Miqueas 4,9

(9-10) »Tú, Jerusalén,

lloras y te retuerces de dolor,

como si fueras una mujer

a punto de tener un hijo.

Pero no hay razón para que llores;

¡tienes rey y no te faltan consejeros!

Más bien, llora

porque tus habitantes te abandonarán

y vivirán en el campo,

y después serán llevados a Babilonia.

Sin embargo, yo los pondré en libertad;

¡yo mismo los libraré

del poder de sus enemigos!


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