Juan  17 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 26 versitos |
1 ° Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti
2 y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a todos los que le has dado.
3 Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo.
4 Yo te he glorificado sobre la tierra, he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
5 Y ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía junto a ti antes que el mundo existiese.
6 He manifestado tu nombre a los que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra.
7 Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti,
8 porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado.
9 Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por estos que tú me diste, porque son tuyos.
10 Y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado.
11 Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
13 Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
14 Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno.
16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad.
18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo.
19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos,
21 para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
22 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno;
23 yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
24 Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
25 Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste.
26 Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

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Introducción a Juan 

JUAN

Según indica su encabezamiento, la tradición ha ligado la composición del cuarto evangelio al apóstol san Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, y hermano de Santiago el Mayor. Como evangelio, el de san Juan se caracteriza por la presentación de la persona de Jesucristo como enviado del Padre para salvar al mundo. El cuarto evangelista ha sido llamado «Juan el teólogo», un título que pone de relieve la profundidad teológica de su obra. Tal profundidad hunde sus raíces en la condición del discípulo amado como confidente de Jesús (Jua 13:23) y la experiencia y guía del Espíritu Santo prometido por Jesús para la comprensión de la verdad (Jua 16:13). La obra del cuarto evangelista constituye la cumbre de la revelación trinitaria. De hecho, el Padre y el Hijo, juntamente con el Espíritu Santo, son el centro del evangelio. El uso que la liturgia hace del Evangelio de Juan es amplísimo. El Prólogo se proclama en Navidad; el relato de las bodas de Caná y el bautismo de Jesús, en Epifanía; en Cuaresma, especialmente en el ciclo A, se hacen presentes algunos de sus grandes temas; en el tiempo pascual, ocupa un lugar privilegiado; ello es un signo del carácter especial de esta obra, penetrada más que cualquier otro evangelio por la gloria del misterio de la Palabra hecha carne.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Juan  17,1-26*13-20 Comienza la segunda parte del evangelio, que narra la Última Cena, la Pasión y la Resurrección. A la Última Cena se dedica Jua 13:1-38; Jua 14:1-31; Jua 15:1-27; Jua 16:1-33; Jua 17:1-26. Tras un breve prólogo, Jua 13:1-38 narra el lavatorio de los pies, el anuncio de la traición de Judas, el mandamiento nuevo y el anuncio de las negaciones de Pedro.


Juan  17,1-26*17 La sublime plegaria recogida en este capítulo, llamada comúnmente «oración sacerdotal», es la culminación de los discursos de despedida, así como el prefacio de la pasión. Consta de tres grandes desarrollos: Jua 17:1-24 y Jua 17:25 s.