I Juan 1 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 10 versitos |
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron, acerca del Verbo de la vida *
2 —y la vida se manifestó, y la hemos visto, y damos testimonio, y os anunciamos la vida eterna, la que estaba cabe el Padre, y se manifestó a nosotros—, *
3 lo que hemos visto y oído os lo anunciamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesu-Cristo. *
4 Y estas cosas escribimos nosotros para que nuestro gozo sea cumplido.
5 Y éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos a vosotros: que Dios es luz, y tiniebla en él no hay ninguna. *
6 Si dijéremos que tenemos comunión con él y camináremos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad; *
7 mas si camináremos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión recíproca con él, y la sangre de Jesu-Cristo, su Hijo, nos purifica de todo pecado. *
8 Si dijéremos que no tenemos pecado a nosotros mismos nos engañamos, y la verdad no está en nosotros. *
9 Si confesáremos nuestros pecados, fiel es y justo, para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda iniquidad. *
10 Si dijéremos que no tenemos pecado, le hacemos mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

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Introducción a I Juan




I EPÍSTOLA DE SAN JUAN

EL AUTOR. — El autor de la Epístola no es otro que el autor del cuarto Evangelio. Aun cuando la tradición no lo afirmara, bastaba la crítica interna para convencerle plenamente. La identidad de pensamiento y de estilo - y se trata del pensamiento y del estilo de Juan, inimitables - delatan la mano del autor. OCASIÓN Y OBJETO. — Entre los discípulos de Cristo habían comenzado a surgir los anticristos. El principal de ellos era Cerinto, que rebajaba torpemente la persona del Salvador. Imaginando que el Cristo era un ser superior, un eón, enseñaba que se unió a él en el bautismo de Juan, pero que le desamparó en la cruz; admitía que Cristo había venido en agua, pero no en sangre. Contra esas novelerías blasfemas alza su voz el apóstol para afirmar que «éste es el que vino por agua y sangre, Jesús Mesías: y Mesías no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre» 5:6): Mesías en el bautismo y Mesías en la cruz. Y también Hijo de Dios. Naturalmente, a la heterodoxia de la doctrina seguía el desarreglo de las costumbres. Por esto el apóstol, además de volver por los fueros de la verdad y de la tradición apostólica (2:24; 3:11), inculca el apartamiento del mundo y la observancia de los mandamientos, singularmente del gran mandamiento, antiguo y nuevo, del amor. CARÁCTER. — La Epístola, que apenas tiene la forma de carta ordinaria, es más bien un mensaje y un testimonio. Y al transmitir este mensaje, Juan se remonta a las supremas categorías de la verdad, de la vida y del amor. No menos que la verdad, el amor es luz. Dios es luz, y luz también su revelación y sus mandamientos; y quien los observa está en la luz y camina en la luz. A la alteza trascendente del pensamiento responde la luminosa diafanidad de la palabra. Reaparecen en la Epístola aquellas repeticiones rítmicas y orientadoras del Evangelio y aquellas ondulaciones concéntricas y harmónicas. Y todo esto en un lenguaje sereno, plácido, sugestivo, maravilla literaria, sólo superada por la palabra del Maestro.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

I Juan 1,1

LO QUE ERA DESDE EL PRINCIPIO: es lo mismo que en el Evangelio «En el principio existía el Verbo» (Jua_1:1).

|| LO QUE HEMOS OÍDO…: los apóstoles se presentan como testigos no sólo de oídas, sino también de vista y aun de manos. De ahí el valor incomparable de su testimonio.

|| EL VERBO DE LA VIDA: tres sentidos posibles:
1) intencional: El VERBO es la palabra o revelación de Dios;
2) personal: es la persona del Hijo de Dios, como en el Evangelio (Jua_1:1; Jua_1:14) y en el Apocalipsis (Apo_19:13);
3) compuesto: es el Verbo hecho carne, como concreción viviente de la divina revelación; o es la revelación, en cuanto cifrada o compendiada en la persona misma del Verbo, en su acción y en su palabra. Este tercer sentido es preferible.


I Juan 1,1-3

Es notable la afinidad de este prólogo con el del cuarto Evangelio. En cuanto a su estructura, el versículo 1Jn_1:3 empalma con el versículo 1Jn_1:1.


I Juan 1,2

LA VIDA SE MANIFESTÓ: fórmula abreviada, que inmediatamente se desarrolla: «la vida eterna , la que estaba cabe el Padre, y se manifestó a nosotros». Esta fórmula es la síntesis de toda la teología de Juan. En ella se distinguen dos elementos:
1) LA VIDA con su múltiple acción vivificante;
2) su manifestación variada y graduada. Esta fórmula responde a esta otra del Evangelio (Jua_1:4): «La vida era la luz de los hombres». Manifestación es iluminación (Efe_5:13).


I Juan 1,3

COMUNIÓN: es, a base de la recíproca inmanencia, la íntima comunicación o solidaridad de vida, El término de esta COMUNIÓN es EL PADRE Y EL HIJO. Se dice también COMUNIÓN CON NOSOTROS, por cuanto de ella participan a una todos los fieles. ASÍ entendida, esta COMUNIÓN es como la sublimación de la unión en Cristo Jesús , preconizada por Pablo. El decir PARA QUE TENGÁIS COMUNIÓN supone que esta comunión se desenvuelve gradualmente. Si sustancial mente ya existe, todavía puede y debe anudarse más estrechamente hasta alcanzar su consumación.


I Juan 1,5

DIOS ES LUZ: es luz primordial y original, el foco de la luz. De esta luz fontal emana la luz que ilumina (objetivamente) el mundo de la gracia y la luz que alumbra (subjetivamente) los ojos del espíritu humano. Con esta luz tiene estrecha conexión la verdad . La luz original es Dios, verdad primera; la luz que brilla en el mundo es la verdad de la palabra divina; la luz que esclarece la inteligencia humana es la verdad del conocimiento. Hay que tener presentes estas correspondencias para entender la terminología de Juan. A esta luz se oponen la tinieblas. En Dios no las hay; mas las hay en el mundo y puede haberlas en el hombre. Además, la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, se hallan no sólo en la inteligencia, sino también en el corazón; no sólo en la contemplación, sino también en la acción. Para Juan, la rectitud moral es verdad, como el pecado es mentira.


I Juan 1,6

SI DIJÉREMOS…: esta expresión inicial, tres veces repetida (1Jn_1:6, 1Jn_1:8, 1Jn_1:10), señala el principio de otros tantos ciclos en que se desenvuelven pensamientos análogos.

|| MENTIMOS Y NO OBRAMOS LA VERDAD: verdad es conformidad con la realidad; por esto, como no hay verdad en el conocimiento que no es conforme con la realidad objetiva, tampoco la hay en el acto que no es conforme con el orden objetivo de la bondad. Y tanto en lo uno como en lo otro, la privación de verdad es mentira.


I Juan 1,7

TENEMOS COMUNIÓN…: fruto de la luz y de la verdad es la COMUNIÓN con Dios.


I Juan 1,8-10

Parece una paradoja que, siendo el pecado la antítesis de la verdad, no obstante, el reconocimiento del propio pecado es como la entrada que nos introduce en el reino de la verdad. La humildad es la verdad.


I Juan 1,9

FIEL ES Dios en el perdón de los pecados, porque cumple lo prometido: Y JUSTO también, porque este perdón lo mereció Jesu-Cristo con su sangre.