Lucas 14 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 35 versitos | Lucas 14 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 35 versitos
1

Sana a un hidrópico

Un sábado que entró a comer en casa de un jefe de fariseos, ellos lo vigilaban.
1
Curación de un hidrópico en sábado.
Sucedió que un sábado fue a comer a casa de uno de los jefes de los fariseos. Ellos le estaban observando.
2 Se le puso delante un hidrópico.2 Había allí, delante de él, un hombre hidrópico.
3 Jesús tomó la palabra y preguntó a los doctores de la ley y fariseos:
–¿Está permitido sanar en sábado o no?
3 Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?»
4 Ellos callaron.
Jesús tomó al enfermo, lo sanó y lo despidió.
4 Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó y le despidió.
5 Después les dijo:
– Supongamos que a uno de ustedes se le cae un hijo o un buey a un pozo: ¿acaso no lo sacará enseguida, por más que sea sábado?
5 Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?»
6 Y ellos no supieron qué responderle.6 Y no pudieron replicar a esto.
7

Los primeros puestos

Observando cómo elegían los puestos de honor, dijo a los invitados la siguiente parábola:
7
Elección de asientos.
Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola:
8 – Cuando alguien te invite a una boda, no ocupes el primer puesto; no sea que haya otro invitado más importante que tú8 «Cuando alguien te invite a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya invitado a otro más distinguido que tú
9 y el que los invitó a los dos vaya a decirte que le cedas el puesto al otro. Entonces, lleno de vergüenza, tendrás que ocupar el último puesto.9 y, viniendo el que os invitó a ti y a él, te diga: “Deja el sitio a éste”, y tengas que ir, avergonzado, a sentarte en el último puesto.
10 Cuando te inviten, ve y ocupa el último puesto. Así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: Amigo, acércate más. Y quedarás honrado en presencia de todos los invitados.10 Al contrario, cuando te inviten, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa.
11 Porque quien se engrandece será humillado, y quien se humilla será engrandecido.11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.»
12 Al que lo había invitado le dijo:
– Cuando ofrezcas una comida o una cena, no invites a tus amigos o hermanos o parientes o a los vecinos ricos; porque ellos a su vez te invitarán y quedarás pagado.
12
Elección de invitados.
Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez y tengas ya tu recompensa.
13 Cuando des un banquete, invita a pobres, mancos, cojos y ciegos.13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;
14 Dichoso tú, porque ellos no pueden pagarte; pero te pagarán cuando resuciten los justos.14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.»
15

El banquete de bodas
Mt 22,1-10

Uno de los invitados, al oírlo, dijo:
–¡Dichoso el que se siente al banquete del reino de Dios!
15
Los invitados que se excusan.
Al oír esto, uno de los comensales le dijo: «¡Dichoso el que pueda comer en el Reino de Dios!»
16 Jesús le contestó:
– Un hombre daba un gran banquete, al que invitó a muchos.
16 Él le respondió: «Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos;
17 Hacia la hora del banquete envió a su sirviente a decir a los invitados: Vengan, ya todo está preparado.17 a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los invitados: “Venid, que ya está todo preparado.”
18 Pero todos, uno tras otro se fueron disculpando.
El primero dijo: He comprado un terreno y tengo que ir a examinarlo; te ruego me disculpes.
18 Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le dijo: “He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses.”
19 El segundo dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego me disculpes.19 Y otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses.”
20 El tercero dijo: Me acabo de casar y no puedo ir.20 Otro dijo: “Me acabo de casar, y por eso no puedo ir.”
21 El sirviente volvió a informar al dueño de casa.
Éste, irritado, dijo al sirviente: Sal rápido a las plazas y calles de la ciudad y trae aquí a pobres, mancos, ciegos y cojos.
21 «Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, el dueño de la casa, airado, dijo a su siervo: “Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, a ciegos y cojos.”
22 Regresó el sirviente y le dijo: Señor, se ha hecho lo que ordenabas y todavía sobra lugar.22 Dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio.”
23 El señor dijo al sirviente: Ve a los caminos y veredas y oblígalos a entrar hasta que se llene la casa.23 Dijo el señor al siervo: “Sal a los caminos y cercas, y obliga a entrar hasta que se llene mi casa.”
24 Porque les digo que ninguno de aquellos invitados probará mi banquete.24 Porque os digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena.»
25

El discípulo
Mt 10,37s

Le seguía una gran multitud. Él se volvió y les dijo:
25
Renuncia a todo lo que se ama.
Caminaba con él mucha gente y, volviéndose, les dijo:
26 – Si alguien viene a mí y no me ama más que a su padre y su madre, a su mujer y sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.26 «Si alguno viene junto a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida, no puede ser discípulo mío.
27 Quien no carga con su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo.27 El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
28 Si uno de ustedes pretende construir una torre, ¿no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?28
Renuncia a los bienes.
«Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla?
29 No suceda que, habiendo echado los cimientos y no pudiendo completarla, todos los que miran se pongan a burlarse de él29 No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo:
30 diciendo: éste empezó a construir y no puede concluir.30 “Éste comenzó a edificar y no pudo terminar.”
31 Si un rey va a enfrentarse en batalla contra otro, ¿no se sienta primero a deliberar si podrá resistir con diez mil al que viene a atacarlo con veinte mil?31 O ¿qué rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil?
32 Si no puede, cuando el otro todavía está lejos, le envía una delegación a pedir la paz.32 Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz.
33 Lo mismo cualquiera de ustedes: quien no renuncie a sus bienes no puede ser mi discípulo.33 Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
34

