Lucas 16 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 31 versitos |
1 Decía también a los discípulos: Era un hombre rico que tenía un mayordomo, el cual fue acusado ante él de que malbarataba su hacienda.
2 Y habiéndole llamado, le dijo: ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Ríndeme cuentas de tu administración, porque no podrás en adelante seguir de mayordomo.
3 Dijo para sí el mayordomo: ¿Qué voy a hacer, ya que mi amo me quita la mayordomía? ¿Cavar? No puedo. ¿Mendigar? Me da vergüenza.
4 Ya sé qué haré para que, cuando sea removido de la mayordomía, me reciban en sus casas.
5 Y llamando uno por uno a los deudores de su amo, decía al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
6 El dijo: Cien batos de aceite. El le dijo: Toma tu factura y siéntate al punto y escribe: Cincuenta. *
7 Luego dijo a otro: ¿Y tú cuántos debes? El dijo: Cien coros de trigo. Dícele: Toma tu factura y escribe: Ochenta.
8 Y alabó el amo al mayordomo infiel, porque había obrado sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces que los hijos de la luz en el trato con sus semejantes. *
9 Yo también os digo: granjeaos amigos con esa riqueza de iniquidad, para que, cuando os venga a faltar, os reciban en las moradas eternas. *
10 Quien es fiel en lo mínimo, también en lo mucho es fiel; y quien en lo mínimo es infiel, también en lo mucho es infiel.
11 Si, pues, en las riquezas de iniquidad no fuisteis fieles, ¿quién os confiará los verdaderos bienes?*
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿lo vuestro quién os lo entregará? *
13 Ningún criado puede servir a dos amos; porque o bien al uno aborrecerá y al otro amará, o bien se entregará al primero y tendrá en poco al segundo. No podéis servir a Dios y al Dinero. *
14 Oían todas estas cosas los fariseos, que eran amigos del Dinero, y hacían mofa de él.
15 Y les dijo: Vosotros sois los que blasonáis de justos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo encumbrado a juicio de los hombres es abominación a los ojos de Dios. *
16 La Ley y los Profetas terminan en Juan; desde entonces es anunciada la buena nueva del reino de Dios, y todos forcejean por entrar en él. *
17 Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra que no que caiga una sola tilde de la Ley.
18 Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y quien se casa con la que ha sido repudiada por su marido, comete adulterio.
19 Era un hombre rico, que vestía púrpura y lino fino y banqueteaba cada día espléndidamente. *
20 Por el contrario, un pobre, por nombre Lázaro, estaba tendido junto a su puerta, cubierto de úlceras
21 y deseando hartarse de lo que caía de la mesa del rico; pero hasta los perros venían y lamían sus úlceras.
22 Sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue sepultado.
23 Y estando en el infierno, en medio de tormentos, levanta sus ojos y ve a Abrahán a lo lejos y a Lázaro en su seno.
24 y levantando la voz, dijo: Padre Abrahán, compadécete de mí y manda a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque me abraso en estas llamas.
25 Dijo Abrahán: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro asimismo los males; ahora, en cambio, él aquí es consolado y tú atormentado.
26 Y a todo eso, entre nosotros y vosotros se interpone una sima infranqueable, de suerte que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, ni tampoco de ahí pasan a nosotros.
27 Y dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a casa de mi padre —
28 pues tengo cinco hermanos—, para que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de la tortura.
29 Dice Abrahán: Tienen ya a Moisés y a los profetas; escúchenlos.
30 El dijo: No padre Abrahán, sino que, si fuere a ellos alguno de los muertos, harán penitencia.
31 Díjole: Si a Moisés y a los profetas no escuchan, tampoco se rendirán si alguno resucitare de entre los muertos.

