Mateo 1,20

Estando él en estos pensamientos, de pronto un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir en tu casa a María, tu mujer, pues lo que se engendró en ella es del Espíritu Santo. *

Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)



ES DEL ESPÍRITU SANTO: la maternidad de María fue virginal, efecto de una acción del Espíritu Santo. Como misterioso complemento de la paternidad de Dios Padre, como íntima cooperación con el Espíritu Santo, como principio de la vida humana del Hijo de Dios, la divina maternidad es un triple contacto con la divinidad, que consagra y santifica a María.

Mateo 1, 20

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