I Tesalonicenses 4 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 18 versitos |
1 Por lo demás, pues, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús a que, según la enseñanza que recibisteis de nosotros, de qué manera habéis de proceder y agradar a Dios—como procedéis ya—, que os aventajéis más y más.
2 Porque sabéis qué preceptos os dimos al anunciaros al Señor Jesús.
3 Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os abstengáis de la fornicación, *
4 que sepa cada uno de vosotros poseer su propia esposa en santificación y honor, *
5 no con pasión de concupiscencia, como esos gentiles que no conocen a Dios;
6 que en este punto ninguno, con violencia o con engaño, haga injuria a su hermano, puesto que vengador justiciero de todas esas cosas es el Señor, como ya antes os dijimos y conjuramos. *
7 Que no nos llamó Dios para la impureza, sino para vivir en santidad.
8 Así que quien esto reprueba no reprueba a un hombre, sino a Dios, el cual os dio también su santo Espíritu, enviándolo a vosotros.
9 En lo que toca a la caridad fraterna no tenéis necesidad de que se os escriba, puesto que vosotros mismos sois amaestrados de Dios a amaros los unos a los otros.
10 Y, en efecto, eso hacéis con todos los hermanos en toda la Macedonia. Sin embargo, os exhortamos, hermanos, a que os aventajéis más y más,
11 y que, pundonorosos, os esmeréis en vivir sosegados, y en ocuparos en lo vuestro, y en trabajar con vuestras propias manos, como os encargamos, *
12 a fin de que procedáis decorosamente a vista de los de fuera y de nadie tengáis necesidad.
13 No queremos que estéis en la ignorancia, hermanos, acerca de los que duermen, a fin de que no os entristezcáis, como esos otros que no tienen esperanza. *
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios a los que durmieron por Jesús los llevará consigo. *
15 Porque esto os afirmamos conforme a la palabra del Señor: que nosotros, los vivos, los supervivientes hasta el advenimiento del Señor, no nos adelantaremos a los que durmieron. *
16 Porque el mismo Señor, con voz de mando, a la voz del arcángel y al son de la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero;*
17 luego nosotros, los vivos, los supervivientes, juntamente con ellos seremos arrebatados sobre nubes al aire hacia el encuentro del Señor; y así siempre estaremos con el Señor.
18 Así que consolaos mutuamente con estas palabras.

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Introducción a I Tesalonicenses




I EPÍSTOLA A LOS TESALÓNICENSES

LA IGLESIA DE TESALÓNICA. — Tesalónica, hoy Salónica, puerto del mar Egeo y una de las principales ciudades de Macedonia, que en riquezas y corrupción competía con Corinto, fue la segunda ciudad de Europa que en su secunda expedición apostólica, hacia el año 51, evangelizó Pablo. Sus habitantes eran en su mayoría gentiles, griegos y romanos; no faltaban, empero, los judíos, atraídos por el floreciente comercio de Tesalónica y por el espíritu de proselitismo. Tres semanas escasas pudo el Apóstol permanecer en Tesalónica. Comenzó a predicar, según su costumbre, a los judíos en su sinagoga, probándoles por las Escrituras que Jesús era el Mesías; mas el fruto no respondió a sus trabajos. Entre tanto no se había descuidado Pablo de predicar el Evangelio a los gentiles y prosélitos de los judíos, y fue tanta la muchedumbre de los que se convirtieron a Cristo, que, envidiosos y furiosos, los judíos no lo pudieron sufrir. Secundados por unos cuantos hombres perdidos, asalariados, armaron un motín, que forzó a Pablo a abandonar la ciudad.

LA EPÍSTOLA. — Pablo, arrojado de Tesalónica, y, poco después, de Berea también, se dirigió a Atenas. Desde aquí, algo preocupado por el peligro de los neófitos tesalonicenses, expuestos a los embates de tan ruda persecución, les envió a su discípulo Timoteo. Entre tanto, el Apóstol, no hallando en Atenas el campo preparado para la palabra evangélica, partió para Corinto, donde le encontró Timoteo a su vuelta de Tesalónica. Las noticias que éste le dio fueron en extremo consoladoras: los neófitos, en medio de la persecución, se mantenían firmes en la verdad del Evangelio. Quedaban, empero, algunas nubecillas. La precipitada salida de Pablo había impedido que la instrucción religiosa de los tesalonicenses fuera completa. De ahí la infundada preocupación de aquellos neófitos por la suerte de los ya difuntos, que consideraban inferior a la de los vivos en el segundo advenimiento de Jesu-Cristo. Para desvanecer este error, y de paso corregir algunos defectos, reliquias de su antigua vida gentílica, les escribe esta carta, una de las más afectuosas que salieron de su pluma.

DIVISIÓN DE LA CARTA. — En dos partes se divide la Epístola: la primera (1-3) es un himno de acción de gracias, en que andan envueltos mil dulces recuerdos y delicados elogios con algo también de propia apología; la segunda (4-5) es una exhortación, parte dogmática y parte moral.


Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

I Tesalonicenses 4,3

SANTIFICACIÓN: en el sentido particular y concreto de «pureza».


I Tesalonicenses 4,4

ESPOSA: la palabra original significa «vaso, instrumento», que en este pasaje unos interpretan «el propio cuerpo», otros «la propia esposa». El contexto hace más probable la interpretación de ESPOSA.


I Tesalonicenses 4,6-8

Acumula aquí Pablo los motivos más apremiantes para custodiar la pureza. Además de otros motivos más humanos, insinúa otros más altos: el precepto de Jesu-Cristo, la voluntad de Dios Padre y la presencia del Espíritu S.


I Tesalonicenses 4,11

TRABAJAR: algunos de aquellos neófitos, imaginando inminente el segundo advenimiento del Señor, suspendieron como inútil todo trabajo humano.


I Tesalonicenses 4,13-18

Estaban los tesalonicenses preocupados por la suerte de los ya difuntos, suponiendo que no tendrían la dicha de presenciar la gloria del segundo advenimiento. Respóndeles Pablo que la suerte de los ya difuntos seria más aventajada, por cuanto a la glorificación de los supervivientes precederá la resurrección gloriosa de los muertos en el Señor.


I Tesalonicenses 4,14

POR JESÚS afecta al verbo LLEVARÁ en el sentido obvio de «por mediación de Jesús» o «por los merecimientos de Jesús».


I Tesalonicenses 4,15

LOS SUPERVIVIENTES: aquí, como en 2Co_5:2-4, se traslada con la imaginación al tiempo del segundo advenimiento, como si fuera uno de los que entonces vivirán. O, acaso mejor, la frase dos veces repetida expresa no el pensamiento del mismo Pablo, sino el de los tesalonicenses, de cuyos labios toma él la frasecilla.


I Tesalonicenses 4,16

Voz DE MANDO: es la voz del Hijo de Dios que oirán todos los muertos, como dice el mismo Señor por Juan (Jua_5:28).

|| SON DE LA TROMPETA DE DIOS: de esta trompeta habla el Salvador en la Apocalipsis sinóptica (Mat_24:31), y más enfáticamente el mismo Pablo en 1Co_15:52.

|| VOZ DEL ARCÁNGEL: no es fácil determinar si esta voz y el son de la trompeta son dos realidades distintas o más bien dos imágenes de una misma realidad.


I Tesalonicenses 4,16-17

La mención de los vivos después de recordar la resurrección de los muertos da a entender que los fieles SUPERVIVIENTES de la última generación no morirán.