II Timoteo  4 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 22 versitos |
1 Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino:
2 proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
3 Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír;
4 y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas.
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta los padecimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio.
6 Pues yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
7 He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe.
8 Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.
9 Procura venir enseguida a mi lado,
10 pues Demas me ha abandonado, enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia;
11 Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, pues me es útil para el ministerio.
12 A Tíquico lo envié a Éfeso.
13 El manto que dejé en Tróade, en casa de Carpo, tráelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los pergaminos.
14 Alejandro, el herrero, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras.
15 Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.
16 En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!
17 Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león.
18 El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
19 Saluda a Prisca y Áquila, y a la casa de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto; a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.
21 Procura venir enseguida a mi lado, antes de que llegue el invierno. Te saludan Eúbulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22 El Señor esté con tu espíritu. La gracia esté con vosotros.

Patrocinio

 
 

Introducción a II Timoteo 

VER INTRODUCCIÓN A 1 Timoteo

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas