II Pedro  1 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 21 versitos |
1 Simeón Pedro, esclavo y apóstol de Jesu-Cristo, a cuantos ha cabido en suerte una fe igualmente preciosa que a nosotros por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo;*
2 gracia y paz sea con vosotros multiplicada por el conocimiento de Dios y de Jesús, Señor nuestro.
3 Como quiera que su divino poder nos ha dado graciosamente todas las cosas conducentes a la vida y a la piedad mediante el conocimiento del que nos llamó por su propia gloría y virtud,*
4 por las cuales graciosamente nos ha dado los preciosos y sumos bienes prometidos, para que por éstos os hagáis participantes de la divina naturaleza, una vez escapados de la corrupción que reina en el mundo, nacida de la concupiscencia:
5 a este mismo modo también vosotros, poniendo de vuestra parte toda diligencia, mostrad en vuestra fe la energía, en la energía la ciencia, *
6 en la ciencia la templanza, en la templanza la paciencia, en la paciencia la piedad,
7 en la piedad el amor fraterno, en el amor fraterno la caridad.
8 Pues tales cosas, si se hallan en vosotros y van en aumento, no os dejan inactivos e infructuosos en orden al conocimiento de nuestro Señor Jesu-Cristo;
9 pues quien estas cosas no tiene, ciego está y Corto de vista, habiendo dado al olvido la purificación de sus antiguos pecados.
10 Por lo cual mas bien, hermanos, procurad ahincadamente asegurar vuestra vocación y elección; porque esto haciendo, no tropezaréis jamás. *
11 Pues así se os facilitará espléndidamente la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesu-Cristo.
12 Por lo cual habré siempre de traeros a la memoria estas cosas, si bien ya las sabéis y estáis afianzados en la verdad que de presente conocéis.
13 Creo justo, empero, mientras permanezco en esta tienda terrena despertaros con mi recuerdo,
14 Sabiendo que muy cu breve se va a deshacer mi tienda, según que el mismo Señor nuestro, Jesu-Cristo, me lo manifestó.
15 Pero pondré empeño en que aun después de mi partida tengáis siempre cómo renovar el recuerdo de estas cosas. *
16 Pues os dimos a conocer el poderío y advenimiento de nuestro Señor Jesu-Cristo, no siguiendo mitos artificiosamente combinados, sino hechos testigos oculares de su majestad. *
17 Pues al recibir de Dios Padre honor y gloria, cuando desde aquella magnífica gloria se le hizo llegar esta voz: «Este es mi Hijo querido, en quien me agradé»,*
18 esta misma vez la oímos nosotros enviada desde el cielo, estando con él en el Santo monte.
19 Y tenemos por más firme la palabra profética, a la cual hacéis bien en prestar vuestra atención, como a lámpara que brilla en lugar tenebroso, hasta que alboree el día y el lucero de la mañana despunte en vuestros corazones;*
20 sabiendo esto ante todo: que toda profecía de la Escritura no es obra de la propia iniciativa;*
21 que no por voluntad de hombre fue traída la profecía, sino que, llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios.

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Introducción a II Pedro 




II EPÍSTOLA DE SAN PEDRO

AUTOR. — El autor de esta Epístola es el mismo Pedro. Las diferencias de lenguaje y estilo entre esta Epístola y la anterior, que ya llamó la atención en la antigüedad, pueden explicarse, como ya indicó S. Jerónimo, con la diferencia de redactor. Sí la redacción de la primera se debe en gran parte a Silvano, la de la segunda pudo ser exclusivamente del mismo Pedro o de otro colaborador distinto, Marcos, por ejemplo.

DESTINATARIOS. — La indicación de que ésta es la segunda carta dirigida a los mismos (3:1) permite concluir probablemente que los destinatarios de la segunda son los mismos de la primera: los fieles del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia (proconsular) y Bitinia, venidos en su mayor parte de la gentilidad. Los falsos doctores, contra quienes se escribe, confirman esta suposición.

