Numeros  27 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 23 versitos |
1 Entonces se acercaron las hijas de Selofejad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de los clanes de Manasés, hijo de José. Las hijas se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milcá y Tirsá.
2 Se presentaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, a los jefes y a toda la comunidad, a la entrada de la Tienda del Encuentro, y dijeron:
3 «Nuestro padre murió en el desierto. No era de la cuadrilla que se amotinó contra el Señor, de la cuadrilla de Coré; sino que por sus propios pecados murió sin tener hijos varones.
4 ¿Por qué ha de ser borrado de su clan el nombre de nuestro padre, solo por no haber tenido hijos varones? Danos alguna propiedad entre los hermanos de nuestro padre».
5 Moisés expuso el caso ante el Señor.
6 Respondió el Señor a Moisés:
7 «Tienen razón las hijas de Selofejad. Dales en propiedad una heredad entre los hermanos de su padre; traspásales a ellas la herencia de su padre.
8 Y dirás a los hijos de Israel: “Si un hombre muere y no deja ningún hijo varón, traspasará su herencia a su hija.
9 Si tampoco tiene hija, daréis la herencia a sus hermanos.
10 Si tampoco tiene hermanos, daréis la herencia a los hermanos de su padre.
11 Y si su padre no tenía hermanos, daréis la herencia al pariente más próximo de su clan, el cual tomaría posesión de ella”. Esta será norma de derecho para los hijos de Israel, según se lo ordenó el Señor a Moisés».
12 ° El Señor dijo a Moisés: «Sube ahí, al monte Abarín, y contempla la tierra que he dado a los hijos de Israel.
13 Cuando la veas, irás a reunirte tú también con los tuyos, como se reunió con ellos tu hermano Aarón.
14 Porque os rebelasteis en el desierto de Sin, cuando protestó la comunidad y yo os mandé manifestar delante de ella mi santidad por el agua». (Es la fuente de Meribá de Cadés, en el desierto de Sin).
15 Moisés dijo al Señor:
16 «Que el Señor, Dios de los espíritus de todo viviente, ponga un hombre al frente de esta comunidad,
17 uno que salga y entre al frente de ellos y que los conduzca en sus entradas y salidas, para que no quede la comunidad del Señor como rebaño sin pastor».
18 Respondió el Señor a Moisés: «Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el espíritu, imponle tu mano
19 y preséntalo ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad, dale instrucciones en presencia de ellos
20 y comunícale parte de tu autoridad, para que le obedezca toda la comunidad de los hijos de Israel.
21 Que se presente al sacerdote Eleazar y que este consulte acerca de él al Señor, según el rito de los urim. A las órdenes de él saldrán y a las órdenes de él entrarán todos los hijos de Israel, toda la comunidad».
22 Moisés hizo lo que le había mandado el Señor: tomó a Josué, lo presentó ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad,
23 le impuso las manos y le dio instrucciones, como había dicho el Señor por medio de Moisés.

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Introducción a Numeros 

NÚMEROS

Éxodo y Levítico habían dejado a los israelitas al pie de la montaña sagrada. Allí el Señor había entregado la Alianza y la Ley al pueblo, había sido construido el Santuario, había sido consagrado sacerdote Aarón y se había inaugurado el culto. Con esos elementos y el liderazgo de Moisés, el Israel de las doce tribus podía ya ponerse en marcha rumbo a la tierra prometida. Ahí es donde retoma Números el hilo de la historia; lo dejará cuando, al cabo de cuarenta años por el desierto, Israel se encuentre a las puertas de la tierra prometida.

Números contiene temas de honda significación para el pueblo de Dios:

1) Israel es el pueblo elegido y bendito;

2) este pueblo es también la morada del Señor;

3) Dios es, por el ministerio de Moisés, el único rey de su pueblo;

4) Aarón se presenta, sin tener la importancia de Moisés, como figura relevante, epónimo de la clase sacerdotal jerosolimitana;

5) se alude a la sucesión de los líderes que guiarán al pueblo;

6) Israel se presenta también como pueblo infiel; y

7) se ve cómo el castigo no es la última palabra de Dios, pues del desierto se espera que saldrá el verdadero pueblo de Israel.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Numeros  27,12-23*27:12-23 La vida de Moisés toca a su fin, pues, como Aarón y toda la generación del éxodo, también él ha de morir sin entrar en la tierra prometida. Le preocupa asegurar un sucesor que guíe al pueblo como un pastor al rebaño en aquel momento trascendental para la historia de salvación.