Judas 1 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 25 versitos |
1 Judas, esclavo de Jesu-Cristo y hermano de Santiago, a los llamados, amados en Dios Padre y conservados para Jesu-Cristo: *
2 misericordia, paz y caridad sean con vosotros multiplicadas.
3 Amados míos, poniendo yo toda mi diligencia en escribiros acerca de nuestra común salud, sentí la necesidad de dirigiros esta carta para exhortaros a combatir por la fe, transmitida a los santos de una vez para siempre. *
4 Porque se han filtrado ciertos hombres, ya de antiguo señalados en la Escritura como destinados a esta condenación, impíos, que truecan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al solo Dominador y Señor nuestro, Jesu-Cristo. *
5 Mas quiero recordaros, bien que sepáis todas estas cosas una vez aprendidas, que Jesús, después de haber salvado al pueblo sacándole de la tierra de Egipto, luego exterminó a los que no creyeron;
6 y a los ángeles que no mantuvieron su principado, antes abandonaron su propia morada, los reservó atados con cadenas eternas en el fondo de las tinieblas para el juicio del gran día;
7 como también Sodoma y Gomorra y las ciudades a ellas circunvecinas, habiéndose entregado a todos los excesos de la fornicación, lo mismo que éstos, y corrido tras carne ajena, quedan ahí como ejemplar, sometidas al castigo de fuego eterno. *
8 Con todo esto, de semejante manera también éstos, en su loco desvarío, manchan la carne, no reconocen señorío, blasfeman de las glorias. *
9 El arcángel Miguel, cuando, altercando con el diablo, le disputaba el cuerpo de Moisés, no osó pronunciar sentencia contumeliosa, sino dijo: «Mándete callar el Señor». *
10 Estos, empero, blasfeman de lo que ignoran, y lo que naturalmente saben, como los brutos animales, en eso se corrompen. *
11 ¡Ay de ellos!, porque anduvieron por el camino de Caín, y por esperanza de lucro se precipitaron en los extravíos de Balaán, y perecieron en la sublevación de Coré.
12 Estos son los que mancillan vuestros ágapes, cuando con vosotros banquetean sin recato, hombres que se apacientan a sí mismos, nubes sin agua que los vientos se llevan, árboles de otoño que fenece, desprovistos de fruto, dos veces muertos, arrancados de raíz;*
13 olas bravías del mar, que echan las espumas de sus torpezas: astros errantes, a los cuales está reservada la lobreguez de las tinieblas eternamente.
14 Profetizó también de estos Enoc, el séptimo a partir de Adán, diciendo: «He aquí que el Señor vino con sus miríadas santas *
15 para entablar juicio contra todos y convencer a todos los impíos de todas sus obras de impiedad que impíamente cometieron y de todas las palabras insolentes que, pecadores impíos, hablaron contra él» (Enoc 1:9).
16 Estos son murmuradores, descontentos de su suerte, que viven conforme a sus concupiscencias y cuya boca habla pomposidades, que se hacen admiradores de las personas con miras a su interés.
17 Mas vosotros, amados míos, acordaos de las palabras anteriormente dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesu-Cristo,
18 en que os decían: En el último tiempo habrá burladores que vivirán según sus propias concupiscencias, atizadas por su impiedad.
19 Estos son los que introducen divisiones, animales, privados del Espíritu Santo.
20 Mas vosotros, amados míos, edificándoos sobre el cimiento de vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, *
21 conservaos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesu-Cristo, que os llevará a la vida eterna.
22 A unos, los que vacilan, convencedlos; *
23 a otros salvadlos arrancándolos del fuego; con otros tened misericordia, mas con temor, aborreciendo aún la túnica manchada por la carne.
24 Al que es poderoso para guardaros de tropiezo y haceros parecer inmaculados en presencia de su gloria con regocijo, *
25 al solo Dios, Salvador nuestro, por mediación de Jesu-Cristo, Señor nuestro, sea la gloria, la majestad, el imperio y el poderío antes de todo siglo y ahora y por todos los siglos. Amén.

