I Juan 4 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 21 versitos |
1 Carísimos, no creáis a todo espíritu, antes contrastad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas salieron al mundo. *
2 En eso conoced el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesús como Cristo venido en carne, es de Dios;
3 y todo espíritu que rompe la unidad de Jesús, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual habéis oído que viene, y ahora está ya en el mundo. *
4 Vosotros sois de Dios, hijuelos, y los habéis vencido; porque mayor es el que en vosotros está que el que está en el mundo.*
5 Ellos del mundo son: por eso hablan inspirados por el mundo, y el mundo los escucha. *
6 Nosotros somos de Dios: el que conoce a Dios, nos escucha; el que no es de Dios, no nos escucha. De esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu de la seducción.
7 Carísimos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios; y todo el que ama, de Dios ha nacido y conoce a Dios. *
8 Quien no ama no conoció a Dios, porque Dios es amor *
9 En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros, en que al Hijo suyo unigénito envióle Dios al mundo, para que vivamos por él. *
10 En esto está el amor: no que nosotros hubiéramos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros y envió al Hijo suyo, propiciación por nuestros pecados.
11 Carísimos, si Dios nos amó así a nosotros, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
12 A Dios nadie jamás le ha visto: si nos amáremos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor ha llegado en nosotros a su perfección. *
13 En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
14 Y nosotros hemos visto, y testificamos, que el Padre envió su Hijo como Salvador del mundo.
15 Quien confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene con nosotros. Dios es amor, y quien permanece en el amor, en Dios permanece, y Dios en él. *
17 En esto ha llegado a su colmo el amor para con nosotros, en que tensamos segura confianza en el día del juicio; porque cual es él, tales somos también nosotros en este mundo. *
18 Temor no le hay en el amor; antes el perfecto amor lanza afuera el temor, pues el temor mira al castigo, y quien teme no ha alcanzado la perfección en el amor. *
19 Nosotros amemos, porque él primero nos amó. *
20 Si uno dijere: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, mentiroso es; pues quien no ama a su hermano, a quien ha visto, a Dios, a quien no ha visto, no le puede amar. *
21 Y este mandamiento tenemos de él: que quien ama a Dios, ame también a su hermano.

Patrocinio

 
 

Introducción a I Juan




I EPÍSTOLA DE SAN JUAN

EL AUTOR. — El autor de la Epístola no es otro que el autor del cuarto Evangelio. Aun cuando la tradición no lo afirmara, bastaba la crítica interna para convencerle plenamente. La identidad de pensamiento y de estilo - y se trata del pensamiento y del estilo de Juan, inimitables - delatan la mano del autor. OCASIÓN Y OBJETO. — Entre los discípulos de Cristo habían comenzado a surgir los anticristos. El principal de ellos era Cerinto, que rebajaba torpemente la persona del Salvador. Imaginando que el Cristo era un ser superior, un eón, enseñaba que se unió a él en el bautismo de Juan, pero que le desamparó en la cruz; admitía que Cristo había venido en agua, pero no en sangre. Contra esas novelerías blasfemas alza su voz el apóstol para afirmar que «éste es el que vino por agua y sangre, Jesús Mesías: y Mesías no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre» 5:6): Mesías en el bautismo y Mesías en la cruz. Y también Hijo de Dios. Naturalmente, a la heterodoxia de la doctrina seguía el desarreglo de las costumbres. Por esto el apóstol, además de volver por los fueros de la verdad y de la tradición apostólica (2:24; 3:11), inculca el apartamiento del mundo y la observancia de los mandamientos, singularmente del gran mandamiento, antiguo y nuevo, del amor. CARÁCTER. — La Epístola, que apenas tiene la forma de carta ordinaria, es más bien un mensaje y un testimonio. Y al transmitir este mensaje, Juan se remonta a las supremas categorías de la verdad, de la vida y del amor. No menos que la verdad, el amor es luz. Dios es luz, y luz también su revelación y sus mandamientos; y quien los observa está en la luz y camina en la luz. A la alteza trascendente del pensamiento responde la luminosa diafanidad de la palabra. Reaparecen en la Epístola aquellas repeticiones rítmicas y orientadoras del Evangelio y aquellas ondulaciones concéntricas y harmónicas. Y todo esto en un lenguaje sereno, plácido, sugestivo, maravilla literaria, sólo superada por la palabra del Maestro.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

Patrocinio

Notas

I Juan 4,1

Acaba de decir que conocemos nuestra comunión con Dios «por el Espíritu que nos dio»; mas el Espíritu puede contrahacerse o simularse: ¿cuál será, pues, el criterio o contraseña para conocer el genuino Espíritu de Dios? Responde: la fe en la unidad personal de Jesu-Cristo.

