Lucas 24 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 53 versitos |
1 Mas el primer día de la semana, apenas rayó el alba, se vinieron al monumento llevando consigo los aromas que habían preparado. *
2 Y hallaron la losa corrida a un lado del monumento;
3 y habiendo entrado, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4 Y aconteció, estando ellas desconcertadas sobre esto, de pronto se les presentaron dos varones con vestidura refulgente. *
5 Quedando ellas amedrentadas e inclinando sus rostros a la tierra, dijéronles: ¿A qué buscáis al vivo entre los muertos?
6 No está aquí, sino resucitó. Recordad cómo os habló cuando estaba aún en Galilea,
7 diciendo que el Hijo del hombre había de ser entregado en manos de hombres pecadores y ser crucificado y al tercer día resucitar.
8 Y se acordaron de sus palabras. *
9 Y vueltas del monumento, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás.
10 Y eran María Magdalena, y Juana, y María la de Santiago; y las demás que iban con ellas dijeron esto mismo a los apóstoles. *
11 Y parecieron a sus ojos como delirio estas palabras, y no las creyeron.
12 Y Pedro, levantándose, se fue corriendo al monumento y, agachándose, ve los lienzos solos, y se volvió a casa, admirándose de lo acaecido. *
13 He aquí que aquel mismo día dos de los discípulos iban de camino a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén ciento sesenta estadios.*
14 Iban conversando entre sí sobre todos estos acontecimientos.
15 Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se les acercó y caminaba con ellos.
16 Pero sus ojos, inhibidos, no estaban en disposición de reconocerle.
17 Dijoles; ¿Qué pláticas son esas que cambiáis entre vosotros mientras vais caminando? Parece que andáis tristes.
18 Y tomando la palabra uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo; ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no te enteraste de las cosas que estos días ocurrieron en la ciudad? El les dijo:
19 ¿Cuáles? Ellos le dijeron: Las de Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo *;
20 y cómo le entregaron nuestros sumos sacerdotes y magistrados para que fuese Condenado a muerte, y le crucificaron.
21 Nosotros esperábamos que él era el que había de liberar a Israel. Pero, con todo eso, éste es ya el tercer día desde que estas cosas ocurrieron.
22 Verdad es que algunas mujeres de las que están con nosotros nos sobresaltaron; las cuales estuvieron muy de mañana en el monumento,
23 y no habiendo hallado el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que hasta visión de ángeles habían visto, los cuales aseguran que él vive.
24 y fueron algunos de los nuestros al monumento y hallaron las cosas como las mujeres habían dicho. Mas a él no le vieron.
25 y él les dijo: ¡Oh insensatos y lerdos de corazón para creer en todo lo que dijeron los profetas!
26 ¿Por ventura no era necesario que estas cosas padeciese el Mesías y así entrase en su gloria? *
27 y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les iba interpretando en todas las Escrituras lo que a él se refería. *
28 y llegados cerca de la aldea adonde se dirigían, él hizo ademán de seguir adelante.
29 Mas ellos fe hicieron fuerza, diciéndole: Quédate con nosotros, pues atardece y el día ya declinó. *
30 y entró a quedarse con ellos. Y acaeció que, puesto a la mesa con ellos, tomando el pan, lo bendijo, y después de partirlo se lo daba. *
31 A ellos se les abrieron los ojos y le reconocieron; mas él se les hizo invisible.
32 Dijéronse entonces el uno al otro: ¿Por ventura nuestro corazón no estaba que ardía dentro de nosotros cuando él nos hablaba en el camino, cuando nos abría el sentido de las Escrituras?
33 Y levantándose, a la misma hora se volvieron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los Once y a sus compañeros, *
34 que decían: «Realmente resucitó el Señor y se apareció a Simón». *
35 y ellos a su vez referían lo acaecido en el camino y cómo le reconocieron en la fracción del pan.
36 Estando ellos diciendo estas cosas, él se presentó en medio de ellos y les dice: Paz sea con vosotros.
37 Sobresaltados y despavoridos, creían ver un espíritu.*
38 y les dijo: ¿Por qué estáis conturbados? Y ¿por qué se levanta ese vaivén de pensamientos en vuestros corazones?
39 Ved mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpadme, y ved que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.
40 Y esto diciendo, les mostró las manos y los pies.
41 Como todavía no acabasen de creer de puro gozo ni saliesen de su asombro, díjoles: ¿Tenéis aquí algo de comer?
42 Ellos le presentaron parte de un pez asado;
43 y tomándolo, en presencia de ellos lo comió.
44 y les dijo: Estas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que tenían que cumplirse todas las cosas escritas en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí. *
45 Entonces les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras.
46 Y les dijo: Así está escrito: que el Mesías había de padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día, *
47 y qUe se había de predicar en su nombre penitencia y remisión de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.
49 Y he aquí que yo envío la Promesa de mi Padre sobre vosotros; y vosotros permaneced quietos en la ciudad hasta que seáis revestidos de fortaleza desde lo alto.
50 Y los sacó afuera hasta llegar junto a Betania, y alzando sus manos, los bendijo. *
51 y aconteció que, mientras los bendecía, se desprendió de ellos, y era llevado en alto al cielo.
52 Y ellos, habiéndole adorado, se tornaron a Jerusalén con grande gozo,
53 y estaban continuamente en el templo bendiciendo a Dios.

