Juan  15 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 27 versitos |
1 ° ° Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.
2 A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado;
4 permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada.
6 Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
8 Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.
9 Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
11 Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
12 Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
13 Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
16 No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
17 Esto os mando: que os améis unos a otros.
18 Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
19 Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
20 Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
21 Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.
22 Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa de su pecado.
23 El que me odia a mí, odia también a mi Padre.
24 Si yo no hubiera hecho en medio de ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado, pero ahora las han visto y me han odiado a mí y a mi Padre,
25 para que se cumpla la palabra escrita en su ley: “Me han odiado sin motivo”.
26 Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí;
27 y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

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Introducción a Juan 

JUAN

Según indica su encabezamiento, la tradición ha ligado la composición del cuarto evangelio al apóstol san Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, y hermano de Santiago el Mayor. Como evangelio, el de san Juan se caracteriza por la presentación de la persona de Jesucristo como enviado del Padre para salvar al mundo. El cuarto evangelista ha sido llamado «Juan el teólogo», un título que pone de relieve la profundidad teológica de su obra. Tal profundidad hunde sus raíces en la condición del discípulo amado como confidente de Jesús (Jua 13:23) y la experiencia y guía del Espíritu Santo prometido por Jesús para la comprensión de la verdad (Jua 16:13). La obra del cuarto evangelista constituye la cumbre de la revelación trinitaria. De hecho, el Padre y el Hijo, juntamente con el Espíritu Santo, son el centro del evangelio. El uso que la liturgia hace del Evangelio de Juan es amplísimo. El Prólogo se proclama en Navidad; el relato de las bodas de Caná y el bautismo de Jesús, en Epifanía; en Cuaresma, especialmente en el ciclo A, se hacen presentes algunos de sus grandes temas; en el tiempo pascual, ocupa un lugar privilegiado; ello es un signo del carácter especial de esta obra, penetrada más que cualquier otro evangelio por la gloria del misterio de la Palabra hecha carne.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Juan  15,1-27*13-20 Comienza la segunda parte del evangelio, que narra la Última Cena, la Pasión y la Resurrección. A la Última Cena se dedica Jua 13:1-38; Jua 14:1-31; Jua 15:1-27; Jua 16:1-33; Jua 17:1-26. Tras un breve prólogo, Jua 13:1-38 narra el lavatorio de los pies, el anuncio de la traición de Judas, el mandamiento nuevo y el anuncio de las negaciones de Pedro.


Juan  15,1-27*15-16 Ampliación del discurso de despedida en torno a tres centros: la alegoría de la vid y los sarmientos, en la que destaca la fructificación en el amor (Jua 15:1-17); la función del Espíritu Santo (Jua 15:18-27; Jua 16:1-15), y la despedida (Jua 16:16-33).
Juan  15,1-17*15:1-17 La imagen de la vid, tomada del AT (Isa 5:1 ss; Jer 2:21; Sal 80:12 ss) es aplicada aquí en varias dimensiones: Cristo vid, la gracia (obra del Padre), unión de los creyentes en Cristo, fruto del amor. Su aplicación a Cristo constituye la séptima expresión Yo soy con predicado, cuyo primer desarrollo se ofrece en Jua 15:1-4.