1 »Ustedes, israelitas, llegaron a ser muy ricos; ¡parecían viñas cargadas de uvas! Pero mientras más ricos eran, más templos construían para sus dioses; mientras más fértil era su tierra, más bellos eran los monumentos que construían para sus ídolos. |
2 »Por eso Dios los va a castigar; destruirá sus templos y monumentos, y les hará pagar por su pecado, pues quieren al mismo tiempo amar a Dios y a los dioses falsos. |
3 »Ahora ustedes dirán: “Por no respetar a Dios, nos hemos quedado sin rey. Pero aunque lo tuviéramos, ya no podría ayudarnos”. |
4 »Ustedes hablan por hablar; hacen tratos y no los cumplen. ¡Ustedes han sembrado maldad donde debería haber justicia! |
5 (5-6) »Los habitantes de Samaria, la ciudad capital de Israel, se sienten orgullosos del toro que adoran en Bet-avén. Pero vendrá el ejército asirio y se llevará ese ídolo a su país como un regalo para su rey. »Por eso los israelitas lloran y tiemblan de miedo, junto con sus sacerdotes; ahora todos se avergüenzan de haber adorado a ese ídolo. |
7 Su rey, que vive en Samaria, será arrastrado por el río como un pedazo de madera. |
8 »Los templos que están en los cerros serán destruidos por completo, porque allí pecaban adorando a dioses falsos. En sus ruinas crecerán la maleza y las espinas. »Entonces ustedes los israelitas desearán que una montaña les caiga encima y los mate». |
9 Dios reprende a Israel Dios le dijo a su pueblo: «Israelitas, ¡ustedes son unos malvados! Comenzaron a pecar en Guibeá, y no han dejado de hacerlo; por eso serán destruidos en el mismo lugar donde pecaron. |
10 (10-11) Haré que las naciones se unan contra ustedes; así los castigaré, y quedaré satisfecho. Ustedes me obedecían con alegría, pero es tanto lo que han pecado que ahora tendré que castigarlos. Ni los de Judá ni los de Israel escaparán del castigo». |
12 Habla el profeta Oseas le dijo al pueblo: «¡Prepárense para buscar a Dios! Ustedes son como un campo nuevo; siembren la semilla de justicia, y tendrán una cosecha de amor. Entonces Dios vendrá y los salvará; será como la lluvia cuando cae sobre la tierra seca. |
13 »Pero ustedes han sembrado maldad; por eso ahora cosechan violencia y comen el fruto de sus mentiras. Pusieron su confianza en el poder de su ejército. |
14 Ahora estalla la guerra, las fuertes murallas son destruidas, y mueren las madres y los hijos, como cuando el rey Salmán destruyó la ciudad de Bet-arbel. |
15 Esto mismo les ha pasado a los habitantes de Betel, porque es grande su maldad. ¡Tan pronto como amanezca, el rey de Israel perderá la vida!» |