Gálatas 5 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 26 versitos |
1 Para la libertad nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud.
2 Mirad: yo, Pablo, os digo que, si os circuncidáis, Cristo no os servirá de nada.
3 Y vuelvo a declarar que todo aquel que se circuncida está obligado a observar toda la ley.
4 Los que pretendéis ser justificados en el ámbito de la ley, habéis roto con Cristo, habéis salido del ámbito de la gracia.
5 Pues nosotros mantenemos la esperanza de la justicia por el Espíritu y desde la fe;
6 porque en Cristo nada valen la circuncisión o la incircuncisión, sino la fe que actúa por el amor.
7 Estabais corriendo bien; ¿quién os cerró el paso para que no obedecieseis a la verdad?
8 Tal persuasión no procede del que os llama.
9 Un poco de levadura hace fermentar toda la masa.
10 En relación con vosotros, yo confío en que el Señor hará que no penséis de otro modo; ahora bien, el que os alborota, sea quien sea, cargará con su condena.
11 Por mi parte, hermanos, si es verdad que continúo predicando la circuncisión, ¿por qué siguen persiguiéndome? ¡El escándalo de la cruz ha quedado anulado!
12 ¡Ojalá se mutilasen los que os soliviantan!
13 Pues vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; ahora bien, no utilicéis la libertad como estímulo para la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.
14 Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
15 Pero, cuidado, pues mordiéndoos y devorándoos unos a otros acabaréis por destruiros mutuamente.
16 Frente a ello, yo os digo: caminad según el Espíritu y no realizaréis los deseos de la carne;
17 pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, disensiones, rivalidades,
21 borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad,
23 modestia, dominio de sí. Contra estas cosas no hay ley.
24 Y los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con las pasiones y los deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
26 No seamos vanidosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

Patrocinio

 
 

Introducción a Gálatas

GÁLATAS

La carta a los Gálatas es uno de los documentos más vivos y polémicos de entre los escritos por Pablo, pero también uno de los que más datos nos ofrece sobre su vida y sobre los contenidos centrales de su teología. Estamos, más o menos, entre los años 56-57 y Pablo escribe probablemente desde Corinto. Entre los puntos más sobresalientes de la carta cabe destacar la formulación de la conocidísima doctrina de la justificación por la fe sin obras de ley, cuyos contenidos reales deben determinarse en el contexto polémico en que se compuso el escrito. Lejos de constituir una negación del valor de las obras en la vida del creyente, dicha doctrina es más bien una forma de presentar la referencia a Jesucristo como único fundamento, base exclusiva de la existencia del creyente.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas

Gálatas 5,1-12*3:1-5:12 A partir de aquí la argumentación paulina se funda principalmente en la Escritura, tiene a Abrahán como punto de referencia principal y se divide en dos momentos, cuyo inicio respectivo marcan los apóstrofes Gál 3:1-5 y Gál 4:8-11. .


Gálatas 5,1*4:21-5:1 Ley puede referirse al conjunto de normas prescritas en la ley mosaica o al Pentateuco; sobre esta base, Pablo introduce el caso de los dos hijos de Abrahán, que comenta aquí según el modelo de la exégesis rabínica (llamada alegoría en Gál 4:24), pero en clave cristiana.