I Pedro 1 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 25 versitos |
1 Pedro, apóstol de Jesu-Cristo, a los elegidos extranjeros de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. *
2 escogidos según la presciencia de Dios Padre, en la santificación del Espíritu, para la obediencia y la aspersión de la sangre da Jesu-Cristo: gracia a vosotros y paz multiplicada. *
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, que, según su gran misericordia, nos reengendró para una esperanza viviente mediante la resurrección de Jesu-Cristo de entre los muertos, *
4 para una herencia incorruptible, incontaminable e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
5 los que por la virtud de Dios sois custodiados mediante la fe para la salud que está dispuesta para ser manifestada en el último tiempo.
6 En lo cual os regocijáis, bien que ahora por breve tiempo, si es menester, afligidos con diferentes pruebas,
7 para que los quilates de vuestra fe, mucho más preciosos que los del oro perecedero, pero que es aquilatado por el fuego, sean hallados dignos de alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesu-Cristo;
8 al cual, sin haberle visto, amáis; en el cual ahora, sin verle, pero creyendo, os regocijáis con gozo inenarrable y rebosante de gloria,
9 alcanzando la meta de vuestra fe, la salud de las almas.
10 Acerca de la cual salud indagaron y escudriñaron los profetas, que profetizaron acerca de la gracia a vosotros destinada, *
11 escudriñando para qué tiempo y sazón les indicaba el Espíritu de Cristo que en ellos estaba testificando anticipadamente los padecimientos reservados a Cristo y la glorificación que a ellos había de seguir;
12 a los cuales fue revelado que no para sí mismos, sino para vosotros administraban esas cosas, que ahora os fueron anunciadas por los que os predicaron el Evangelio en virtud del Espíritu Santo, enviado desde el cielo; las cuales con avidez los ángeles contemplan. *
13 Por lo cual, ceñidos los lomos de vuestra mente, señores de vuestros sentimientos, poned totalmente vuestra esperanza en la gracia que os será traída en la revelación de Jesu-Cristo,*
14 como hijos de obediencia, no amoldándoos a los apetitos de antes en el tiempo de vuestra ignorancia,
15 sino conforme al que os llamó, que es santo, también vosotros sed santos en toda vuestra conducta,
16 por cuanto escrito está: «Seréis santos, pues yo soy santo» (Lev 11:44...).
17 Y si apellidáis Padre al que sin acepción de personas juzga según la obra de cada cual, vivid en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación,
18 sabiendo que no con cosas corruptibles, con plata o con oro, fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, recibida por tradición de vuestros padres,
19 sino con la preciosa sangre de Cristo, como de cordero sin tacha ni mancilla,
20 predestinado antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos en gracia de vosotros, *
21 los que por él sois creyentes en Dios, que le resucitó de entre los muertos y le glorificó, de suerte que vuestra fe y vuestra esperanza se dirigiesen a Dios. *
22 Habiendo purificado vuestras almas con la obediencia a la verdad para un amor fraternal no fingido, amaos de corazón intensamente los unos a los otros, *
23 como quienes han sido reengendrados de simiente, no corruptible, sino incorruptible, por la palabra de Dios viviente y duradera.*
24 Por cuanto «Toda carne es como heno, | y toda su gloria como flor de heno: | secóse el heno, y la flor cayó; |
25 mas la palabra del Señor subsiste eternamente» (Is 40:6-8). Y ésta es la palabra que os fue anunciada por el Evangelio.

