I Pedro 4 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 19 versitos |
1 Así pues, dado que Cristo sufrió según la carne, también vosotros armaos de la misma mentalidad, porque el que sufrió según la carne ha acabado con el pecado,
2 para vivir el resto de su vida no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios.
3 Pues ya es bastante el tiempo transcurrido llevando una vida de gentiles, andando entre libertinajes, instintos, borracheras, comilonas, orgías e idolatrías nefastas.
4 Por eso se extrañan y os insultan cuando no acudís con ellos a ese derroche de inmoralidad.
5 Ellos darán cuenta ante aquel que está dispuesto para juzgar a vivos y muertos.
6 Pues para esto se anunció el Evangelio también a los que ya están muertos, para que, condenados como todos los hombres en el cuerpo, vivan según Dios en el Espíritu.
7 Además, el fin de todas las cosas está cercano. Así pues, sed sensatos y sobrios para la oración.
8 Ante todo, mantened un amor intenso entre vosotros, porque el amor tapa multitud de pecados.
9 Sed hospitalarios unos con otros sin protestar.
10 Como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios, poned al servicio de los demás el carisma que cada uno ha recibido.
11 Si uno habla, que sean sus palabras como palabras de Dios; si uno presta servicio, que lo haga con la fuerza que Dios le concede, para que Dios sea glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
12 Queridos míos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en vosotros y sirve para probaros, como si ocurriera algo extraño.
13 Al contrario, estad alegres en la medida que compartís los sufrimientos de Cristo, de modo que, cuando se revele su gloria, gocéis de alegría desbordante.
14 Si os ultrajan por el nombre de Cristo, bienaventurados vosotros, porque el Espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
15 Así pues, que ninguno de vosotros tenga que sufrir por ser asesino, ladrón, malhechor o entrometido,
16 pero si es por ser cristiano, que no se avergüence, sino que dé gloria a Dios por este nombre.
17 Porque ha llegado el momento de que el juicio empiece por la casa de Dios; pero, si nosotros somos los primeros, ¿cuál será el final de los que desprecian el Evangelio de Dios?
18 Y si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y pecador?
19 Así pues, que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, haciendo el bien, pongan también sus vidas en manos del Creador, que es fiel.

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Introducción a I Pedro

1 PEDRO

La tradición identifica al autor de esta carta con Pedro, el primero de los Doce, que empleó la ayuda de un secretario-redactor (1Pe 5:12). La carta fue escrita en una fecha cercana a la prisión del Apóstol en Roma. El sufrimiento y pasión de Cristo y su relación con la vida cristiana constituyen los temas fundamentales de esta carta (en el conjunto del Nuevo Testamento más del veinticinco por ciento de la terminología del sufrimiento aparece en esta carta). La pasión de Cristo, expresada con un vocabulario propio y con un total de doce referencias, parece constituir el tema principal de la carta. Con esta perspectiva fundamental y sin ser un tratado teológico, contiene las enseñanzas fundamentales del cristianismo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas