Hechos 28 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 31 versitos |
1 Y puestos en salvo, supimos entonces que la isla se llamaba Malta.
2 Y los bárbaros nos mostraban una humanidad no común; porque habiendo encendido una hoguera a causa de la lluvia que caía y del frío, nos acogieron a todos. *
3 Como hubiese Pablo recogido una cantidad de ramas secas y las hubiese echado en la hoguera, una víbora, que salió huyendo del calor, se le asió de la mano.
4 Cuando vieron los bárbaros la bestia colgando de su mano, se decían unos a otros: Seguramente homicida es este hombre, a quien, salido a salvo del mar, la Justicia no le consintió vivir.
5 Mas él, habiendo sacudido la bestia en el fuego, no padeció daño alguno.
6 Ellos estaban aguardando que se hincharía o que se caería muerto de repente. Pero como estuviesen largo rato aguardando y viesen que nada anormal le pasaba, cambiando de parecer, decían de él que era un dios.
7 En los contornos de aquel lugar tenía unas posesiones el primero de la isla, por nombre Publio, el cual, habiéndonos acogido, nos hospedó tres días amablemente. *
8 Y coincidió hallarse en cama, aquejado de fiebre y de disentería, el padre de Publio; al cual Pablo, habiendo entrado a verle, haciendo oración e imponiéndole las manos, le sanó. *
9 Esto ocurrido, también los demás que en la isla tenían enfermedades acudían y eran curados;
10 los cuales guardaron con nosotros toda suerte de consideraciones, y, al hacernos a la vela, nos proveyeron de todo lo necesario.
11 Transcurridos tres meses, nos hicimos a la vela en una nave, que había invernado en la isla, de Alejandría, la cual llevaba por enseña los Dioscuros. *
12 Y habiendo aportado a Siracusa, permanecimos allí tres días;
13 desde donde, costeando, arribamos a Regio. Y un día después habiéndose levantado viento sur, al segundo día llegamos a Puzol; *
14 donde, habiendo encontrado algunos hermanos, nos rogaron que nos quedásemos con ellos siete días. Y con esto nos dirigimos a Roma.
15 Y desde allí los hermanos, al tener noticias de nosotros, vinieron a nuestro encuentro hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas; en viéndolos, Pablo, haciendo gracias a Dios, cobró ánimo. *
16 Cuando hubimos entrado en Roma, se permitió a Pablo vivir en casa particular con un soldado que le custodiase. *
17 Y sucedió, tres días después, que él convocó a los que eran principales entre los judíos; y una vez reunidos, les decía: Yo, varones hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra los usos tradicionales de nuestros padres, preso desde Jerusalén fui entregado en manos de los romanos;
18 los cuales, habiéndome interrogado, querían ponerme en libertad, por no hallarse en mí causa alguna de muerte;
19 mas, contradiciéndolo los judíos, me vi forzado a apelar a César, no que yo tuviese alguna cosa de que acusar a los de mi nación.
20 Por esta causa, pues, os rogué poder veros y hablaros, pues por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena.
21 Ellos le dijeron: Nosotros ni cartas acerca de ti hemos recibido de la Judea, ni nadie de los hermanos, que haya venido, nos ha referido o hablado de ti nada malo.
22 Todavía deseamos oír de ti lo que piensas; pues acerca de esa secta nos es conocido que en todas partes se la contradice. *
23 Habiéndole fijado día, vinieron a él a su alojamiento en mayor número, a los cuales exponía el reino de Dios, dando testimonio y esforzándose por persuadirles acerca de Jesús, así por la ley de Moisés como por los profetas, y esto desde el amanecer hasta el atardecer.
24 Y unos se convencían de la verdad de lo que decía, otros permanecían incrédulos.
25 Y estando desacordes unos de otros, se retiraban, no sin decirles Pablo una palabra: Con razón el Espíritu Santo habló por boca del profeta Isaías (6:9-10) a vuestros padres, diciendo: *
26 Ve a este pueblo, y dile: | Con el oído oiréis, y no entenderéis, | y mirando, miraréis y no veréis. * |
27 Porque se embotó el corazón de este pueblo, | y con los oídos pesadamente oyeron, | y sus ojos cerraron: | no sea que vean con sus ojos, | y con sus oídos oigan, | y con su corazón entiendan, | y se conviertan,—¡y yo los habría sanado!
28 Tened, pues, entendido que a los gentiles fue enviada esta Salud de Dios: ellos sí oirán,
29 []. *
30 Y permaneció un bienio entero en su casa, que se había alquilado, y recibía a todos los que acudían a él, *
31 predicando el reino de Dios y enseñando lo tocante al Señor Jesu-Cristo con franca libertad, sin que nadie se lo estorbase.

