I Corintios 3 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 23 versitos |
1 Tampoco yo, hermanos, pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
2 Por eso, en vez de alimento sólido, os di a beber leche,
3 pues todavía no estabais para más. Aunque tampoco lo estáis ahora, pues seguís siendo carnales. En efecto, mientras haya entre vosotros envidias y contiendas, ¿no es que seguís siendo carnales y que os comportáis al modo humano?
4 Pues si uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no os comportáis al modo humano?
5 En definitiva, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Servidores a través de los cuales accedisteis a la fe, y cada uno de ellos como el Señor le dio a entender.
6 Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer;
7 de modo que, ni el que planta es nada, ni tampoco el que riega; sino Dios, que hace crecer.
8 El que planta y el que riega son una misma cosa, si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado.
9 Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios, edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, puse el cimiento, mientras que otro levanta el edificio. Mire cada cual cómo construye.
11 Pues nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.
12 Y si uno construye sobre el cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, hierba, paja,
13 la obra de cada cual quedará patente, la mostrará el día, porque se revelará con fuego. Y el fuego comprobará la calidad de la obra de cada cual.
14 Si la obra que uno ha construido resiste, recibirá el salario.
15 Pero si la obra de uno se quema, sufrirá el castigo; mas él se salvará, aunque como quien escapa del fuego.
16 ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
17 Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros.
18 Que nadie se engañe ° . Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: Él caza a los sabios en su astucia.
20 Y también: El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce que son vanos.
21 Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro:
22 Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro.
23 Todo es vuestro, vosotros de Cristo y Cristo de Dios.

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Introducción a I Corintios

1 CORINTIOS

La tradición canónica nos ha transmitido dos cartas de san Pablo a los Corintios, que son parte de la intensa relación epistolar que mantuvo el Apóstol con aquella comunidad. La 1 Cor fue escrita en Éfeso en torno al año 53. La presencia reiterada de la frase «acerca de» a partir de 1Co 7:1 (1Co 7:25; 1Co 8:1; 1Co 12:1) permite considerar al menos 1Co 7:1 - 1Co 14:40 como la respuesta del Apóstol a diversas cuestiones que le habían planteado por carta sus cristianos (véase 1Co 5:9-11). Frente a ello, los capítulos anteriores (1Co 1:10 - 1Co 6:20) están dedicados a problemas surgidos en Corinto, cuya noticia había llegado a oídos de san Pablo a través de terceros. A este mismo grupo pertenecería además el problema de la resurrección de los muertos, cuyo tratamiento habría dejado para el final de su escrito (1Co 15:1-57). Destacan en su contenido la presentación de la Iglesia como Cuerpo de Cristo y el himno al amor.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

I Corintios 3,1-4*2:6-3:4 El comienzo de la segunda unidad de la sección (1Co 2:6 s) parece contradecir lo dicho anteriormente; su sentido se entiende, sin embargo, desde lo que sigue (1Co 2:8 ss).


I Corintios 3,18-23*3:18-23 A la luz de estos versículos se comprende la causa de las divisiones planteadas en Corinto: algunos convertían la sabiduría humana en medida de las relaciones en la comunidad.