Hechos 14 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 28 versitos |
1 En Iconio entraron en la sinagoga de los judíos, según su costumbre, y hablaron de tal forma que creyó un buen número de judíos y de griegos.
2 Pero los judíos que no habían creído excitaron y enconaron los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
3 A pesar de ello, se detuvieron allí bastante tiempo, hablando con valentía apoyados en el Señor, que daba testimonio de la palabra de su gracia al concederles realizar por su mano signos y prodigios.
4 La población de la ciudad se dividió en bandos, unos a favor de los judíos, otros a favor de los apóstoles.
5 Entonces se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratarlos y apedrearlos;
6 al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores,
7 donde se pusieron a predicar el Evangelio.
8 Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar.
9 Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud,
10 le dijo en voz alta: «Levántate, ponte derecho sobre tus pies». El hombre dio un salto y echó a andar.
11 Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia: «Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos».
12 A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar.
13 El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio.
14 Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando
15 y diciendo: «Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos ° y os convirtáis al Dios vivo que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen.
16 En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera por su camino;
17 aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia».
18 Con estas palabras, a duras penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un sacrificio.
19 Pero llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dándole ya por muerto.
20 Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe.
21 Después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
22 animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios.
23 En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
24 Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia.
25 Y después de predicar la Palabra en Perge, bajaron a Atalía
26 y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían encomendado a la gracia de Dios para la misión que acababan de cumplir.
27 Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
28 Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

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Introducción a Hechos

HECHOS DE LOS APÓSTOLES

La tradición ha atribuido esta obra a san Lucas, que la habría escrito en el último tercio del siglo i d.C., dirigiéndola a cristianos de origen paulino situados en regiones griegas, tal vez en los entornos de Éfeso. Existe una estrecha relación entre los evangelios (proclamación de Jesucristo) y los Hechos que contienen el cumplimiento de la promesa del envío del Espíritu Santo, el nacimiento de la Iglesia y su expansión hasta el confín de la tierra. El libro es, pues, de alguna manera el cumplimiento del mandato misionero que traen los cuatro evangelios (Mat 28:16-20; Mar 16:15 s; Luc 24:47; Jua 17:17; Jua 20:21), pero especialmente el de san Lucas, del que constituye el segundo libro; de hecho, lo mismo que en Lc, el mandato misionero de Jesús se expresa en términos de testimonio sobre él por parte de los discípulos (Hch 1:8). Los Hechos tienen dos grandes partes, dedicadas respectivamente al testimonio de la Iglesia de Jerusalén con los Doce (Hch 1:1-26 - Hch 12:1-25) y al testimonio de Pablo hasta el confín de la tierra (Hch 13:1-52 - Hch 28:1-31). San Lucas continúa aquí la presentación teológica del camino profético y salvador comenzado en el evangelio, destacando especialmente cómo este camino, programado y dirigido por Dios Padre y recorrido en su ministerio terreno por Jesús, es continuado actualmente por Cristo glorioso a través de su Espíritu y por medio del testimonio profético de la Iglesia.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Hechos 14,1-28*13-28 La segunda parte del libro narra cómo el Evangelio llega hasta el confín de la tierra, con lo que se cumple el mandato del Señor referido en Hch 1:8. El gran protagonista será Pablo, que, en sus viajes, da testimonio de Jesús en el mundo grecorromano.


Hechos 14,1-28*13:1-15:35 La primera sección de esta segunda parte de Hechos se centra en la misión de Bernabé y Saulo entre los gentiles -primer viaje de Pablo-, cuyo resultado fue la entrada masiva de los mismos en la Iglesia, sin circuncisión previa (Hch 13:1-52; Hch 14:1-28). El hecho provoca la protesta de un grupo de judíos, llamados judaizantes, convocándose por ello una reunión en Jerusalén, que sanciona aquella praxis (Hch 15:1-35).
Hechos 14,15*14:15 La primera parte del kerigma cristiano a los gentiles (véase 1Ts 1:9 s y, algo más ampliamente, Hch 17:22-31) comprendía dos artículos básicos: necesidad de abandonar los ídolos convirtiéndose al Dios viviente, y aceptar a Jesucristo resucitado como Hijo de Dios y salvador.