Ezequiel  33 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 33 versitos |
1 ° Me fue dirigida esta palabra del Señor:
2 «Hijo de hombre, habla a tu pueblo y diles: “Si yo envío al enemigo contra un país, y la gente escoge a un hombre del lugar y lo pone de centinela,
3 y este, viendo venir al enemigo contra el país, toca la trompeta para dar la alarma al pueblo;
4 si alguien oye el toque de trompeta y no hace caso, y el enemigo llega y lo sorprende, él mismo es responsable de su muerte.
5 Había oído el toque de trompeta, pero no hizo caso: es responsable de su muerte. Si hubiera hecho caso habría salvado su vida.
6 Pero si el centinela que ve venir al enemigo no toca la trompeta y el pueblo no es puesto en alarma, llega el enemigo y se cobra algunas vidas, estos habrán perecido por su maldad, pero yo pediré cuenta de su sangre al centinela”.
7 A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte.
8 Si yo digo al malvado: “Malvado, eres reo de muerte”, pero tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.
9 Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida».
10 Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: «Vosotros andáis diciendo: “Nuestros delitos y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y por eso nos estamos consumiendo. ¿Cómo podemos vivir así?”.
11 Pues diles: “Por mi vida —oráculo del Señor Dios— que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra perversa conducta. ¿Por qué os obstináis en morir, casa de Israel?”.
12 Y tú, hijo de hombre, di a la gente de tu pueblo: “La buena conducta del hombre justo no lo salvará el día de su delito, ni la maldad del malvado será para él un obstáculo el día de su conversión. El hombre justo no podrá seguir viviendo por su buena conducta el día de su pecado.
13 Si yo digo al justo: ‘Ciertamente vivirás’, pero él, confiado en su buena conducta, comete un acto inicuo, su buena conducta no será recordada. Deberá morir por causa del acto inicuo cometido.
14 Y si digo al malvado: ‘Irremediablemente morirás’, pero él se convierte de su pecado y actúa con rectitud y justicia,
15 devuelve la fianza que había exigido, restituye lo robado, practica los preceptos que dan vida y no hace ningún mal, ciertamente vivirá y no morirá.
16 Ninguno de los pecados que había cometido será recordado. Ha actuado con rectitud y justicia. Ciertamente vivirá.
17 Y si la gente del pueblo replica: ‘No es justo el proceder del Señor’, son ellos los que no proceden rectamente.
18 Si el hombre justo se aparta de su buena conducta y comete actos inicuos, morirá por su causa.
19 Y si el malvado se convierte de su maldad y actúa con rectitud y justicia, a causa de ello ciertamente vivirá.
20 Entonces, ¿cómo decís: ‘No es justo el proceder del Señor’? Yo os juzgaré a cada uno según vuestra conducta, casa de Israel”».
21 El año duodécimo de nuestra deportación, el día cinco del mes décimo, llegó a mí un fugitivo de Jerusalén y me dijo: «¡Ha caído la ciudad!».
22 Desde la tarde anterior y hasta que el fugitivo llegó por la mañana había estado sobre mí la mano del Señor. Entonces me devolvió el habla, y dejé de estar mudo.
23 Me fue dirigida esta palabra del Señor:
24 «Hijo de hombre, los habitantes de aquellas ruinas en la tierra de Israel dicen: “Abrahán era uno solo y recibió la tierra en herencia. Nosotros somos muchos. Ahora se nos ha dado la tierra en propiedad”.
25 Pues diles: “Esto dice el Señor Dios: Vosotros coméis la carne con la sangre, elevando vuestros ojos a los ídolos, y derramáis sangre, ¿y pretendéis heredar la tierra?
26 Ponéis la confianza en vuestras espadas; vosotras, mujeres, cometéis actos abominables; vosotros, hombres, deshonráis a la mujer del prójimo, ¿y pretendéis heredar la tierra?”.
27 Les dirás: “Esto dice el Señor: Por mi vida, los que están entre las ruinas caerán a espada, los que andan por el campo serán devorados por las fieras, y los que se refugien en las fortalezas o en las cuevas morirán de peste.
28 Dejaré el país solitario y desolado, terminará su arrogancia y su poder. Quedarán desolados los montes de Israel, y nadie más pasará por allí.
29 Cuando haya dejado el país solitario y desolado a causa de todos los actos abominables que cometieron, entonces reconocerán que yo soy el Señor”.
30 “En cuanto a ti, hijo de hombre, la gente del pueblo habla de ti junto a los muros, y a la puerta de las casas, y se dicen uno a otro: ‘Vamos a escuchar qué palabra viene del Señor’.
31 Han venido a ti en masa. Mi pueblo se sentará frente a ti, escucharán tus palabras, pero no las pondrán en práctica, porque me halagan con sus labios, pero después solo buscan su provecho.
32 Eres para ellos como un cantor apasionado, de buena voz y que sabe acompañarse con las cuerdas. Escuchan tus palabras, pero no las practican.
33 Pero cuando se cumplan —y están para cumplirse— sabrán que había un profeta en medio de ellos”».

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Introducción a Ezequiel 

EZEQUIEL

Ezequiel, sacerdote en Jerusalén, fue deportado a Babilonia con el primer grupo de exiliados (597 a.C.). El libro de su nombre tiene una redacción uniforme que privilegia la primera persona del profeta, con pocas excepciones (Eze 1:3; Eze 24:24), y una clara estructura dramática. Presenta también algunos rasgos propios de la literatura apocalíptica: la técnica del ocultamiento (el libro cerrado -«comido» por el profeta- y la mudez), la presentación de la historia en períodos claramente definidos (caps. Eze 16:1-63; Eze 20:1-49; Eze 23:1-49) y la minuciosa datación de algunos oráculos. El mensaje del libro abarca problemas e inquietudes variadas, pero está conducido por una preocupación central: infundir esperanza en una comunidad nacional y religiosa que se ha visto sometida a una grave crisis, ética, religiosa y política. La conversión será una condición necesaria para un nuevo futuro del pueblo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Ezequiel  33,1-9*33:1-9 El texto desarrolla con mayor minuciosidad los principios expresados en Eze 3:14-21.