Mt 5,13; Mc 9,50

Buena es la sal; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?
34
No perder la eficacia.
«Buena es la sal; mas si también la sal se torna insípida, ¿con qué se la sazonará?
35 Ya no sirve ni para el campo ni para abono; hay que tirarla. El que tenga oídos para oír que escuche.35 No es útil ni para la tierra ni para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga.»

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Introducción a Lucas

Lucas

Contexto histórico. La obra de Lucas nos sitúa en la segunda generación cristiana. Los cristianos se van asentando y expandiendo cada vez más dentro del mundo romano, aunque son vistos frecuentemente con recelo y sospecha. Urge, pues, presentar el ideal cristiano como un ideal apto e inofensivo para la sociedad romana, como una práctica religiosa que puede subvertir el mundo no con la violencia de las armas ni de las guerras, sino con la fuerza del Espíritu que ya está actuando y que va convirtiendo muchos corazones al Señor Jesús. Por otro lado, en la medida que se radicaliza la ruptura entre la Iglesia cristiana y la Sinagoga judía, va surgiendo en las comunidades cristianas cierto rechazo a la historia de salvación precedente, y es necesario resaltar que une el cristianismo con el judaísmo. Este es, quizás, el contexto en que Lucas escribe su evangelio.

Destinatarios.
Por los datos que nos brinda el evangelio, se trataría de una comunidad de cristianos mayoritariamente de origen pagano y geográficamente distante de Palestina. Ella estaría llamada a ser testigo del plan liberador de Dios en el mundo, plan liberador que difiere en todo al plan del imperio, pues no se basa en las armas, sino en el poder de Dios que actúa en la Iglesia. Plan que ya estaba presente en la historia a través de los profetas del Antiguo Testamento y que ahora por medio del Espíritu de Jesús se va realizando en la Iglesia, nuevo pueblo de Dios.

Autor, fecha y lugar de composición.
La tradición lo ha titulado «según san Lucas», dando así su autoría al «médico querido» de Pablo ( Col_4:14 ), que también aparece en Flm_1:24 . En cuanto a la fecha de su composición, el autor tiene noticia de la destrucción de Jerusalén (año 70), pero no de la persecución de Domiciano (año 90-95), y también parece vivir el rechazo oficial de la sinagoga a los cristianos (entre el año 85 y 90); por eso muchos biblistas sugieren como fecha probable la década de los 80. En cuanto al lugar de su composición hay mucha conjetura. La tradición habla tanto de Cesarea, Alejandría como del sur de Grecia, entre otros lugares.

Un evangelio que forma parte de una gran obra singular.
A pesar de su fuerte dependencia de Marcos y del hipotético documento Q, Lucas presenta un evangelio muy peculiar que le distingue notablemente de los demás.
Parte de un plan más amplio
. . Constituye la primera parte de una obra mayor que continúa con los Hechos de los Apóstoles, y ocupa una posición intermedia en el gran arco de la historia de la salvación, que comprende: el tiempo de las promesas del Antiguo Testamento; el tiempo de Jesús, realización de las promesas del Antiguo Testamento; y el tiempo de la Iglesia, el tiempo de la acción del Espíritu Santo. La conexión entre estos «tres tiempos» de la historia de la salvación es esencial para conocer la misión de Jesús tal como nos la presenta Lucas en su evangelio. Los personajes de la infancia, especialmente Simeón, encarnan esa tensión entre el pasado y el momento culminante que ha llegado. No menos importante es la continuación de la obra de Jesús: la expansión de la Iglesia. Como el Antiguo Testamento profetiza y prefigura a Jesús, así Jesús profetiza y prefigura la misión de los apóstoles. Los forma a su lado, los instruye, los previene, les da su Espíritu. Después, al contar sus «Hechos», Lucas se complace en establecer paralelos, en ver en esos pioneros de la primera evangelización el modelo de Jesús que sigue presente y actuando en su Iglesia y en el mundo.
Visión histórica.
Lucas se presenta como un historiador al mejor estilo griego: cuidadoso en consultar sus fuentes y exponer los hechos. Sabe recoger y ordenar los datos de los acontecimientos que le interesa narrar. Sin dejar de proclamar la fe, intenta hacer una obra de historiador. Entrelaza su relato con fechas de la historiografía secular, colocando así la misión de Jesús en el amplio marco de los acontecimientos del imperio. En su evangelio una comunidad de creyentes, autónoma y consolidada vuelve la mirada hacia sus orígenes, hacia la vida de Jesús, desde sus inicios hasta su ascensión al cielo. Y a la vez, una comunidad, sanada ya de aguardar una parusía inminente, toma conciencia de su ser y de su vocación histórica en el seno de la ordenación política y cultural de su tiempo.