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Introducción a Lucas




EVANGELIO DE
SAN LUCAS

EL AUTOR. — Un antiquísimo prólogo a los Evangelios escribe: «Lucas, de nación siró, antioqueno, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, después siguió a Pablo». En el libro de los Hechos, sin nombrarse, habla repetidas veces de sí usando el plural «nosotros». La primera mención de este «nosotros» ocurre ya, probablemente (según el llamado texto occidental), en Hch_11:27-28 , por estas palabras: «Por aquellos días bajaron de Jerusalén unos profetas a Antioquia, y había grande alegría. Estando nosotros reunidos, levantándose uno de ellos por nombre Agabo…». Esto acontecía hacia el año 40. Y si así es, San Lucas pertenecía a la primera generación de los fieles antioquenos, amaestrados, si no conquistados, por Bernabé. En otras tres ocasiones habla de sí el autor de los Hechos: en el viaje de Tróade a Filipos, durante la segunda misión de San Pablo ( Hch_16:10-17 ); en e' viaje de Filipos a Jerusalén, al fin de la tercera misión ( Hch_20:5-15 ; Hch_21:1-18 ), y en el viaje de Cesárea a Roma ( Hch_27:1-44 ; Hch_28:1-16 ). Durante su primera prisión romana dos veces menciona San Pablo a San Lucas, llamándole su colaborador y médico querido ( Col_4:14 ; Flm_1:24 ). Y en su última prisión, en vísperas de su martirio, recuerda el Apóstol, agradecido, que «sólo Lucas está con él» ( 2Ti_4:11 ).

Su OBRA. — El evangelista médico pudo haber hecho con Bernabé o con Pablo, cuya predicación oral se proponía consignar por escrito, lo que Marcos había hecho no mucho antes con San Pedro: reproducirla simplemente. Mas su cultura helénica le inspiró otros pensamientos, humanamente más altos.

Lucas no había visto al Señor: para conocer su obra y su doctrina hubo de apelar a informaciones ajenas. Y lo hizo en grande escala. Lo que uno ignoraba o no recordaba, lo sabía o recordaba otro. La base o punto de referencia de todos estos datos recogidos era la catequesis oral de Bernabé y de Pablo, que era para Lucas la fuente principal de sus informaciones. Tal es en Lucas la manera característica de enfocar el Evangelio oral: no como obra ya hecha y acabada, sino como documento informativo o fuente de una obra más vasta.

Ya en este acopio de datos y uso de las fuentes se muestra Lucas original. Adquiere nuevo relieve esta originalidad con la composición u ordenación sistemática del material recogido, con las notas cronológicas, que conectan la vida del Salvador con la historia universal; con la sobria elegancia de su lengua y estilo, unida a la más escrupulosa fidelidad en reproducir los documentos históricos.