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Introducción a I Pedro




I EPÍSTOLA DE SAN PEDRO

AUTOR - Desde Roma, hacia el año 63 (ó 64), escribió Pedro a las Iglesias del Asia Menor. Le daba título para dirigirse autoritativamente a estas Iglesias, fundadas y evangelizadas por Pablo, su autoridad suprema sobre toda la Iglesia de Cristo. No es improbable que para redactarla se valiese de Silas o Silvano, antiguo colaborador de Pablo, que ahora estaba con Pedro. DESTINATARIOS. — Los nombres de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia (proconsular) y Bitinia parecen indicar las regiones (en sentido etnográfico) más bien que las provincias romanas (en sentido político-administrativo). De todos modos comprenden casi toda el Asia Menor (o Anatolia), a excepción de Cilicia, relacionada más bien con la Siria y la Fenicia. No es seguro, como insinuó Orígenes, que Pedro evangelizase personalmente estas regiones. OCASIÓN Y FIN. — Ciertas tribulaciones, señaladamente las calumnias de los gentiles y los primeros chispazos de persecución, podían poner en peligro la fe de aquellas jóvenes Iglesias. Pedro, deseoso de prevenir el mal, los exhorta a la constancia en la fe y la esperanza, les recomienda que desharían las absurdas calumnias con la ejemplaridad de su vida y les recuerda que padecer como cristiano es una gloria.EL PAULINISMO DE SAN PEDRO. — Si Pedro era el apóstol pontífice supremo, Pablo era el apóstol teólogo. Si el pescador del mar de Galilea había sido constituido Pastor soberano de toda la grey de Cristo, el antiguo discípulo de Gamaliel había sido favorecido con la misión y la «gracia de anunciar a los gentiles las riquezas de Cristo, imposibles de rastrear» (Ef 3:8). Por la palabra y por los escritos, Pablo irradió sobre toda la Iglesia la luz recibida de lo alto. Y esta luz alcanzó también a los mismos apóstoles, gozosos de ver cómo la luz de Pablo revelaba toda la profundidad de las enseñanzas que ellos habían recibido del Maestro. Pedro singularmente, que había tenido frecuente comunicación con Pablo y ahora tenía en su compañía a dos de sus discípulos y colaboradores, Silvano y Marcos, conocía también las Epístolas del grande Apóstol (2 Pe 3:16) y admiraba su «sabiduría» (Ib 3:15). Con todo esto se explica el origen de los frecuentes rasgos paulinos que matizan el pensamiento del Príncipe de los Apóstoles. Más, como era de suponer, las fulguraciones de Pablo se truecan en claridades más templadas, que elevan y ennoblecen las enseñanzas cristológicas y soteriológicas contenidas en la primera Epístola de Pedro.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

I Pedro 1,1

EXTRANJEROS: peregrinos en este mundo (Cf. 1Pe_2:11).

|| DISPERSIÓN o Diáspora: la gentilidad en la cual están dispersos,

|| PONTO, GALACIA…: ya se tomen como regiones , ya como provincias romanas, comprenden casi toda el Asia Menor.


I Pedro 1,2

Triple principio de la salud: LA PRESCIENCIA y predestinación, atribuida a Dios PADRE: LA SANTIFICACIÓN, apropiada al ESPÍRITU S,; LA ASPERSIÓN DE LA SANGRE redentora, vinculada a JESUCRISTO. De parte del hombre, LA OBEDIENCIA por la fe.


I Pedro 1,3-5

Nueva descripción de la salud: cuyo primer principio es la GRAN MISERICORDIA de Dios, cuyo principio inmediato es la RESURRECCIÓN DE JESU-CRISTO, cuyo estadio inicial es la REGENERACIÓN, cuyo estadio final es UNA HERENCIA EN LOS CIELOS.


I Pedro 1,10-12

Como en 1Pe_1:3-5 se subraya la acción de Dios Padre y en 1Pe_1:6-9 la de Jesu-Cristo, así ahora la del Espíritu S. El fue quien reveló a los profetas lo que testificaron y revistió de su virtud a los apóstoles para que lo anunciasen.


I Pedro 1,12

LOS ÁNGELES CONTEMPLAN el insondable misterio de la redención (Cf. Efe_3:10).


I Pedro 1,13

GRACIA: es el beneficio de la vida eterna.

|| REVELACIÓN: es la parusía.


I Pedro 1,13-21

Por tres motivos se recomienda la santidad de la vida, que son: la santidad de Dios, la rectitud del Padre celestial, la redención de Cristo.
I Pedro 1,20

AL FINAL DE LOS TIEMPOS: en la edad mesiánica.


I Pedro 1,21

Cristo resucitado es Mediador de nuestra fe y esperanza para con Dios:
1) porque su resurrección es el objeto característico de nuestra fe;
2) porque es el motivo determinante de credibilidad;
3) porque es prenda de la verdad y fidelidad de Dios.


I Pedro 1,22

LA OBEDÍENCIA A LA VERDAD del Evangelio purificando el alma la dispone para la caridad fraterna .


I Pedro 1,23

REENGENDRADOS…POR LA PALABRA DE DIOS, que es como la semilla de la regeneración espiritual (Cf. Luc_8:11; Stg_1:18; Stg_1:21; 1Jn_3:9).