallas en el continente.