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Introducción a Lucas




EVANGELIO DE
SAN LUCAS

EL AUTOR. — Un antiquísimo prólogo a los Evangelios escribe: «Lucas, de nación siró, antioqueno, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, después siguió a Pablo». En el libro de los Hechos, sin nombrarse, habla repetidas veces de sí usando el plural «nosotros». La primera mención de este «nosotros» ocurre ya, probablemente (según el llamado texto occidental), en Hch_11:27-28 , por estas palabras: «Por aquellos días bajaron de Jerusalén unos profetas a Antioquia, y había grande alegría. Estando nosotros reunidos, levantándose uno de ellos por nombre Agabo…». Esto acontecía hacia el año 40. Y si así es, San Lucas pertenecía a la primera generación de los fieles antioquenos, amaestrados, si no conquistados, por Bernabé. En otras tres ocasiones habla de sí el autor de los Hechos: en el viaje de Tróade a Filipos, durante la segunda misión de San Pablo ( Hch_16:10-17 ); en e' viaje de Filipos a Jerusalén, al fin de la tercera misión ( Hch_20:5-15 ; Hch_21:1-18 ), y en el viaje de Cesárea a Roma ( Hch_27:1-44 ; Hch_28:1-16 ). Durante su primera prisión romana dos veces menciona San Pablo a San Lucas, llamándole su colaborador y médico querido ( Col_4:14 ; Flm_1:24 ). Y en su última prisión, en vísperas de su martirio, recuerda el Apóstol, agradecido, que «sólo Lucas está con él» ( 2Ti_4:11 ).

Su OBRA. — El evangelista médico pudo haber hecho con Bernabé o con Pablo, cuya predicación oral se proponía consignar por escrito, lo que Marcos había hecho no mucho antes con San Pedro: reproducirla simplemente. Mas su cultura helénica le inspiró otros pensamientos, humanamente más altos.

Lucas no había visto al Señor: para conocer su obra y su doctrina hubo de apelar a informaciones ajenas. Y lo hizo en grande escala. Lo que uno ignoraba o no recordaba, lo sabía o recordaba otro. La base o punto de referencia de todos estos datos recogidos era la catequesis oral de Bernabé y de Pablo, que era para Lucas la fuente principal de sus informaciones. Tal es en Lucas la manera característica de enfocar el Evangelio oral: no como obra ya hecha y acabada, sino como documento informativo o fuente de una obra más vasta.

Ya en este acopio de datos y uso de las fuentes se muestra Lucas original. Adquiere nuevo relieve esta originalidad con la composición u ordenación sistemática del material recogido, con las notas cronológicas, que conectan la vida del Salvador con la historia universal; con la sobria elegancia de su lengua y estilo, unida a la más escrupulosa fidelidad en reproducir los documentos históricos.

Otras cualidades pudieran mencionarse que caracterizan la obra de San Lucas, entre las cuales no ocupa el último lugar aquel espíritu de suavidad y delicadeza que le ha merecido el título de
Scriba mansuetudinis Christi.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Lucas dedica su Evangelio al «excelentísimo Teófilo» (1:3), hombre ilustre recién convertido al cristianismo; pero en realidad se dirige a las iglesias fundadas por San Pablo, principalmente a los fieles venidos de la gentilidad, pero sin olvidar a los judíos. El fin que se propone en la redacción de su Evangelio exprésalo él mismo en el prólogo: «para que reconozcas la firmeza de las enseñanzas que recibiste» (1:4). Más generalmente, la tesis del tercer Evangelio es la universalidad de la salud por Cristo; es el tema de la Epístola de San Pablo a los Romanos: El Evangelio «es una fuerza de Dios ordenada a la salud para todo el que cree» (1:16). Si el Evangelio de San Mateo podría llamarse mesiánico; el de San Marcos, taumatúrgico; el de San Juan, teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia.

ORDEN. — Promete San Lucas escribir su Evangelio «por su orden» (1:3). Este «orden», acorde generalmente con el de San Marcos, es, sin duda, cronológico; mas no es esto precisamente lo que él quiere expresar, sino más bien, como él mismo lo declara en el prólogo, «el trabajo de coordinar [sistemáticamente] una narración»
(1:1). Semejante ordenación lleva consigo algunas veces ciertas inversiones cronológicas. Las más características son ciertas anticipaciones en razón de concluir o redondear una materia antes de pasar a otra diferente. Ejemplo típico de este procedimiento de anticipación es la relación de la prisión de Juan Bautista (3:19-20) antes del relato del bautismo de Jesús (3:21-22), en que ya no se menciona a Juan.

