Marcos 11 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 32 versitos |
1 ° Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, mandó a dos de sus discípulos,
2 diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un pollino atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traed­lo.
3 Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: “El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto”».
4 Fueron y encontraron el pollino en la calle atado a una puerta; y lo soltaron.
5 Algunos de los presentes les preguntaron: «¿Qué hacéis desatando el pollino?».
6 Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
7 Llevaron el pollino, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó.
8 Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo.
9 Los que iban delante y detrás, gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
10 ¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!».
11 Entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, salió hacia Betania con los Doce.
12 Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre.
13 Vio de lejos una higuera con hojas, y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.
14 Entonces le dijo: «Nunca jamás coma nadie frutos de ti». Los discípulos lo oyeron.
15 Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.
16 Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.
17 Y los instruía diciendo: «¿No está escrito: “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos”? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de bandidos».
18 Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo admiraba su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él.
19 Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
20 A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz.
21 Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: «Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».
22 Jesús contestó: «Tened fe en Dios.
23 En verdad os digo que si uno dice a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
24 Por eso os digo: Todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis.
25 Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas».
27 Volvieron a Jerusalén ° y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,
28 y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad para hacer esto?».
29 Jesús les replicó: «Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto.
30 El bautismo de Juan ¿era del cielo o de los hombres? Contestadme».
31 Se pusieron a deliberar: «Si decimos que es del cielo, dirá: “¿Y por qué no le habéis creído?”.
32 (31b) ¿Pero cómo vamos a decir que es de los hombres?». (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta).
33 (32) Y respondieron a Jesús: «No sabemos». Jesús les replicó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».

Patrocinio

 
 

Introducción a Marcos

MARCOS

El Evangelio de san Marcos se abre con las siguientes palabras: Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios (Mar 1:1). Estas contienen ya en sí mismas un avance de lo que significa evangelio (proclamación de una buena noticia) y de su contenido, que es la persona de Jesucristo Hijo de Dios. La tradición ha identificado a este Marcos con Juan Marcos, sobrino de Bernabé, que acompañó a Pablo en sus viajes apostólicos (Hch 15:37-39). La composición de la obra suele datarse en torno al año 70 d.C., cuando todavía estaba en vida la generación apostólica. Este evangelio, dentro de su carácter principalmente narrativo, contiene una profunda dimensión teológica. Ya el mismo término «evangelio» indica que el contenido del relato es una proclamación de la salvación para la humanidad. Al presentar a Jesucristo como Hijo en el título de su evangelio, San Marcos nos remite desde el comienzo al misterio de Dios como Padre de Jesucristo. En la escena de Getsemaní, Cristo se dirige a él llamándolo Abba, Padre (Mar 14:36). Dios es también nuestro Padre (Mar 11:25: vuestro Padre del cielo). Al mismo tiempo, en las proclamaciones del Padre acerca del Hijo y en la concepción del reino de Dios, descubrimos que la cristología es el centro del segundo evangelio. Por otra parte, en el conjunto del Evangelio y especialmente en algunos momentos y detalles del mismo (predicciones de la pasión, juicio ante el sanedrín y ante Pilato, cartel sobre la cruz), se descubre un acento particular en la condición sufriente del Mesías e Hijo de Dios, Jesucristo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas

Marcos 11,1-11*11:1-11 La entrada de Jesús en Jerusalén representa para Marcos el fin de su viaje iniciado en Galilea y el comienzo de la etapa decisiva de su ministerio. Él viene a la ciudad a cumplir su misión y su destino, mientras la multitud lo aclama con imprecisas expresiones mesiánicas. Los ecos de Zac 9:9 (Mar 11:2-7) definen el carácter humilde y pacífico de su mesianismo.


Marcos 11,27-33*11:27-12:40 A lo largo de estos versículos se hace patente un conflicto doctrinal y se prepara narrativamente el desenlace violento de la pasión. La sección se desarrolla en seis actos, en los que la diversidad de interlocutores revela la amplitud de la oposición a Jesús en Jerusalén. Frente a ello, el pueblo muestra una actitud muy positiva.