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Introducción a Judas




EPÍSTOLA DE SAN JUDAS

AUTOR. — El autor es «Judas…, hermano de Santiago» (1), el obispo de Jerusalén. Es apóstol. En el catálogo de los Doce se menciona a «Judas el [hermano] de Santiago» ( Luc_6:16 ; Hch_1:13 ). En el canon tridentino de los libros inspirados se le llama «Judas Apóstol» (Denz. 784). Sin esta apostolicidad ni se explica la autoridad con que escribe ni la canonicidad de la Epístola. De una indicación de Pablo ( 1Co_9:5 ) parece deducirse que San Judas acompañó a Pedro en sus expediciones apostólicas fuera de Palestina. DESTINATARIOS, OCASIÓN Y FIN. — Probablemente son judíos cristianos que habían estado bajo el influjo de Santiago el obispo de Jerusalén. Podrían ser especialmente los de la Iglesia de Antioquia. Dieron ocasión a esta carta los mismos herejes libertinos que motivaron la segunda de Pedro. Podría ser que como Pedro, para oponerse a los manejos de esos falsos profetas, escribió a los fieles del Asia Menor, escribiese San Judas con análogo objeto a los fieles de las regiones más vecinas de Jerusalén, no mucho después de la muerte de Santiago. SAN JUDAS Y SAN PEDRO. — Es innegable la afinidad, aun verbal, entre esta Epístola y la segunda de San Pedro. Hay dependencia literaria. Generalmente se cree que fue Pedro quien utilizó el escrito de su colega. Las expresiones más duras y difíciles de San Judas delatan prioridad. Literariamente, la de San Judas es superior a la de Pedro.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Judas 1,1

DE SANTIAGO: el llamado hermano (= pariente) del Señor. Ambos, Santiago y Judas Tadeo, eran apóstoles.

|| AMADOS EN DIOS PADRE: a quienes Dios ama y tiene dentro de su corazón.

|| CONSERVADOS: por la gracia de Dios, que los sostiene.

|| PARA JESU-CRISTO: cuyo patrimonio y propiedad han de ser.


Judas 1,3

LA FE, TRANSMITIDA…DE UNA VEZ PARA SIEMPRE: la revelación cristiana, transmitida a la Iglesia por los apóstoles, es inmutable e invariable: no sufre adiciones, ni menguas, ni alteraciones.


Judas 1,4

QUE TRUECAN EN LIBERTINAJE LA GRACIA de la redención, que es una liberación del pecado y de la ley mosaica; que esto es la libertad cristiana. (Cf. Gál_5:13; 1Pe_2:16; 2Pe_2:19.)

|| AL SOLO DOMINADOR: testimonio de la universal soberanía del que es «el solo Señor», Jesu-Cristo (1Co_8:6).


Judas 1,7

TRAS CARNE AJENA: designación de los vicios nefandos.


Judas 1,8

LAS GLORIAS: los ángeles (2Pe_2:10).


Judas 1,9

Este altercado, conocido por la tradición oral, se narraba probablemente en el libro apócrifo Asunción de Moisés .


Judas 1,10

SE CORROMPEN: con corrupción moral y con ruina eterna.


Judas 1,12

DOS VECES MUERTOS: con la muerte moral o espiritual y con la muerte eterna. (Cf. Apo_20:6; Apo_20:14; Apo_21:8.)


Judas 1,14

PROFETIZÓ…: cita San Judas el apócrifo de Enoc, como Pablo cita los Oráculos de Epiménides (Tit_1:12), a quien llama también profeta . Ni el uno ni el otro consideraban esos escritos como Escritura divinamente inspirada. Pudo, con todo, San Judas considerar como verdadera profecía las palabras de Enoc, en cuanto dichas por el patriarca, no en cuanto conservadas en un libro apócrifo.


Judas 1,20-21

En la mención de las tres divinas personas se halla implícita la hermosa fórmula trinitaria de Pablo: «La gracia del Señor Jesu-Cristo y la caridad de Dios [Padre] y la comunión del Espíritu Santo» (2Co_13:13).


Judas 1,22-23

Se designan probablemente tres categorías de pecadores:
1) los vacilantes en la fe o en la vida cristiana;
2) los puestos en gravísimo peligro moral;
3) los totalmente corrompidos y contagiosos.


Judas 1,24-25

Es notable la afinidad de esta conclusión con la de la Epístola a los Romanos (Rom_16:25-27),