Marcos 7 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 37 versitos |
1 Y se reúnen los fariseos y algunos de los escribas venidos de Jerusalén, y se presentan a Jesús.
2 Y viendo a algunos de sus discípulos comer sus panes con manos profanas, esto es, no lavadas
3 — porque los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos a fuerza de puños, no comen, aferrados a la tradición de los ancianos;
4 y al volver de la plaza, si primero no se bañan, no comen; y hay otras cosas cuya observancia recibieron por tradición, lavatorios de copas, jarros, vajilla de cobre, lechos—,
5 y le preguntan los fariseos y los escribas: ¿Por qué no caminan tus discípulos conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen su pan con manos profanas?
6 El les dijo: Muy bien profetizó Isaías de vosotros, farsantes, según está escrito (Is 29:13): «Ese pueblo me honra con los labios, mas su corazón anda lejos de mí;
7 es vano el culto que me rinden, enseñando doctrinas, preceptos de hombres».
8 Dejando a un lado el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.
9 Y les decía: Donosamente rescindís el mandamiento de Dios, para mantener vuestra tradición.
10 Porque Moisés dijo: «Honra a tu padre y a tu madre» y «El que maldijere al padre o a la madre, muera sin remisión» (Ex 20:12; Dt 5:16; Ex 21:17).
11 Vosotros, empero, decís: «Si un hombre dijere al padre o la madre: Queda declarado korbán, que es decir: ofrenda, todo lo mío que pudieras reclamar en tu provecho,
12 no le dejáis ya hacer nada por el padre o por la madre,
13 rescindiendo la palabra de Dios con vuestra tradición que os transmitisteis de unos a otros; y semejantes a éstas en este género nacéis muchas cosas». *
14 Y llamando de nuevo a si la turba les decía: Escuchadme todos y entended
15 Ninguna cosa hay que de fuera del hombre entre en él que sea capaz de contaminarle, sino las que del hombre salen son las que contaminan al hombre.
16 Quien tenga oídos para oír, escuche.
17 Y cuando entró en casa, dejada la turba, le preguntaban los discípulos esta parábola.
18 Y les dice: ¿Conque también vosotros tenéis tan poca inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de lucra entra en el hombre no es capaz de contaminarle,
19 pues que no entra en su corazón, sino en su vientre, y de allí va a parar a la letrina? Con esto declaraba puros todos los alimentos.*
20 y decía: Lo que del hombre sale, esto contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos: fornicaciones, hurtos, homicidios,
22 adulterios, codicias, maldades, dolo, libertinaje, mal ojo, maledicencia, soberbia, privación del sentido moral;
23 todas esas cosas malas, de dentro salen y contaminan al hombre.
24 Y levantándose, partió de allí a los confines de Tiro y de Sidón. Y entrando en una casa, no quería que nadie lo supiese; mas no logró pasar inadvertido;
25 sino que en seguida una mujer cuya pobre hija tenía un espíritu inmundo, habiendo oído de él, viniendo se postró a sus pies.
26 Esa mujer era gentil, sirofenicia de raza; y le rogaba que lanzase el demonio de su hija.
27 y le decía: Deja que primero se sacien los hijos; que no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
28 Ella respondió y le dice: Sí, señor; también los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los niños.
29 Y le dijo: Por eso que has dicho, anda, ha salido de tu hija el demonio.
30 Y marchándose a su casa, halló a la niña echada sobre la cama y salido el demonio.
31 De nuevo saliendo de los confines de Tiro, se encaminó por Sidón hacia el mar de Galilea, pasando por medio de los términos de la Decápolis.
32 Y le presentan un sordo y tartamudo y le ruegan que ponga sobre él su mano.
33 Y tomándole aparte lejos de la turba, introdujo sus dedos en las orejas del sordo y con su saliva tocó su lengua;*
34 y levantando sus ojos al cielo suspiró, y le dijo: Effatá (esto es, «Ábrete»).
35 Y al punto se abrieron sus oídos, y se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.
36 Y les ordenó que a nadie lo dijesen; pero cuanto más se lo ordenaba, tanto más y más ellos lo divulgaban.
37 Y se asombraban sobremanera, diciendo: Todo lo ha hecho bien, y hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

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Introducción a Marcos




EVANGELIO DE
SAN MARCOS

EL AUTOR. — Juan, apellidado Marcos ( Hch_12:12 ; Hch_12:25 ; Hch_15:37 ), o simplemente Juan ( Hch_13:5 ; Hch_13:13 ), era más generalmente designado por el apellido romano de Marcos ( Hch_15:39 ; Col_4:10 ; 2Ti_4:11 ; Flm_1:24 ; 1Pe_5:13 ). Era primo de Bernabé ( Col_4:10 ). Su madre se llamaba María, a cuya casa se dirigió San Pedro al ser liberado de la cárcel ( Hch_12:12 ). Esta casa, según todas las probabilidades, era el cenáculo, donde se celebró la última cena ( Mar_14:15 ; Luc_22:12 ) y adonde se recogieron los discípulos después de la ascensión del Señor ( Hch_1:13 ; Hch_2:2 ), y fue como la sede de la primitiva iglesia de Jerusalén ( Hch_4:23 ; Hch_4:31 ; Hch_5:42 ; Hch_12:12 ).