Jerusalén
. Es el centro geográfico y teológico de su obra. Allí comienza y concluye el itinerario de Jesús. De allí arranca la evangelización, en alas del Espíritu, hasta el confín del mundo.

Jesús, movido por el Espíritu, anuncia la liberación. Los «tres tiempos» de la historia de la salvación se mueven en Lucas a impulso del Espíritu Santo. Es Él el que inspira y guía a los profetas y las profetisas del Antiguo Testamento hasta sus dos últimos representantes, Simeón y Ana ( Col_2:25-38 ). Es Él el que desciende plena y definitivamente sobre Jesús de Nazaret ( Col_3:21 s). Y es Él el que, siendo ya el Espíritu del resucitado, inaugura el tiempo de la Iglesia en Pentecostés, llevando la palabra de vida y liberación del Evangelio hasta los confines del mundo y hasta el final de los tiempos. El tema dominante de su evangelio arranca de la escena programática en la que Jesús, movido por el Espíritu, da inicio a su ministerio: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres... la libertad a los cautivos... a los oprimidos... para proclamar el año de gracia del Señor» ( Col_4:18 s). Después vendrá el viaje ascencional hacia Jerusalén ( Col_9:51 ), que llevará a Jesús junto a sus discípulos hacia la cruz, hacia el cielo.
Por el camino va derramando la misericordia y el perdón, acogiendo a los pecadores, buscando a los extraviados y ayudando a los pobres y necesitados. Su predicación se abre a los paganos -incluso procura dejar bien parados a varios personajes romanos-, a la vez que registra una creciente oposición de las autoridades judías. Las mujeres, minusvaloradas y despreciadas en su cultura, desempeñan un papel sobresaliente en su ministerio. Como fruto de la liberación, va dejando tras de sí una estela de gozo y de alegría. El Espíritu comienza a actuar, preparando su acción dominante en los Hechos.
Con otra escena programática cierra Lucas su evangelio: Jesús resucitado, en viaje hacia Emaús, propone la clave pascual del cumplimiento de la profecía y la sella con una eucaristía ( Col_24:13-35 ).

Sinopsis. Empieza con una doble introducción, notable por su construcción en bloques paralelos: infancia de Juan y de Jesús (1s). Continúa con el bautismo y las tentaciones ( Col_3:1-4 , 13). El ministerio en Galilea se abre con la fuerza del Espíritu ( Col_4:14 ) y se cierra con el poder del nombre de Jesús actuando más allá del círculo de sus discípulos ( Col_9:49 s). Sigue el gran viaje a Jerusalén como cuadro narrativo (,28) y concluye toda la obra en esta ciudad: confrontación, pasión, muerte, resurrección y ascensión (,53).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Lucas 14,1-6Sana a un hidrópico. Con este nuevo signo de sanación en sábado Jesús denuncia esa manera tan equivocada e interesada de entender el precepto sabático y, en general, la Ley. En otro lugar de Galilea Jesús ya había proclamado su señorío sobre el sábado; también en esta región del camino a Jerusalén queda establecido que Él es Señor de la vida y también del sábado.


Lucas 14,7-14Los primeros puestos. En el reino nadie ocupa los primeros lugares ni por derecho propio ni por cortesía; los primeros lugares los ocupan quienes hayan renunciado a la manera humana de pensar y se hayan puesto al servicio de los demás.
Lucas 14,15-24El banquete de bodas. En Jesús, Dios está proporcionando una última oportunidad de salvación para su pueblo, pero siempre hay un sector que se excusa para comenzar a instaurar ya la nueva realidad del reino. Hay otro sector, si se quiere más amplio, al que el oficialismo religioso lo ha mantenido siempre relegado, privado del conocimiento y de la experiencia de la comunión con Dios como Padre y como amigo; esos son los lisiados, los cojos, los ciegos, las mujeres y niños y, en fin, los que no habían ni siquiera soñado con que podían «compartir» la mesa y la vida con el Padre: los paganos o extranjeros. El plan salvífico del Padre concretado en Jesús no se paraliza ante la negativa de aceptarlo; ese proyecto tiene vida propia y avanza y se realiza aunque muchos lo rechacen y se autoexcluyan del él.
Lucas 14,25-35El discípulo. En conexión con el tema de los que se excusan para no asistir al banquete, Jesús traza unas líneas de exigencia para su seguimiento: la familia, como símbolo de la seguridad personal, hay que relativizarla cuando de seguir a Jesús se trata. La idea de Jesús es que el discípulo comience a construir un modelo de sociedad distinta: fraterna, solidaria, igualitaria, donde cualquier estructura, comenzando por la familia, esté al servicio de esta nueva sociedad y no al contrario. La otra seguridad es de tipo económico: los bienes materiales. La única forma de que el ser humano pueda atender con equilibrio el mayor número posible de necesidades -personales, corporales, materiales y espirituales- es construyendo con los demás esa nueva sociedad que exige el reino, y eso es labor de cada día.