|| CONTRASTAD LOS ESPÍRITUS: Cf. 1Co_1:12-15; 2Co_11:3, 2Co_11:13-14; Efe_4:14; Col_2:8; 1Ts_5:21


I Juan 4,3

ROMPE LA UNIDAD DE…: más literalmente, desata o disuelve . Tal parece ser la genuina lección conservada por los Padres más antiguos: Ireneo, Clemente Alejandrino, Orígenes, Tertuliano…, en vez de la vulgar «no confiesa a…». Alude Juan al error de los cerintianos (1Jn_2:22) y previene el de los nestorianos.

|| ESTE ES EL [espíritu] DEL ANTICRISTO: podría también traducirse y entenderse: «Esto es lo [propio o característico] del…»

|| Y AHORA YA ESTÁ EN EL MUNDO: Cf. 1Jn_2:18.


I Juan 4,4

PORQUE MAYOR ES EL QUE EN VOSOTROS ESTÁ: es la razón de todas las victorias del espíritu cristiano: la presencia y asistencia del Omnipotente.


I Juan 4,5

DEL MUNDO SON: es instructiva la conexión o identidad que establece Juan entre el anticristo, el espíritu del error, el mundo y el diablo.


I Juan 4,7

Conocer a Dios, amar a Dios, ser nacido de Dios, estar en comunión con Dios: todo esto en Juan son diferentes aspectos de una misma realidad.


I Juan 4,8

QUIEN NO AMA NO CONOCIÓ A Dios: hay verdades que no se conocen si no se sienten. Tal, por ejemplo, la belleza literaria; tal también la bondad moral.

|| DIOS ES AMOR: jamás la filosofía formuló tal definición de Dios.


I Juan 4,9-10

En dos como ciclos concéntricos, según su estilo característico, desenvuelve Juan el mismo pensamiento: la manifestación y la iniciativa del Dios amor.


I Juan 4,12

Su AMOR HA LLEGADO…A SU PERFECCIÓN: el amor fraterno es la PERFECCIÓN O consumación del amor a Dios, no por razón de su término, sino por razón de su principio, que es el mismo Dios. Quiere decir que el amor a Dios alcanza su perfección cuando es tan intenso y poderoso que se extiende a todo lo que es de Dios, y particularmente a los hijos de Dios, que son hermanos nuestros. De ahí la alteza de la caridad fraterna.


I Juan 4,16

HEMOS CONOCIDO Y CREÍDO EL AMOR…: dos enseñanzas en estas palabras. Primera.: la conjunción de CONOCIDO y CREÍDO, tan frecuente en todo el N. T., señala el carácter intelectual de la fe, que es una adhesión de la inteligencia a la verdad revelada por Dios. Segunda: que hay que tener fe en el AMOR de Dios.

|| QUIEN PERMANECE EN EL AMOR…: parece como que Juan hasta ahora ha estado haciendo diferentes tanteos en busca de esta fórmula maravillosa, hasta que por fin ha dado con ella.


I Juan 4,17

Fruto regalado del amor es la SEGURA CONFIANZA. Y da la razón: PORQUE CUAL ES ÉL, TALES SOMOS TAMBIÉN NOSOTROS: es decir, semejantes a Dios, como hijos a su Padre; que amamos a Dios como Dios nos ama a nosotros. Y esto se verifica aun estando EN ESTE MUNDO, sin esperar el abrazo de la bienaventuranza celeste.


I Juan 4,18

TEMOR NO LE HAY EN EL AMOR: es decir, temor servil. Hay tres clases de temor de Dios: temor servilmente servil, que sólo MIRA AL CASTIGO; temor simplemente servil, que se ayuda del miedo al castigo para obtener el amor; temor filial, que nace del mismo amor. El servilmente servil es incompatible con el amor; el simplemente servil es sólo compatible con el amor imperfecto; el filial no sólo es compatible con el más perfecto amor, sino esencial a él.


I Juan 4,19

El amor de Dios a nosotros no sólo tiene la iniciativa, sino que es el principio y el motivo de nuestro amor a El.


I Juan 4,20

QUIEN NO AMA A SU HERMANO, A QUIEN HA VISTO…: aunque toda la razón de amar al hermano es el amor de Dios, esta razón, con todo, al sensibilizarse en el hombre visible, suele mover más eficazmente. Por esto mismo, el amor invisible de Cristo, al presentarse bajo el símbolo del Corazón visible, atrae a sí más poderosamente los corazones humanos.