Se cree, a lo que parece con razón, que el joven «envuelto en una sábana» ( Mar_14:51-52 ) que en Getsemaní fue asido por los satélites y «desnudo se escapó de ellos», no era otro que el mismo Marcos, único que refiere este episodio. Acompañó con' Bernabé a Pablo en su primera misión ( Hch_13:5 ); mas pronto se retiró ( Hch_13:13 ). En la segunda misión, Bernabé quería llevarle otra vez consigo; pero Pablo no lo consintió. Entonces Bernabé, «tomando a Marcos» y separándose de Pablo, «se embarcó para Chipre» ( Hch_15:37-39 ). Más tarde se le halla con Pablo durante su primera prisión romana ( Col_4:10-11 ; Flm_1:24 ), y poco después con Pedro, que le llama cariñosamente «su hijo» ( 1Pe_5:13 ). Sobre él escribía Pablo durante su segunda prisión romana a Timoteo: «A Marcos tómale y tráele contigo, pues me va a ser útil para el ministerio» ( 2Ti_4:11 ). Según la tradición, Marcos fue quien, enviado por Pedro, fundó la iglesia de Alejandría. La misma tradición le llama «intérprete de Pedro».

Su OBRA. — La labor literaria de San Marcos en la composición de su Evangelio fue mínima. Sería, sin duda, exagerado decir que el segundo Evangelio es el disco fonográfico de la catequesis evangélica de San Pedro; pero tampoco puede negarse que las actividades que principalmente puso en juego el intérprete de Pedro fueron su memoria y su pluma. Con todo, la labor de San Marcos no fue puramente mecánica ni ininteligente. El, que, además de Pedro, había oído frecuentemente a Bernabé y a Pablo y se había ejercitado también en la predicación evangélica, se allanó modesta y abnegadamente a reproducir la predicación de Pedro en su forma romana. Esta humilde fidelidad, empero, no impidió que la catequesis de Pedro se matizase aquí y allá de ciertas reminiscencias paulinas.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Marcos escribió su Evangelio movido por las instancias de los fieles de Roma, en su mayoría gentiles, que vivamente se lo rogaron, deseosos de conservar por escrito la predicación oral de San Pedro. Los frecuentes latinismos, además de otros indicios, confirman este origen romano del segundo Evangelio. Dirigido principalmente a gentiles, pone de relieve, más que la mesianidad la divina filiación de Jesús. De ahí la cabida que en él se da a la narración de los milagros, y singularmente a la expulsión de los demonios.

PLAN. — Ya los antiguos advirtieron la sencillez del plan seguido por San Marcos, ajeno enteramente a aquellas ordenaciones o composiciones sistemáticas que pusieron de su parte Mateo y Lucas. El plan de Marcos es puramente itinerario y, consiguientemente, cronológico. En esta fidelidad cronológica consiste en gran parte el valor que para nosotros tiene el segundo Evangelio. Marcos, combinado con Juan, ha de ser la base de la ordenación cronológica de los Evangelios.

INTEGRIDAD. — Algunos críticos han dudado de la autenticidad del llamado final de Marcos. La diferencia de estilo de los últimos versículos (16:9-20), que ha dado pie a estas dudas, se explica perfectamente. Hasta 16:8, Marcos reproduce la predicación de Pedro con su estilo popular, vivo y dramático; desde 16:9 escribe ya por su cuenta y con su estilo propio, que no es el de Pedro. Como la predicación oral no incluía el relato de la resurrección, San Marcos quiso añadirlo, para no dejar incompleto su Evangelio.

NOTA. — El comentario y notas al segundo Evangelio son más breves. Ulteriores explicaciones podrán hallarse en el lugar paralelo de San Mateo.




Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Marcos 7,11

Cuando un hijo desnaturalizado quería sacudirse la obligación de socorrer a sus padres indigentes, apelaba al recurso, enseñado por los escribas, de pronunciar sobre sus bienes la palabra korbán , quedando nominalmente consagrados a Dios; consagración impía, que creaba el deber de no socorrer a los padres necesitados.


Marcos 7,13

Justamente condena el Señor la tradición humana opuesta a la ley divina; pero no es meramente humana, ni opuesta a la verdad divina, la tradición cristiana, que no es sino la transmisión, divinamente garantizada, de la enseñanza oral de los apóstoles.


Marcos 7,19

DECLARABA PUROS TODOS LOS ALIMENTOS: esta observación, que en su predicación oral intercalaba San Pedro a las palabras del Señor, la hacía el apóstol recordando la maravillosa visión de Jope (Hch_10:9-16).


Marcos 7,33-34

Esta especie de ceremonial parece que tuvo por objeto inspirar la fe en el sordomudo, que tal vez era gentil.