Otras cualidades pudieran mencionarse que caracterizan la obra de San Lucas, entre las cuales no ocupa el último lugar aquel espíritu de suavidad y delicadeza que le ha merecido el título de
Scriba mansuetudinis Christi.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Lucas dedica su Evangelio al «excelentísimo Teófilo» (1:3), hombre ilustre recién convertido al cristianismo; pero en realidad se dirige a las iglesias fundadas por San Pablo, principalmente a los fieles venidos de la gentilidad, pero sin olvidar a los judíos. El fin que se propone en la redacción de su Evangelio exprésalo él mismo en el prólogo: «para que reconozcas la firmeza de las enseñanzas que recibiste» (1:4). Más generalmente, la tesis del tercer Evangelio es la universalidad de la salud por Cristo; es el tema de la Epístola de San Pablo a los Romanos: El Evangelio «es una fuerza de Dios ordenada a la salud para todo el que cree» (1:16). Si el Evangelio de San Mateo podría llamarse mesiánico; el de San Marcos, taumatúrgico; el de San Juan, teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia.

ORDEN. — Promete San Lucas escribir su Evangelio «por su orden» (1:3). Este «orden», acorde generalmente con el de San Marcos, es, sin duda, cronológico; mas no es esto precisamente lo que él quiere expresar, sino más bien, como él mismo lo declara en el prólogo, «el trabajo de coordinar [sistemáticamente] una narración»
(1:1). Semejante ordenación lleva consigo algunas veces ciertas inversiones cronológicas. Las más características son ciertas anticipaciones en razón de concluir o redondear una materia antes de pasar a otra diferente. Ejemplo típico de este procedimiento de anticipación es la relación de la prisión de Juan Bautista (3:19-20) antes del relato del bautismo de Jesús (3:21-22), en que ya no se menciona a Juan.

LA LENGUA. — El griego usado por San Lucas es más castizo y elegante que el de los otros evangelistas. Su prólogo es un período cuadrimembre, harmónicamente construido, que recuerda el de Dioscórides a su obra médica. Pero más que por su relativa elegancia interesa la lengua de San Lucas en cuanto es sello de autenticidad y garantía de verdad y escrupulosidad histórica. Su tecnicismo médico señala como autor al «médico querido», compañero de San Pablo. Sus frecuentes términos paulinos delatan al discípulo y colaborador del grande Apóstol. Razón, pues, tiene la tradición cristiana cuando afirma que el autor del tercer Evangelio es Lucas, el médico y discípulo de San Pablo. Más interesantes son todavía los numerosos aramaísmos , que tan rudamente contrastan con el lenguaje que usa San Lucas cuando escribe por su cuenta. Estos aramaísmos son efecto de su escrupulosa fidelidad en utilizar los documentos o en traducir las informaciones oídas en arameo. El tránsito brusco del elegantísimo prólogo a los aramaísmos de los dos primeros capítulos acreditan la verdad histórica del tercer Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Lucas 24,1-11

Divídese este relato en tres partes: la ida de las mujeres al sepulcro (Luc_24:1-3), la aparición de los ángeles (Luc_24:4-8), la vuelta y el mensaje a los Once (Luc_24:9-11). Es clásica la dificultad de conciliar las narraciones divergentes de los evangelistas. Pero esta dificultad es tan fácil de resolver apologéticamente como difícil de resolver históricamente. Es decir, precisamente por ser muchos los modos de conciliación, no sabemos cuál es de ellos el que corresponde a la realidad.


Lucas 24,4-5

DESCONCERTADAS…, AMEDRENTADAS…: no son éstas las disposiciones de ánimo más propicias para extasiarse en visiones o para alucinaciones colectivas. Las hipótesis racionalistas para explicar naturalmente el fenómeno de la fe en la resurrección de Jesús no son resultado del análisis crítico de los documentos.


Lucas 24,8

SE ACORDARON DE SUS PALABRAS, que nunca habían acabado de entender, ni querían oirlas, y se les habían olvidado. La fe en la resurrección no les nació de dentro, sino les vino de fuera. No muestran las mujeres ilusiones de ver un resucitado, sino obsesión de ungir un cadáver.


Lucas 24,10

A los nombres de las mujeres mencionadas por Marcos añade Lucas el de Juana «la mujer de Cusa, procurador…» (Luc_8:3), y agrega que estaban allí LAS DEMÁS QUE IBAN CON ELLAS.