LA LENGUA. — El griego usado por San Lucas es más castizo y elegante que el de los otros evangelistas. Su prólogo es un período cuadrimembre, harmónicamente construido, que recuerda el de Dioscórides a su obra médica. Pero más que por su relativa elegancia interesa la lengua de San Lucas en cuanto es sello de autenticidad y garantía de verdad y escrupulosidad histórica. Su tecnicismo médico señala como autor al «médico querido», compañero de San Pablo. Sus frecuentes términos paulinos delatan al discípulo y colaborador del grande Apóstol. Razón, pues, tiene la tradición cristiana cuando afirma que el autor del tercer Evangelio es Lucas, el médico y discípulo de San Pablo. Más interesantes son todavía los numerosos aramaísmos , que tan rudamente contrastan con el lenguaje que usa San Lucas cuando escribe por su cuenta. Estos aramaísmos son efecto de su escrupulosa fidelidad en utilizar los documentos o en traducir las informaciones oídas en arameo. El tránsito brusco del elegantísimo prólogo a los aramaísmos de los dos primeros capítulos acreditan la verdad histórica del tercer Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Lucas 16,6-7

El valor o capacidad del BATO fue variando con el tiempo. Antiguamente el bato contenía 36,44 (o 36,02) litros; posteriormente, 39,55 (o 40,05) litros. El CORO equivalía a 10 batos.


Lucas 16,8

ALABÓ EL AMO: no es Jesús, sino el amo quien alaba; y lo que alaba no es el fraude, sino la sagacidad. La sagacidad de LOS HIJOS DE ESTE SIGLO para el mal es un reproche de la indolencia o inepcia de los hijos de la luz para el bien.


Lucas 16,9

GRANJEAOS AMIGOS…: es la moraleja de la parábola, que se saca directamente de la sagacidad del mayordomo infiel; pero se alude también a su fraude, por cuanto la riqueza se llama RIQUEZA de INIQUIDAD. Los AMIGOS que se granjean son los pobres socorridos, a quienes se atribuye la estupenda prerrogativa de recibir EN LAS MORADAS ETERNAS a los ricos bienhechores.


Lucas 16,11

Consecuencia o aplicación de la sentencia precedente. LO MÍNIMO son LAS RIQUEZAS; LO MUCHO son LOS VERDADEROS BIENES, es decir, los espirituales, los propios del reino de Dios.


Lucas 16,12

Nueva expresión de la misma consecuencia. Lo temporal se llama AJENO o extraño, por cuanto cae fuera de nosotros; lo espiritual se llama VUESTRO, porque es algo perteneciente a nuestra integridad o constitución personal. En absoluto, empero, la expresión podría tener sentido o matiz diferente. Si en el manejo de bienes extraños, en que el respeto a los derechos ajenos o el temor de la justicia podría cohibir el despilfarro, fuisteis infieles, ¿cómo se os va a permitir la libre disposición de vuestros propios bienes?


Lucas 16,13

El DINERO, contrapuesto a Dios, rival de Dios, se presenta como un ídolo a quien se rinde culto sacrílego.


Lucas 16,15-18

No se ve fácilmente el nexo lógico de estos cuatro versículos, que tanto pueden ser fragmentos desligados de un discurso más largo como sentencias tomadas de varios discursos pronunciados en aquella ocasión.


Lucas 16,16

LA LEY Y LOS PROFETAS son el A. T.; el N. se inaugura con LA BUENA NUEVA DEL REINO DE DIOS, esto es, el Evangelio.

|| TODOS FORCEJEAN POR ENTRAR EN ÉL, menos vosotros los fariseos (Mat_11:12-19; Mat_21:31-32).


Lucas 16,19-31

La complejidad de esta parábola ha desorientado a no pocos intérpretes. En su concepto simplista y unitario de la parábola no encajaba esta parábola riquísima, repleta de enseñanzas, y, no obstante, tan homogénea, coherente y natural. Los antecedentes y circunstancias explican la complejidad doctrinal y también, a lo que parece, la selección de la imagen parabólica. Se ha mencionado poco antes (Luc_16:14) la avaricia de los fariseos, se ha insinuado su incredulidad, se ha hablado de la Ley y los Profetas (Luc_16:15-16); sobre esto, muy pronto va a ser resucitado un muerto llamado precisamente Lázaro. Todas estas circunstancias toman cuerpo en la maravillosa parábola, que en virtud de ellas adquiere mayor realismo y significación. Mucho se ha discutido si es ésta una parábola, o una historia, o una narración parte histórica, parte fingida. Hoy, generalmente, se cree que se trata de una simple parábola. De todos modos, la elección del nombre de Lázaro es intencionada y preludia la resurrección de Lázaro de Betania. A la luz de esta intención, la conclusión de la parábola adquiere visos trágicos y es una profecía de la incredulidad de los judíos, que no creerán ni con la resurrección de Lázaro ni con la del mismo Jesús.