Romanos  13 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 14 versitos |
1 ° Que todos se sometan a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios y las que hay han sido constituidas por Dios.
2 De modo que quien se opone a la autoridad resiste a la disposición de Dios; y los que le resisten atraen la condena sobre sí.
3 Pues los gobernantes no dan miedo al que hace el bien, sino al que obra el mal. ¿Quieres no tener miedo a la autoridad? Haz el bien y recibirás sus alabanzas;
4 de hecho, la autoridad es un ministro de Dios para bien tuyo; pero si haces el mal, teme, pues no en vano lleva la espada; ya que es ministro de Dios para aplicar el castigo al que obra el mal.
5 Por tanto, hay que someterse, no solo por el castigo, sino por razón de conciencia.
6 Por ello precisamente pagáis impuestos, ya que son servidores de Dios, ocupados continuamente en ese oficio.
7 Dad a cada cual lo que es debido: si son impuestos, impuestos; si tributos, tributos; si temor, temor; si respeto, respeto.
8 A nadie le debáis nada, más que el amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley.
9 De hecho, el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás, y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
10 El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.
11 Comportaos así, reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.
12 La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.
13 Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias.
14 Revestíos más bien del Señor Jesucristo, y no deis pábulo a la carne siguiendo sus deseos.

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Introducción a Romanos 

ROMANOS

Concebida como un escrito circunstancial, pero compuesta con un enorme esfuerzo por clarificar los contenidos precisos de su Evangelio, la carta a los Romanos es una síntesis llena de fuerza del pensamiento de san Pablo. Su composición habría que situarla en Corinto, en torno a los años 56/57, aunque en fecha posterior a la de Gálatas y antes del viaje que hizo el Apóstol a Jerusalén para llevar la colecta que había realizado entre los cristianos de sus comunidades (cf. Rom 15:25 ss). San Pablo aprovecha la oportunidad que le ofrece tener que escribirles para exponer su Evangelio, es decir, la forma que él tiene de entender la salvación que Dios ha ofrecido en Cristo: en él, en Jesucristo, o, lo que es lo mismo, en su muerte y su resurrección, Dios ha manifestado y sigue manifestando su justicia salvadora para todo el que acoja con fe el Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Romanos  13,1-7*13:1-7 Estos versículos reflejan la comprensión teórica más habitual acerca del origen divino de toda autoridad humana, junto a una visión muy positiva del ejercicio concreto de la misma.