OCASIÓN Y FIN. — Se había cumplido la predicción de Pablo: lobos rapaces invadieron la grey del Señor (Ac 20:29). Esos precursores del gnosticismo, desconociendo el señorío soberano de Jesu-Cristo y negando su segundo advenimiento, blasfemaban de los ángeles y se entregaban a todos los desenfrenos. Contra los manejos de tales hombres, Pedro previene a los fieles, exhortándoles a la constancia en la fe y a la práctica de las virtudes cristianas.

TIEMPO Y LUGAR. — Como se indica en la misma carta (1:14-15), escribióla el apóstol cuando tenia ya el presentimiento de una muerte cercana, probablemente entre los años 64 y 67. Es posible que desde Roma.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

II Pedro  1,1

NUESTRO DIOS Y SALVADOR: literalmente, el Dios nuestro y Salvador … El único artículo para los dos sustantivos indica que entrambos se refieren igualmente a Jesu-Cristo: magnífico testimonio de su divinidad. (Cf. 2Pe_1:11.) En este supuesto, LA JUSTICIA DE…DIOS es la justicia de Jesu-Cristo, es decir, el mérito de su redención.


II Pedro  1,3-4

La obra de la gracia comprende:
1) los dones de Dios, GRACIOSAMENTE dados, que son los PRECIOSOS Y SUMOS BIENES PROMETIDOS, TODAS LAS COSAS CONDUCENTES A LA VIDA Y A LA PIEDAD;
2) el principio de esos dones, que es su DIVINO PODER, SU PROPIA GLORIA Y VIRTUD;
3) el medio, que es EL CONOCIMIENTO DEL QUE NOS LLAMÓ:
4) el término, que es hacernos PARTICIPANTES DE LA DIVINA NATURALEZA. Esta última expresión, de subidísimos quilates teológicos, presenta la gracia santificante como una participación del ser divino cual es en sí como una inefable comunión con la vida íntima de la augusta Trinidad.


II Pedro  1,3-7

Período complicado, cuya prótasis (2Pe_1:3-4) expresa la acción de Dios en la obra de la gracia, y cuya apódosis (2Pe_1:5-7) señala la correspondencia o cooperación del hombre a la acción de Dios.


II Pedro  1,5-7

En este clímax de virtudes aparecen, algo veladas, las tres virtudes teologales: fe, paciencia (= esperanza) y caridad; y las cuatro virtudes cardinales: ciencia (= prudencia), justicia (= piedad), energía (= fortaleza) y templanza. La fe es la primera y la base de todas; la caridad, la última y la corona; las intermedias son las disposiciones morales para que la «fe actúe por la caridad» (Gál_5:6).


II Pedro  1,10

ASEGURAR: la adición de la Vulgata, apoyada por numerosos códices griegos, «por medio de buenas obras», es una excelente glosa.


II Pedro  1,15

PONDRÉ EMPEÑO…: no especifica la manera de realizar este empeño. Podría ser haciendo que lleguen a ellos sus dos cartas (Cf. 2Pe_3:1-2) o también el Evangelio de Marcos, que sustancialmente es obra de Pedro.


II Pedro  1,16

EL PODERÍO Y ADVENIMIENTO: hendíadis, por «el advenimiento en poderío», con que se expresa la parusía o segundo advenimiento de Cristo.


II Pedro  1,17-18

Presenta la transfiguración como imagen y prenda de la parusía.


II Pedro  1,19

TENEMOS POR MÁS FIRME LA PALABRA PROFÉTICA: significa que la profecía se hace MÁS FIRME con el cumplimiento, con que se comprueba su verdad.


II Pedro  1,20

LA PROPIA INICIATIVA (más literalmente, solución, explicación ) no se refiere, principalmente a lo menos, a nuestra interpretación, sino más bien a la declaración que de su propio pensamiento hacen los profetas. Así lo exige el contexto.

|| LLEVADOS DEL ESPÍRITU S.: tales son los profetas: los que impulsados por el Espíritu S. hablan palabras de Dios en nombre y representación de Dios.