Hechos 15 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 41 versitos |
1 Y bajando algunos de la Judea, enseñaban a los hermanos que, «Si no os circuncidareis conforme al uso de Moisés, no podréis ser salvos». *
2 Y habiéndose producido un altercado y no leve discusión de Pablo y Bernabé con ellos, se determinó que Pablo y Bernabé y algunos otros de entre ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y presbíteros para tratar de esta cuestión.
3 Ellos, pues, despedidos por la Iglesia, atravesaban la Fenicia y la Samaría refiriendo la conversión de los gentiles, y daban materia de gran gozo a todos los hermanos.
4 Llegados a Jerusalén, fueron bien acogidos por la Iglesia y por los apóstoles y los presbíteros, y refirieron cuanto Dios había hecho con ellos.
5 Pero se levantaron algunos de los procedentes de la secta de los fariseos, que habían creído, diciendo: Hay que circuncidarlos y ordenarles guardar la ley de Moisés.
6 Reuniéronse entonces los apóstoles y los presbíteros para entender en este asunto.
7 Habiéndose producido una larga y viva discusión, levantándose Pedro les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis que desde antiguos días Dios me escogió en medio de vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la palabra del Evangelio y creyesen. *
8 Y el conocedor de los corazones, Dios, dio testimonio a favor de ellos, dándoles el Espíritu Santo, lo mismo que a nosotros,
9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones.
10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios con imponer sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar?
11 Mas por la gracia del Señor Jesús creemos ser salvos, de la misma manera que ellos.
12 Calló toda la multitud, y escuchaban a Bernabé y a Pablo, que referían cuantas señales y prodigios había Dios hecho entre los gentiles por medio de ellos.
13 Después que ellos hubieron callado, tomó la palabra Santiago, diciendo: Varones hermanos, escuchadme: *
14 Simeón refirió cómo Dios por vez primera se dignó intervenir para escoger de entre los gentiles un pueblo para su nombre.
15 Con esto concuerdan las palabras de los profetas, según que está escrito (Am 9:11-12; LXX; Jer 12:15; Is 45:21):
16 Después de esto volveré | y reconstruiré la tienda de David, que estaba caída, | y lo que de ella estaba derruido lo reconstruiré, | y la tornaré a levantar, |
17 para que busquen al Señor los demás hombres | y todas las naciones sobre las cuales ha sido invocado mi nombre, | dice el Señor, que obra estas cosas, |
18 determinadas desde la eternidad. |
19 Por lo cual yo juzgo que no se perturbe innecesariamente a los que venidos de la gentilidad se convierten a Dios;
20 mas se les escriba que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de animales estrangulados y de la sangre. *
21 Porque Moisés desde edades antiguas tiene en cada ciudad quienes le predican, al ser cada sábado leído en las sinagogas.
22 Entonces resolvieron los apóstoles y los presbíteros, con toda la Iglesia, escoger algunos de entre ellos para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé, que fueron Judas, llamado Barsabás, y Silas, personas de autoridad entre los hermanos,
23 escribiendo por conducto de ellos: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos a los hermanos venidos de la gentilidad que están en Antioquía, Siria y Cilicia: salud.
24 Por cuanto hemos oído que algunos salidos de entre nosotros, a quienes ninguna misión habíamos encomendado, os perturbaron con sus palabras trastornando vuestras almas,
25 nos ha parecido, de común acuerdo, enviar a vosotros algunos, para ello escogidos, que acompañen a Bernabé y a Pablo,
26 hombres que han entregado sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesu-Cristo.
27 Os hemos, pues, enviado a Judas y a Silas, los cuales por sí mismos de palabra os informarán de lo mismo.
28 Porque pareció al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros otra carga alguna, a excepción de estas cosas indispensables:
29 que os abstengáis de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales estrangulados y de la fornicación. De lo cual si os guardareis, obraréis bien. Salud».
30 Ellos, pues, habiendo sido despedidos, bajaron a Antioquía, y congregando la muchedumbre, entregaron la carta.
31 Y habiéndola leído, se gozaron con esta palabra de aliento.
32 Y Judas y Silas, profetas también como eran, hablando largamente alentaron a los hermanos y los confortaron.
33 Pasado allí algún tiempo, fueron despedidos en paz por los hermanos para volver a los que les habían enviado.
34 A Silas, empero, le pareció mejor quedarse allí.*
35 Pablo y Bernabé se detuvieron en Antioquía, enseñando y evangelizando, con otros muchos también, la palabra del Señor.
36 Al cabo de algunos días dijo Pablo a Bernabé: «Demos una vuelta y visitemos a los hermanos por todas las ciudades en que anunciamos la palabra del Señor, a ver cómo andan. *
37 Bernabé quería resueltamente tomar consigo también a Juan llamado Marcos;
38 Pablo, empero, estimaba que a quien se había separado de ellos desde Panfilia y no había ido con ellos al trabajo, a éste no debía tomarle consigo.
39 Y se produjo un agudo conflicto, hasta el punto que se separaron el uno del otro, y Bernabé, tomando a Marcos, se embarcó para Chipre;*
40 mas Pablo, habiéndose escogido a Silas por compañero, se partió, entregado a la gracia de Dios por los hermanos;*
41 y recorrió la Siria y la Cilicia, consolidando las Iglesias.