Patrocinio

 
 

Introducción a Hechos




HECHOS DE LOS
APOSTÓLES

AUTENTICIDAD. — El testimonio unánime y universal de los escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba documental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la antigüedad, y que sólo puede compararse con la que acredita la autenticidad de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor de los Hechos. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en los modismos, están diciendo a voces que el autor de los Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los frecuentes términos de medicina señala a Lucas el médico. HISTORICIDAD. — Los numerosísimos datos acumulados en la historia de los Hechos, el contacto constante con toda la vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contrarios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narración. Cuanto ha podido comprobarse, que es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es interesante que las dudas suscitadas contra algún pormenor de la narración de los Hechos han sido últimamente disipadas. Un ejemplo significativo. Habla Lucas de Sergio Pablo, procónsul de Chipre- Algunos críticos osaron atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descubiertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más admirable la exactitud de Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo por breve tiempo fue senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor). Con igual precisión habla del procónsul de Acaya, de los asiarcas y del escriba de Efeso, de los pretores o estrategos de Filipos, de los politarcas de Tesalónica, del Primero de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos últimos capítulos ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y precisión. TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN. — El año en que se escribió el libro de los Hechos es la bate o punto de referencia para conocer la cronología de los tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos en el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los años 61-63 (o 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fue entonces de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la composición de los Hechos. Como los Hechos comienzan refiriéndose al «primer tratado» (1:1), que es el tercer Evangelio, síguese de ahí que éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de Mateo y Marcos son anteriores al de Lucas. Fueron, por tanto, escritos antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente. EL TEXTO. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues, el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay interpolaciones en el texto occidental o más bien hay o misiones en el oriental ? No es posible dar una solución simple y tajante. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas interpolaciones parecen ser anotaciones hechas al texto de Lucas por algunos que quisieron enriquecerlo con noticias personales que parecen fidedignas.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

Patrocinio

Notas

Hechos 28,2

BÁRBAROS: lo eran por razón de la lengua, no por falta de cultura. Los malteses, de origen fenicio, hablarían el púnico.


Hechos 28,7

EL PRIMERO: tal era el título del que gobernaba la isla como delegado del pretor de Sicilia.


Hechos 28,8-9

La curación del padre de Publio fue milagrosa. De todas las demás curaciones no puede afirmarse lo mismo con igual seguridad.


Hechos 28,11

DIOSCUROS: Castor y Pólux.


Hechos 28,13

REGIO: ciudad de la Italia meridional junto al estrecho de Mesina.

|| PUZOL: ciudad vecina a Nápoles.


Hechos 28,15

FORO DE APIO: a 65 kms. de Roma,

|| TRES TABERNAS: a 49 kms. de Roma.


Hechos 28,16

CON UN SOLDADO QUE LE CUSTODIASE: era la llamada custodia libera o militaris .


Hechos 28,22

EN TODAS PARTES SE LA CONTRADICE: los judíos, por las noticias recibidas de otros judíos, no saben del cristianismo sino que se le contradice; la contradicción era, en efecto, la disposición general del judaísmo respecto del cristianismo.


Hechos 28,25

La aplicación del texto de Isaías supone que el número de los judíos incrédulos fue notablemente mayor que el de los creyentes.


Hechos 28,26-27

Aplica ahora Pablo a los judíos el mismo texto aplicado antes por el divino Maestro (Mat_13:14-15; Mar_4:12-13) y luego por Juan (Jua_12:40).


Hechos 28,29

[29] La Vulgata latina añade: «Y como esto hubo dicho, salieron de él los judíos, teniendo entre sí mucha discusión».


Hechos 28,30

Termina el bienio de la custodia libera, y con él la historia de los Hechos: indicio de que entonces, el año 63 (o 62), acabó Lucas de redactar su libro. (Cf. decreto de la Comisión Bíblica de 12 de junio de 1913. n.4: Denz 2169.)