I Corintios 4 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 21 versitos |
1 Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios ° .
2 Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles.
3 Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas.
4 La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor ° .
5 Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.
6 Hermanos, he aplicado lo anterior a Apolo y a mí por causa vuestra, para que con nuestro caso aprendáis a jugar limpio y no os engriáis el uno contra el otro.
7 A ver, ¿quién te hace tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y, si lo has recibido, ¿a qué tanto orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?
8 Ya tenéis todo lo que ansiabais, ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin nosotros. ¿Qué más quisiera yo? Así reinaríamos juntos.
9 Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; como condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres.
10 Nosotros unos locos por Cristo, vosotros, sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados;
11 hasta ahora pasamos hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio,
12 nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan y les deseamos bendiciones; nos persiguen y aguantamos;
13 nos calumnian y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el desecho de la humanidad; y así hasta el día de hoy.
14 No os escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros. Porque os quiero como a hijos;
15 ahora que estáis en Cristo tendréis mil tutores, pero padres no tenéis muchos; por medio del Evangelio soy yo quien os ha engendrado para Cristo Jesús.
16 Así pues, os ruego que seáis imitadores míos.
17 Por ello os he enviado a Timoteo, hijo mío querido y fiel en el Señor, el cual os recordará mis normas de conducta en Cristo Jesús, conforme las enseño por doquier en todas las iglesias.
18 Pensando que yo no iré a visitaros, algunos se han engreído.
19 Mas iré pronto a visitaros, si Dios quiere; y entonces conoceré no las palabras de los orgullosos, sino su poder;
20 pues el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder.
21 ¿Qué queréis? ¿Que vaya a visitaros con un palo o con amor y espíritu de mansedumbre?

Patrocinio

 
 

Introducción a I Corintios

1 CORINTIOS

La tradición canónica nos ha transmitido dos cartas de san Pablo a los Corintios, que son parte de la intensa relación epistolar que mantuvo el Apóstol con aquella comunidad. La 1 Cor fue escrita en Éfeso en torno al año 53. La presencia reiterada de la frase «acerca de» a partir de 1Co 7:1 (1Co 7:25; 1Co 8:1; 1Co 12:1) permite considerar al menos 1Co 7:1 - 1Co 14:40 como la respuesta del Apóstol a diversas cuestiones que le habían planteado por carta sus cristianos (véase 1Co 5:9-11). Frente a ello, los capítulos anteriores (1Co 1:10 - 1Co 6:20) están dedicados a problemas surgidos en Corinto, cuya noticia había llegado a oídos de san Pablo a través de terceros. A este mismo grupo pertenecería además el problema de la resurrección de los muertos, cuyo tratamiento habría dejado para el final de su escrito (1Co 15:1-57). Destacan en su contenido la presentación de la Iglesia como Cuerpo de Cristo y el himno al amor.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas

I Corintios 4,1*4:1 El servicio de los predicadores (1Co 3:5) se define desde Cristo y se concreta en ser administradores de los misterios de Dios.


I Corintios 4,4*4:4 El principio de que la conciencia es el determinante último de la actuación humana tiene un límite: Dios, que está por encima de la conciencia.