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Introducción a Hechos




HECHOS DE LOS
APOSTÓLES

AUTENTICIDAD. — El testimonio unánime y universal de los escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba documental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la antigüedad, y que sólo puede compararse con la que acredita la autenticidad de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor de los Hechos. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en los modismos, están diciendo a voces que el autor de los Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los frecuentes términos de medicina señala a Lucas el médico. HISTORICIDAD. — Los numerosísimos datos acumulados en la historia de los Hechos, el contacto constante con toda la vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contrarios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narración. Cuanto ha podido comprobarse, que es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es interesante que las dudas suscitadas contra algún pormenor de la narración de los Hechos han sido últimamente disipadas. Un ejemplo significativo. Habla Lucas de Sergio Pablo, procónsul de Chipre- Algunos críticos osaron atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descubiertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más admirable la exactitud de Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo por breve tiempo fue senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor). Con igual precisión habla del procónsul de Acaya, de los asiarcas y del escriba de Efeso, de los pretores o estrategos de Filipos, de los politarcas de Tesalónica, del Primero de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos últimos capítulos ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y precisión. TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN. — El año en que se escribió el libro de los Hechos es la bate o punto de referencia para conocer la cronología de los tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos en el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los años 61-63 (o 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fue entonces de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la composición de los Hechos. Como los Hechos comienzan refiriéndose al «primer tratado» (1:1), que es el tercer Evangelio, síguese de ahí que éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de Mateo y Marcos son anteriores al de Lucas. Fueron, por tanto, escritos antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente. EL TEXTO. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues, el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay interpolaciones en el texto occidental o más bien hay o misiones en el oriental ? No es posible dar una solución simple y tajante. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas interpolaciones parecen ser anotaciones hechas al texto de Lucas por algunos que quisieron enriquecerlo con noticias personales que parecen fidedignas.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Hechos 15,1

La tesis de esos judaizantes era radical. Exigían la circuncisión no ya para ser perfectos cristianos, sino para obtener la salud eterna. Aunque venían de Jerusalén, no representaban el sentir de los apóstoles, sino el de los fariseos.


Hechos 15,7

DESDE ANTIGUOS DÍAS: se refiere San Pedro a la conversión de Cornelio, acaecida más de diez años antes, y de la cual se vale para demostrar la inutilidad de la ley mosaica en orden a la justificación.


Hechos 15,13-21

Santiago concuerda enteramente con San Pedro en la tesis fundamental del cristianismo: la total abolición de la ley mosaica. Pero, por bien de paz, sugiere cuatro concesiones que los cristianos gentiles deberían hacer a los judíos cristianos. El motivo que para ellos propone es que, conociéndose universalmente los libros de Moisés, convendría respetar algunas de sus prescripciones, cuya violación chocaría demasiado violentamente contra los sentimientos más arraigados de los judíos. Estas cuatro concesiones las aceptan los apóstoles y las consignan en su decreto.