Lucas 24,12

Resume Lucas lo que ampliamente venere Juan. Pedro quiso comprobar por sí el dicho de las mujeres. Vio que era verdad, pero no creyó todavía: se maravilló de lo acaecido, que él no atinaba a explicarse.


Lucas 24,13

EMAÚS: localidad identificada principalmente con la antigua Emaús-Nicópolis, distante de Jerusalén unos 160 estadios (unos 29 kms.), y Kubeibeh, distante sólo 60 estadios (unos 11 kms.). La tradición más antigua se declara a favor de Nicópolis. Tal localización supone auténtica la variante ciento sesenta , que, si menos extendida, está representada por excelentes códices y se recomienda por su misma dificultad. Esta, empero, se aminora suponiendo que los caminantes siguieron el camino de atajos, de unos 144 estadios (unos 26 kms.).


Lucas 24,19

¿CUÁLES?; amable disimulo del Maestro, que, antes de abrir los ojos a los discípulos, quiere que abran y desahoguen su corazón.


Lucas 24,26

Formula el Maestro el gran principio: Por la pasión a la gloria , que se verificó en el Redentor y se ha de verificar en los redimidos.


Lucas 24,27

Sería interesantísimo conocer los pasajes bíblicos que el Maestro interpretó como mesiánicos. Pero no pudieron ser otros que los que él mismo había interpretado en este sentido durante su predicación y los que luego los apóstoles interpretaron.


Lucas 24,29

ATARDECE…: serían de las dos a las tres de la tarde. Sí los discípulos salieron de la ciudad hacia las 8 ó las 9 de la mañana, tuvieron tiempo de sobra para recorrer los 160 (ó 144) estadios.


Lucas 24,30

TOMANDO EL PAN…: algunos han supuesto que se trata del pan eucarístico; pero ni el examen del texto ni la autoridad de los Santos Padres imponen semejante interpretación.


Lucas 24,33

A LA MISMA HORA: la prontitud en emprender la vuelta y la mayor rapidez de la marcha les permitieron llegar a Jerusalén entre las ocho y las nueve de la noche.


Lucas 24,34

«REALMENTE RESUCITÓ…»: merece notarse el crédito que dan a Simón los mismos que habían tomado como delirio el dicho de las mujeres. Y es de lamentar que de la aparición de Jesús a Pedro no tengamos más noticia que esta referencia y la de San Pablo en 1Co_15:5.


Lucas 24,37

CREÍAN VER UN ESPÍRITU: no un cuerpo resucitado. Y eso que los discípulos estaban avisados y preparados con las apariciones precedentes: a Magdalena, las piadosas mujeres, Simón, los dos de Emaús. Tal resistencia a creer en la resurrección es la más firme garantía de su historicidad.


Lucas 24,44

LA LEY (el Pentateuco), LOS PROFETAS (libros históricos y proféticos), LOS SALMOS (sapienciales): esta denominación tripartita designaba todo el A. T., todo el cual es profecía de Cristo.


Lucas 24,46-49

Sin solución de continuidad salta Lucas a las instrucciones dadas por el Maestro poco antes de su ascensión, tocan cinco puntos principalmente, referentes a la misión y predicación de los apóstoles:
a) el tema: pasión y resurrección del MESÍAS, PENITENCIA Y REMISIÓN DE LOS PECADOS;
b) autoridad con que habían de predicar: EN SU NOMBRE;
c) campo de su predicación: TODAS LAS NACIONES, COMENZANDO POR JERUSALÉN;
d) carácter de su ministerio: ser TESTIGOS;
e) LA PROMESA DE MI PADRE, es d., el Espíritu Santo, con el cual habían de ser REVESTIDOS DE FORTALEZA.


Lucas 24,50

LOS SACÓ AFUERA de Jerusalén HASTA LLEGAR al monte de los Olivos, JUNTO A BETANIA. Una iglesia edificada en la cumbre del monte el siglo IV perpetuó y consagró el lugar de la ascensión.


Lucas 24,50-51

Breve descripción de la ascensión, que el mismo S. Lucas ampliará en los Hechos (Hch_1:9-12).