Hechos 15,20-29

El decreto conciliar presenta varias dificultades, La primera se refiere al texto mismo del decreto. Existen de él dos redacciones diferentes: la llamada oriental , que es la admitida generalmente por los críticos, y la denominada occidental , cuyo testigo más antiguo es San Ireneo: «Uti abstineant a vanitatibus idolorum et a fornicatione et sanguine; et quaecumque nolunt sibi fieri, aliis ne faciant…Ut abstineatis ab idolothytis et sanguine et fornicatione; et quaecumque non vultis fieri vobis, alii ne ficiatis» (Adv. haer ., 3, 12, 14: MG 7,908). Lo característico de esta redacción occidental no está precisamente en la omisión «de los animales estrangulados», sustituida por la adición de la llamada Regla de oro , sino principalmente en el carácter moral que da al decreto, en vez del carácter de conveniencia social que preferentemente presenta la redacción oriental. No sólo la atestación casi unánime de los documento; está a favor de la oriental, sino que esta sola responde al problema discutido y está en harmonía con el contexto del discurso de Santiago. Otra dificultad del decreto se refiere al sentido exacto y a la razón de ser de cada una de las cuatro prohibiciones. La abstención de los idolotitos es clara; su motivación es doble: el peligro de idolatría y la edificación. De ella trata ampliamente Pablo, desde el punto de vista así especulativo como práctico, en su primera a los Corintios (1Co_8:1-13; 1Co_9:1-27; 1Co_10:1-33). La doble abstención «de la sangre» y «de los animales estrangulados» se funda en el horror instintivo de los judíos y de otros pueblos a comer la sangre, sea cuajada en la carne, sea separada. Ya Dios la había prescrito a Noé (Gén_9:4). «La fornicación» que se prohíbe es interpretada diferentemente: o en el sentido de matrimonio entre parientes próximos o, más probablemente, en el sentido de pecado carnal. En este segundo sentido, único inteligible por los gentiles, el motivo de su prohibición explícita era la enorme laxitud de criterio que en esta materia reinaba entre los paganos. Por fin, por lo que toca al valor jurídico, el decreto era simple disposición local (Hch_15:23) y transitoria .


Hechos 15,34

La resolución de Silas de quedarse en Antioquia puede muy bien compaginarse con la despedida del versículo Hch_15:33, en la hipótesis, por ejemplo, de que, antes de ponerse en viaje, Pablo le invitase a quedarse, con el objeto de que luego le acompañase en su segunda expedición apostólica, como en efecto lo hizo.


Hechos 15,36

AL CABO DE ALGUNOS DÍAS: dentro de este espacio de tiempo hay que colocar el llamado incidente de Antioquia , de que habla Pablo en Gál_2:11-21.


Hechos 15,39

Esta compañía de Bernabé y Marcos deja entender el profundo influjo que Bernabé ejerció en el futuro redactor del segundo Evangelio. Por otra parte, la base del tercer Evangelio es la predicación oral de Antioquia, obra principalmente del mismo Bernabé. Por fin, su nuevo viaje a Chipre, de donde era natural, hace verosímil el hecho, sólidamente documentado, de que en tiempo del emperador Zenón fue allí descubierto el sepulcro de Bernabé con el Evangelio de San Mateo, traducido al griego. El sencillo cotejo de estos hechos puede ayudar a explicar los curiosos fenómenos del problema sinóptico, principalmente las irregulares interferencias verbales de los tres primeros Evangelios.


Hechos 15,40

SILAS o SILVANO fue uno de los auxiliares más inteligentes y fieles de Pablo, y también de Pedro, como que él fue quien como secretario redactó la primera carta del Príncipe de los Apóstoles (1Pe_5:12).